27 de junio de 2016

VERACRUZ EN LLAMAS


TEXTO IRREVERENTE

Por Andrés Timoteo
PUBLICADO EN NOTIVER

Es notorio que la actividad criminal se intensificó en los últimos días. Ya no es una estrategia ligada a la operatividad electoral ni a la cotidiana disputa por el control de zonas  sino un síntoma de que Veracruz está a la deriva. El gobernante en turno, Javier Duarte está ocupado en tratar de blindar su salida y tener un asidero para librar la cárcel, dejó botado el ejercicio gubernamental y no le interesa otra cosa más que acomodar a sus cómplices en la Fiscalía General del Estado y otras instituciones para obstaculizar cualquier indagatoria en su contra.

Mientras tanto su protegido de siempre, el defeño Arturo Bermúdez Zurita, titular de la Secretaría de Seguridad Pública ésta desaparecido, nadie sabe de él. Algunos dicen que ya está fuera de Veracruz no solo para librar alguna investigación judicial sino porque ya viene el ajuste de cuentas con quienes hizo pactos inconfesables. Los poderes oscuros están en efervescencia por la conclusión de  los doce años de fidelidad, donde fueron señores y amos en el estado. De ahí que haya balaceras por todos lados y a plena luz día en un intento por marcar y apartar territorios ante la inminente expulsión de gobernantes aliados.

Pero el asunto tiene más de fondo, no solo es ausencia de los que ostentan la autoridad, llámense Duarte o Bermúdez, sino que hay una desidia adrede para que se dispare la violencia. Se decidió, a conseja del impresentable que está en Barcelona, dar luz verde a los grupos criminales para que descompongan al estado y así dejarle al gobernador entrante, un territorio en guerra,  una entidad bañada en sangre, con las bandas delictivas enseñoreadas y sin que nadie pueda detenerlas.

No es fortuito que la policía estatal esté inactiva, ya que –dicen las fuentes- tienen la instrucción de no movilizarse, no combatir, no defender, no perseguir, no indagar ni intervenir.  El innombrable y Duarte de Ochoa no solo quieren dejar un presupuesto constreñido, una nómina abultada, fiscales, magistrados y consejeros a modo, y los bienes muebles e inmuebles disminuidos o comprometidos para dependencias ajenas al Ejecutivo sino también pretenden heredar el caos en materia de seguridad pública.

La intención es que haya una verdadera guerra en las calles entre los grupos criminales por el control de regiones enteras. Ambos personajes se irán del poder pero dejarán a Veracruz en llamas, como si sus sexenios siguieran vigentes, como si ellos siguieran gobernando como lo hicieron durante doce años: con las puertas del infierno abiertas. No  se cansan de hacer el mal, lo hacen para fastidiar al nuevo gobernante pero se llevan entre las patas a millones de veracruzanos. Por eso merecen ser castigados, por eso se han ganado la cárcel.

CACERÍA DE ELEFANTES

Ante un panorama complicado en materia presupuestal para el nuevo gobierno que encabezará Miguel Ángel Yunes Linares, se deberán diseñar estrategias inteligentes en la distribución de los dineros y sobre todo, como ya lo han planteado muchos analistas, aplicar la austeridad como catalizador de la precariedad. Es decir, eliminar gastos superfluos, reducir la nómina –que no será difícil, solo echando a los aviadores y también exigiendo que devuelvan el dinero todos los que cobraron sin trabajar- y cancelar todos los privilegios que durante años ha mantenido la alta burocracia. También se tendrán que auditar y eliminar muchos de los cuarenta fideicomisos públicos que existen pero cuya mayoría sirvieron para el desvío de recursos.
De la misma manera, Yunes Linares tendrá que salir a la “caza de elefantes blancos” y extinguirlos, es decir, desaparecer instituciones y comisiones que solo sirvieron para negocio de unos cuantos. Uno de ellos es la fraudulenta Universidad Popular Autónoma de Veracruz (UPAV), la que absorbe varios millones de pesos a cambio de engañar a los estudiantes con títulos sin validez oficial y que explota a maestros incautos a los que les paga por impartir  clases de baja calidad que no cumplen con los parámetros de una educación superior aceptable. Todos saben que  la UPAV fue el negocio personal del eterno burócrata Guillermo Zúñiga, obtenida como pago a los favores políticos que hizo al impresentable exgobernante.

Una vez fallecido, el negocio lo heredó otro pillo igual, Andrés Blancas Portilla, quien hace algunos días fue denunciado públicamente por usar a la UPAV como un centro de operación electoral a favor del PRI y de su candidato a la gubernatura, Héctor Yunes Landa. No fue un señalamiento externo ni de la oposición sino que surgió de las mismas entrañas de esa falsa universidad pues varios directores regionales develaron la coerción al estudiantado para tratar de obligarlo a sufragar por el partido oficial.

Los directivos denunciantes, algunos de ellos despedidos como venganza de Blancas Portilla porque perdió el tricolor, aseguraron que se utilizaron los listados de alumnos para hacerles llegar cartas personalizadas con la finalidad de presionarlos para votar a favor del Yunes Landa.  Y no fue solo eso, en algunos centros de la UPAV de Jalapa, Huatusco, Poza Rica, Coatzacoalcos y Córdoba que  ofrecieron calificaciones de materias, diplomas de cursos terminados y hasta inscripciones gratuitas a doctorados y maestrías hechizas si votaban por el PRI y presentaban la ‘selfie’ de su boleta marcada a favor de Yunes Landa.

Por eso, además de llevar este tema a la Fepade también se tiene que acabar con semejante ‘elefante blanco’,  ahorrar ese dinero y destinarlo a asuntos prioritarios. Además con la extinción de la UPAV se evitaría que miles de jóvenes continúen siendo víctimas del fraude educativo y se echarían a la calle a muchos zánganos que viven de la nómina de ese entuerto. A la Universidad Veracruzana ya le aprobaron autonomía presupuestal y hasta 4 puntos porcentuales del presupuesto general del estado con lo que podrá  resanar pendientes y elevar su matrícula.


Lo que se requiere es fortalecer a esa casa de estudios y evitar fugas de dinero a negocios de vivillos y vividores que se dedican a la estafa educativa. Finalmente,  está por demás mencionar a la paquiderma Comisión Estatal de Defensa de los Periodistas ya condenada al exterminio. No se entendería que Yunes Linares permitiera que la misma siga minando el erario público y que sus integrantes continúen medrando de la tragedia de los comunicadores. Ni renovación de consejeros ni reconfiguración de funciones, ese engendro de la errática Gina Domínguez debe desaparecer. Deben ser borrados de la memoria de Veracruz para siempre.

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