Por Fernando Inés Carmona
junio 16, 2016
junio 16, 2016
Orizaba, Ver.- La
corrupción en los tres niveles de gobierno se identifica como el principal
detonante del deterioro ambiental en Veracruz; proyectos empresariales no sólo
desplazaron comunidades de animales o destruyeron la flora, sino que ahondaron
el daño irreversible al medio ambiente al grado de arriesgar la subsistencia de
diversas especies.
Mediante
un comunicado la Unión de Todos los Pueblos Pobres (el Tinam, por sus siglas en
náhuatl) lamenta que los tres niveles de gobierno, "redujeron las acciones
del cuidado ambiental a declaraciones demagógicas todos sabemos su falsedad
porque para ellos defender el medio ambiente es una forma más de hacer negocios
sin importar que estos generen ecocidio".
Cómo
organización, señala el texto, "hemos unido esfuerzos para organizar la
lucha contra los intentos de despojo y patrimonio familiar, comunitario, esta
lucha encarna la defensa de la tierra y el medio ambiente, organizada la lucha
contra proyectos modernizadores que encierra destrucción a la naturaleza".
En México
y Veracruz las empresas transnacionales han tenido todas las facilidades para
que en la búsqueda de la máxima cuota de ganancia no les importe la destrucción
irreversible al medio ambiente, la afectación de la flora, fauna, ríos,
manantiales acuíferos. "Obviamente la instalación y operación de estos
megaproyectos: hidroeléctricas, gaseoductos, presas-represas, depósitos de
basura, eólicas, inmobiliarias, industria extractiva minera-energética y
autopistas como el periférico Córdoba-Orizaba, van acompañado del despojo de la
tierra, a posesionarios, comuneros, ejidatarios y pequeños propietarios".
Esos
proyectos, agrega el documento, benefician a unos cuantos que se reduce a los
dueños de tales empresas monopólicas; "el daño para quien vivimos en estas
tierras es enorme tenemos que vivir cargando el costo de la crisis ecológica
que genera la explotación irracional de los recursos naturales por empresas
monopolistas de origen extranjero y nacional".
En
nuestra región de las Altas Montañas, "para imponer estos proyectos
mienten a la población, amenazan y reprimen a las comunidades afectadas;
corrompe a las autoridades y representantes populares; generan violencia
institucional y descomposición social. En estas tierras hombres y mujeres
organizamos la resistencia y la lucha contra los intentos por instalar la
hidroeléctrica El Naranjal".
La lucha
contra la construcción del periférico Córdoba-Orizaba, es porque afecta a
posesionarios, comuneros, ejidatarios y pequeños propietarios y a la vez que
lleva implícita la destrucción ecológica. "Dicha obra forma parte de las
políticas neoliberales que se imponen en todo el país con el principal objetivo
de agilizar el traslado de mercancías, lo que significa para el empresario más
ganancia a costa de destrucción ecológica y despojo legalizado".
La red de
gaseoducto que pretende construir para acoplarlos a los corredores industriales
sin importar el riego la salud, la vida de quienes viven en las zonas
habitacionales en diferentes municipios, es otro de los proyectos que afecta de
forma importante el cuidado del medio ambiente.
En
resumen, explica el Tinam, "los proyectos neoliberales traen un alto costo
ecológico; hay una fragmentación de hábitats naturales, pérdida de miles de
hectáreas de sistemas forestales, afectando de manera directa la biodiversidad;
degradación del suelo, contaminación del aire, contaminación y perdida de
corriente superficiales y mantos acuíferos, despojo legalizado y/o violento de
tierras de producción agropecuaria por ende el desplazamiento forzado de
comunidades, sobre todo las de tenencia ejidal, bienes comunales y pequeña
propiedad", señala.
Por otro
lado a la devastación ecológica, hay que sumar el desempleo, subempleo,
pobreza, hambre y migración hacia las grandes ciudades o fuera del país,
"buscando una vida mejor" pero solo se encuentra más en la esclavitud
moderna" concluye.
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