México SA
- Hambre y modelo económico
- Del cambio a la cruzada
- ¿Aspirinas para la República?
Carlos Fernández-Vega
Familias
viven en extrema pobreza en la comunidad hidalguense de Santiago de Anaya, en
la región del Valle del MezquitalFoto Carlos Camacho
|
En tres sexenios al hilo, incluido el que recién comienza, se pasó de la
fiesta por el cambio –que de cambiar, no cambió nada– a la guerra contra
el crimen organizado –que sólo lo consolidó– y de allí a la cruzada nacional
contra el hambre que, en el mejor de los casos, apenas atenderá a uno de cada
cuatro mexicanos hambrientos y miserables. Esa ha sido la retórica mutante en
12 años y pico, con los resultados por todos conocidos y padecidos. Tres
discursos distintos que no trascendieron a los hechos, y entrefiestas, guerras y cruzadas a
nadie se le ocurrió abordar y revisar uno de los puntos fundamentales que al
país ha conducido al deplorable estado en que encuentra: el fallido modelo
económico, motor de pobreza, crimen organizado y hambre.
Si no se reconsidera el modelo económico,
las guerras y las cruzadasde todo tipo moldearán el futuro
nacional sin mayores resultados, de tal suerte que más que previsibles son las
deplorables condiciones que encontrarán las próximas generaciones de mexicanos,
por lo que enfocar baterías retóricas a la atención de una u otra prioridad
nacional no tendrá mayores efectos si el problema de fondo no se corrige. El
foxiato y el calderonato fueron un sonado desastre, otra docena perdida para el
inventario nacional, y la nueva administración va directo para allá si no
reformula el modelito, las políticas públicas y ataca el conflicto de raíz. La
salud de la República no está para aspirinas.
Sin embargo, la nuevaadministración
gubernamental promueve el Teletón nacional contra el hambre, pero no le asigna
recursos públicos propios, sino que espera estirar los existentes”
(ya aprobados y asignados a otros programas) con el fin de atender la precaria
situación de millones de mexicanos (7.4 de más de 28 en esa circunstancia), al
tiempo que avienta la papa caliente a los sectores social y privado y
los convoca para que sean ellos los que aporten el dinero necesario, es decir,
a un sector privado que gratis no aporta ni el saludo, y a un sector social que
sobrevive de milagro.
Para algunos centros de análisis del
sector privado es positivo que el gobierno federal reconozca el hecho de
que México se encuentra en una espiral social negativa, pues representa un
viraje respecto al manejo que se le dio tanto en el discurso como en la
implementación de la política social en la administración anterior, la cual
negó y minimizó el problema. Sin embargo, evidentemente el reconocimiento
del problema no es suficiente; en realidad se debe ir más allá, porque si no se
eliminan las causas de la pobreza y el hambre difícilmente podrán resolverse
los enormes desafíos que estos flagelos representan, advierte el Centro de
Investigación en Economía y Negocios (CIEN), del Tecnológico de Monterrey,
campus estados de México.
Es prioritario, apunta el CIEN, que la cruzada
nacional contra el hambre sea el inicio de un proceso más amplio e
integral, donde se cuestione y reconstruya el tejido social y la administración
pública en sus tres niveles. El objetivo de la cruzada es positivo, pero lo
hasta hoy manifestado es insuficiente y la razón simple: muchas de las causas
de este desequilibrio social tienen su origen en el propio modelo económico que
se ha implementado en las últimas tres décadas, y en la forma en la que se ha
manejado la política económica.
Para que la cruzada se transforme en un
proyecto que trascienda lo inmediatodebe buscarse una meta más ambiciosa:
construir una sociedad de bienestar y equidad. Indudablemente el problema del
hambre debe ser resuelto, pero también atender aspectos relevantes como el de una
nutrición adecuada y el acceso a satisfactores de calidad de vida que permitan
alcanzar una mayor movilidad social. Ello obliga a concretar acuerdos, e
incluir tal acción en los programas Nacional de Desarrollo y Nacional de
Financiamiento del Desarrollo para garantizar un marco institucional adecuado
que genere concensos sociales, pero también que haga posible evitar que sea la
propia operación burocrática la que limite el alcance del mismo.
Desde luego que construir una sociedad de
tales características es un proyecto que no culminará en un sexenio, de
tal suerte que la administración actual debe sembrar la semilla que permita
obtener resultados más ambiciosos posteriormente. Sin embargo, la Sociedad de
Bienestar y Equidad puede permitir alinear programas y reformas que hasta hoy
se encuentran desvinculados, desvirtuados y que en algunos casos son obsoletos
o presa de intereses meramente políticos. En este sentido, el mejor ejemplo lo
constituyen reformas como la laboral, la hacendaria y aún la energética, donde
el cuestionamiento básico es para qué se realizan, quién es el beneficiario de
las mismas, o en otras palabras cuáles son los propósitos. Indicar que es para
darle más recursos al sector público, cuando éste es ineficiente o para
aumentar la competitividad y productividad cuando no se tiene una distribución
justa de la riqueza es plantear que las reformas no necesariamente garantizan
el desarrollo social, apunta el CIEN.
Que el nuevo gobierno reconozca que México
registra un delicado problema de pobreza y hambre, señala un viraje que
cuestiona lo hecho por sus antecesores, y que lleva a preguntarse si la
desaparición de, por ejemplo, Conasupo fue lo más adecuado. Puede
señalarse que muchos de aquellos programas tuvieron el problema de la
corrupción y se les utilizó para fines distintos a los destinados, pero la
cuestión es que se eliminaron los programas y no la corrupción. Además,la
cruzada es una tentación para quienes viven elecciones locales, de allí que debe
blindarse con un pacto político y sanciones que rompan con intereses que hasta
hoy han privilegiado lo individual sobre lo nacional.
Definir la cruzada como un programa contra
el hambre “es una ambigüedad de doble filo, pues deja afuera el aspecto de la
nutrición y no plantea de manera clara cuándo se cubre esta necesidad. Dado que
las canastas alimentarias definidas por el Coneval para el ambiente rural y
urbano son realmente laxas –es decir, que debería ser por excepción que un
mexicano no pudiera acceder a la misma–, puede existir la intención de
ampararse en estos indicadores para presentar un progreso que no necesariamente
sea sustancial ni real, y que no refleje que se ha iniciado el camino hacia la
solución del problema de pobreza y hambre”, puntualiza el CIEN.
Las rebanadas del pastel:
¿Quién promueve la reforma fiscal y cuál es su intención? Sencillo: LuIs
VidegAray.
No hay comentarios:
Publicar un comentario