Por: Armando Ortiz
Ha sido el periodista
Quirino Moreno el que ha estado llamando la atención de que pocos, muy pocos
del grupo cercano al gobernador han salido a defenderlo. Uno de ellos, comentó
al periodista, que si no lo hacen, es porque el gobernador no ha querido. Pero
bien dice Quirino Moreno, hay ocasiones en que “se debe desobedecer al jefe…
Para eso se requieren escrúpulos, sensibilidad, inteligencia, moral, ser bien
nacido y agradecido…”. Cierto, muy cierto.
Sin embargo no
conozco a muchos priistas que tengan ese conjunto de valores que enumera el
periodista. Los escrúpulos estorban en el PRI; la sensibilidad es un adorno
superfluo; la inteligencia es inalcanzable para ellos y la moral es un árbol
que da moras.
Pero les caló lo que
dijo el periodista. Por ello doce días después de la tragedia, los priistas han
dicho “esta boca es mía”. A pesar que de inmediato las redes sociales, los
periodistas críticos y la propia televisora de San Ángel se fueron sobre Javier
Duarte para acusarlo a priori de la muerte del fotógrafo Rubén Espinosa, los
priistas guardaron silencio. Sólo por ahí se escuchó alguna voz clamando en el
desierto. Por supuesto, a los pocos días se activó la cosecha de chayotes y
pues los textoservidores se pusieron su falda, se colgaron su bolsa y
masticaron su chicle para salir a la esquina a vender su pluma al mejor postor.
Pero los priistas seguían sin decir nada.
Doce días después,
cuando ya los ciudadanos han enjuiciado al gobernante, los priistas rompen el
silencio y sólo para decir sandeces: “El silencio no será la respuesta a los
infundios de quienes escudados en la libre expresión que el Estado garantiza,
pretendan debilitar a nuestras instituciones”, dijo el dirigente priista
Alfredo Ferrari, presidente estatal del Partido Revolucionario Institucional al
tomar protesta al nuevo dirigente del Movimiento Territorial, Víctor Rodríguez
Gallegos.
Lo bueno que el señor
Ferrari reconoce que el estado garantiza la libertad de expresión. Sin embargo
anota que todo lo que se ha dicho sobre la culpabilidad y la responsabilidad
del gobernante son meros infundios. Esos infundios dice el dirigente priista
debilitan a nuestras instituciones.
Hace falta que el
señor Ferrari se asome un poco a la realidad. No somos los periodistas quienes
debilitamos a las instituciones. Es la clase gobernantes con su corrupción, con
su impunidad, con sus robos, con sus simulaciones, con sus promesas
incumplidas, la que debilita al estado.
¿Los periodistas
prometimos sacar al estado de la pobreza? ¿Los periodistas mandábamos maletas
llenas de dinero vía el aeropuerto de Toluca? ¿Los periodistas desfalcamos las
arcas del estado? ¿Los periodistas levantamos edificios y compramos cuadras
enteras con dinero del erario? ¿Los periodistas somos quienes mantienen al
estado sin obra pública? ¿Los periodistas somos quienes sacamos a los deudores
en volandas de las oficinas de Sefiplan? ¿Los periodistas forjamos este clima
de inseguridad? ¿Los periodistas somos responsables de la impunidad? ¿Los
periodistas cometimos fraudes electorales, acarreos, compras de votos? ¿Los
periodistas encumbramos a los corruptos en organizaciones populares? ¿Los
periodistas dimos fuero a los responsables del quebranto financiero en
Veracruz?
¿No? Entonces, señor
Ferrari, mejor quédese callado.
Armando Ortiz
aortiz52@hotmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario