por Alvaro Cepeda Neri
Son dos los desgobernadores de apellido Duarte. Uno es el de Chihuahua que con un depósito de más de 35 millones de dólares –para no tener que hacerlo con los devaluados pesos–, fundó su banco (uno más de los que, con casas ahorradoras, roban impunemente: Ficrea, Bancomer, Banamex, HSBC, y el de Salinas Pliego, etcétera).
Ese Cesar Duarte chihuahueño –aunque más parece un bulldog– sigue en el cargo, y cuando viene a las reuniones de la Conferencia de Gobernadores donde le dan por su lado a Peña y lo bañan de elogios, pasea su gordura, su bigote y su calvicie, sondeando –me dicen– lograr una senaduría… ¡por el PRI!, alegando que ya fue hasta presidente de la Cámara de Diputados de donde salió para desgobernador de la entidad que tiene en el olvido, y a los tarahumaras muriéndose de frío.
El otro Duarte es el jarocho. Más gordo que su primo hermano y más corrupto… ¿o igual? que el chihuahueño. Es Javier Duarte de Ochoa.
II.- El veracruzano heredó el trono de Fidel Herrera, otro corruptísimo que quiere participar en las elecciones de este 2015, para regresar… ¡por sexta vez!, como diputado federal (Esteban David Rodríguez: Los dueños del Congreso: el Poder Legislativo secuestrado por dinastías familiares y clanes del dinero.- Grijalbo).
Y está saqueando el dinero del pueblo veracruzano mientras “Los Zetas” han entrado a la entidad, estableciendo “casetas” móviles para cobrar derecho de paso. También cobran derecho de piso y meten sus garras en las aduanas.Este desgobernador que paga publicidad en todos los medios de comunicación de la capital del país, para hacerse famoso y mostrar su barriga a punto de parir un becerro, mientras posa con su sonrisa mofletuda, tras heredar el trono riñó con su benefactor: Fidel Herrera, pero ya hicieron las paces para a cuatro manos seguir con su labor depredadora, repartirse los cargos de “elección” y agredir y matar periodistas, pues sólo en Veracruz han asesinado a 14.
III.- Y las agresiones aumentan, pues por más que la reportera de la revista: Proceso insiste en que sigan la averiguación previa para sancionar a los autores intelectuales y a los materiales de su agresión, el asunto está en el limbo, ya que Duarte de Ochoa impide llegar hasta las últimas consecuencias. Lo que más fastidia a la población es que el desgobernador haya dado manga ancha a “Los Zetas” y que éstos esquilmen a empresarios, comerciantes, campesinos, agricultores y ganaderos.
Al organizar los Juegos y la Cumbre de los pocos presidentes de América Latina que asistieron (para intencionalmente despreciar a Peña), gran parte del dinero fue a parar a las alforjas duartistas, pues no se invirtió en esos eventos. “Los Zetas” han establecido su imperio de violencia sangrienta y estafadora. Son dueños de las mejores tierras para sembrar drogas con salida garantizada al Golfo de México, para llevarlas a su destino. Y tienen en el gobernador Duarte de Ochoa a su jefe nato, en un toma y daca de favores donde no se descarta que el “lavado” de dinero sea a través de las finanzas del gobierno duartista.
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