LYDIA CACHO
La periodista dialogó con LPO
sobre redes de prostitución forzada y libertad de prensa en México.
Desde hace años, Lydia Cacho decidió desdibujar la línea que
divide el periodismo de la militancia. Fue en el momento que supo que para
marcar un verdadero cambio, debía sumergirse de lleno en el mundo de las
mujeres víctimas de trata. Para eso, escribió libros como “Esclavas del poder”
y “Los demonios del edén” y desentrañó, con nombre y apellido, a los
responsables de las organizaciones sexuales en México.
A pesar de haber sido secuestrada y torturada para silenciar sus
investigaciones, decidió armar sus propias estrategias de protección personal y
continuar trabajando de lo que ella misma define como una “profesión de alto
riesgo”. Por sus averiguaciones, recibió decenas de reconocimientos de
organismos internacionales de derechos humanos como UNESCO, Amnistía y Human
Right Watch.
Tras haberse arriesgado innumerables cantidad de veces por
informar, hoy no sólo es una de las principales referentes en libertad de
prensa del país. También ha formado su propio centro de atención y recuperación
de victimas que han logrado escapar de redes de prostitución forzada, en el que
atiende a más de 33 mil mujeres por año.
¿Cuáles son en la actualidad los principales mecanismos de
cooptación de las redes de trata para fines sexuales en el país?
La forma en la que cooptan a mujeres jóvenes y adolescentes en
el mundo depende mucho de la clase socioeconómica. Pero hoy, la mayoría de las
adolescentes, indiferentemente de su poder adquisitivo, son cooptadas a través
de redes sociales. Facebook está jugando un papel muy importante, ya
documentado, en todos los países del mundo.
Hemos detectado casos que se han reclutado en Chihuahua, en
Tamaulipas, en Sinaloa, en Sonora, en Quintana Roo y en Monterrey es a través
de Facebook. Allí, alguien personifica a otra persona, utilizan fotografías de
cantantes o modelitos jovencitos falsas y se hacen amigas de las chicas,
después empiezan a establecer una relación y las citan en algún lugar. Una, por
ejemplo, que logró escaparse en el momento, había ido a encontrarse con el
chico que supuestamente la iba a invitar a salir e invito a dos amigas, y una
de las amigas se dio cuenta cuando llegó la camioneta y abrieron la puerta. Y
porque salieron corriendo, pudieron salvarse.
¿Y de redes que lo que buscan es esclavizar a los trabajadores,
aunque no necesariamente sea con fines de prostitución?
En otros casos, que tienen que ver con el trabajo forzado pero
no necesariamente tiene que ver con la violencia sexual, las formas de
cooptación son en comunidades donde hay mucha pobreza, generalmente en zonas de
frontera. Allí, los tratantes les ofrecen trabajos en otros países. Les dicen,
por ejemplo, que al niño pequeño lo pueden llevar a trabajar al campo y a su
hija la pueden llevar a trabajar como empleada doméstica, y que le enviarán
dinero todos los meses a la familia. Y después no los ven nunca más.
Generalmente, se trata de personas de la misma comunidad de quien es
secuestrado, que adquirió confianza y ha decidido esclavizar a la gente en su
propio grupo social.
¿Cuáles son los negocios detrás de las redes de trata?
Los bares, los restaurantes, la estructura hotelera, muchos de
los lugares donde se mueve mucho dinero en efectivo son los que lavan más
dinero. Cada vez más negocios vinculados con la delincuencia se van a la trata
de personas, porque es un gran negocio.
Has trabajado con la asociación “Eres lo que publicas”, de
Roberto Ruz, que orienta a los jóvenes para que puedan detectar posibles
peligros en las redes ¿Qué suele aconsejarles?
Roberto hace una cosa muy interesante porque arma un evento
donde están todos los estudiantes en los que le pide al público que dos o tres
le den sus datos de Facebook. Y ahí mismo una persona que tiene computadora que
trabaja con él, se mete mientras él les pregunta a los chicos si tienen su
seguridad personal activada, a lo que todos responden que sí. Y el empieza a
tomar fotografías y a mandarlas a otro lugar y a hablarles desde perfiles
falsos. Y prácticamente el 85 por ciento de los estudiantes se dan cuenta lo
vulnerables que son en su seguridad, que no tienen la menor idea de cómo se
activan los mecanismos de protección de sus fotografías para que nadie se las
robe.
A partir de ese ejemplo puntual les empieza a enseñar qué cosas
hacer y qué cosas no hacer. Les da ejemplos reales de gente que dice que cuenta
de sus vacaciones que un día después que cuelga su fotografía con todo ya
empacado afuera de su casa son robados. Entonces, lo que hace esta asociación,
que es lo que todos deberíamos aprender, para concientizar acerca de que las
redes sociales son una forma de comunicación peligrosa si no la manejas bien.
¿Y sobre tipos de fotos que las chicas deben evitar subir a las
redes?
En general, por supuesto que se les aconseja no subir fotos muy
sugerentes. Es decir, cada uno hace lo que desee porque tiene libertad sobre su
cuerpo, pero lo que se explica en estos talleres es dónde pueden llegar o
terminar estas imágenes, sin que medie la voluntad de uno. Hay niñitas que
suben fotos en bikini, imitando a modelos, o incluso pueden subir fotos
imitando a mujeres que posan en revistas de público masculino. Y que ellas y
sus padres piensan que no representa ningún peligro, pero no es así. Porque lo
que sucede es que se exponen no solo a que alguien tome las fotografías y las
vendan en mercados de pedófilos, sino que también se arriesgan a que algunos de
estas personas se obsesionen con la necesidad de conocer a la chica detrás de
la foto, y empiecen a stockearla, haciendo lo que se le dice “grooming”
.
Los especialistas en criminología y ciberdelitos que me han
asesorado sostienen siempre que el periodo para encontrar a una chica que fue
secuestrada es entre las 12 y las 24 horas.
Es decir, una serie de conductas y acciones deliberadamente
emprendidas por un adulto con el objetivo de ganarse la amistad de un menor de
edad, creando una conexión emocional con el mismo, para disminuir las
inhibiciones del niño y poder abusar sexualmente de él.
Y esto sucede muchas veces en las clases económicas más altas.
Donde los papás incluso tienen una relación muy directa con sus hijos y lo que
hacen con sus redes, y los chicos están acostumbrados a usar internet sin mucha
seguridad. Y resulta curioso porque la clase media es la que está más
preocupada por aprender cómo hacer una protección parental de la utilización de
las redes. Por eso, Roberto Ruz educa en el vínculo entre los hijos y los
padres y como enseñarles a los papas a proteger a sus hijos, y hace que tengan
una mejor comunicación a raíz de ese aprendizaje.
¿Qué hay de cierto en que después de pasadas cierta cantidad de
horas ya es difícil encontrar a las chicas que fueron cooptadas?
Los especialistas en criminología y ciberdelitos que me han
asesorado sostienen siempre que el periodo para encontrar a una chica que fue
secuestrada es entre las 12 y las 24 horas. Si no hay indicios de ella en ese
tiempo, lo más probable es que nunca jamás se sepa más nada acerca de donde
está.
Por la mayoría de las victimas sobrevivientes que se han logrado
rescatar lo que se sabe es que no les quitan el teléfono celular desde el
principio. Y la mayoría de la gente no sabe que aunque apagues tu celular, un
buen sistema de seguridad nacional puede encontrarte. Es decir, en las horas en
las que no se deshicieron del teléfono, la autoridad, si quiere, pude montar un
operativo y descubrir dónde está el teléfono, por más que esté apagado. Pero
después que la víctima fue entregada se deshacen de los teléfonos, porque con
el GPS se podría ubicar. La mayoría de las autoridades en los países conocen
perfecto lo que estoy diciendo, y saben cuáles son las rutas de la trata, que
en México son alrededor de trece. Imagínate que si yo, como reportera, sin
ningún tipo de ayuda de la autoridad ni infraestructura he descubiertito los
caminos que suelen tomar, perseguí como iba los tratantes de qué lugar a que
lugar, que líneas aéreas utilizan, que camiones. ¿Cómo no van a tenerlo
estudiadísimo las autoridades?
¿Y cómo se trabaja legalmente en cuanto a delitos que se inician
en el ciberespacio, como estos?
Ese es otro tema. Hay muy pocos estados en la república que
cuenten con ciberpolicias, y hoy son fundamentales para desentrañar esta clase
de delitos. No dan abasto, porque es brutal la cantidad de delitos que se
cometen a través de instrumentos electrónicos. Estamos retrasados, incluso en
la propia prensa para encontrar estas cosas.
Por eso, los padres deben tomar la costumbre de pedirles a sus
hijos que guarden sus claves de Facebook en su diario o en algún lugar, sus
claves de redes sociales o correo electrónico. Porque es una vía fundamental
para descubrir rutas de secuestro.
En el Centro de Atención Integral a las Mujeres que fundaste en
Cancún, tenés un grupo de profesionales que trabaja para recuperar a mujeres
que han sido víctimas de trata ¿Qué se prioriza para iniciar el camino de su
sanación?
La regla número uno para ayudar a una víctima de cualquier
delito es el consentimiento informado de la víctima. Es decir, la victima tiene
que pedir ayuda, no puedes forzar a nadie a darle tu ayuda porque estarías
repitiendo el esquema de un abusador. Esta manía de muchos de hacerles creer
que los vas a salvar, es lo que más daño le hace a las víctimas. Porque cuando
tú repites el mismo patrón que repitió el tratante, que es “yo te voy a rescatar,
yo te voy a exhibir en los medios, yo voy a contar tu historia” todo eso no
tiene que ver con el poder de la víctima, sino con la del victimario.
Además, tenés que asegurarle que está en el lugar correcto,
acompañarlo o acompañarla en todas las decisiones que tome. Hay gente que dice
“yo no quiero denunciar” y tienes que respetarlo. Pero puedes documentar el
caso y la mayoría de las víctimas a medida que les das el soporte psicológico.
Se llama “intervención de crisis primaria”. Y lo que sucede luego es que en la
medida que logran asumir su propia protección, cuando se sienten fuertes,
reconocidas, protegidas, es cuando la mayoría de las victimas termina
denunciando.
Para ayudar a una victima de trata tienes que
esperar a que pida ayuda. No puedes forzar a nadie a ser ayudado, porque
estarías repitiendo el esquema de un abusador.
¿Y dentro del modelo de atención que propone el CIAM, cómo es el
espacio donde reciben a las víctimas y quienes conforman el grupo de trabajo?
Lo fundamental es que sienta la protección física. Y que la
seguridad se entienda como una seguridad informada de todo el equipo para
proteger al equipo y a la víctima, no como una forma de mantenerla encerrada.
Además, que sepa que está en un lugar adecuado, estéticamente
agradable. No puedes llevar a una víctima que quizás pasó meses o años en un
lugar carcelario, a un lugar oscuro, porque le recordarías todos los días un
infierno. Por eso, los espacios tienen que tener vitalidad, luz, verde, para
contrastar con lo que ellas asocian con el periodo en el que pasaron
secuestradas.
¿Cómo se sustenta semejante infraestructura de profesionales y
edilicia?
Para que te des una idea de la dimensión, el año pasado por
ejemplo hemos recibido 33 mil víctimas de abusos. Y cada una, para poder estar
mejor y recuperarse en el largo plazo, debe estar de tres meses a dos años bajo
tratamiento.
Entonces, al igual que lo que sucede con los mecanismos de
protección de la prensa, estas instituciones tienen muy pocos recursos del
Estado y recae toda la responsabilidad sobre los patrocinadores privados o
internacionales.
Es muy difícil solventar una institución de más de 40
integrantes con las mejores trabajadoras sociales, terapeutas. Necesitas tener
espacios seguros, capacitación para el trabajo. No puedes tener voluntariado,
necesitas tener excelentes profesionales. El Estado reglamente, regula, pero no
da recursos. Y si no tienes recursos para implementar la ley, la ley es
absurda.
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