17 March, 2018 03:36:00
Por Andrés Timoteo
EL NIÑO LISANDRO
Las lluvias generadas por la tormenta
tropical “Earl” en agosto del 2016 provocaron la tragedia: un alud sepultó la
casa de la familia Gilbón Delgado. Murieron tres de sus cuatro integrantes: el
padre, Agustín Filomeno Gilbón, de 31 años de edad, su esposa, Virginia Delgado
de 24 años y el bebé Sebastián Gilbón Delgado de un año y cinco meses. Solo se
salvó el hijo mayor, Lisandro, quien, en ese entonces, tenía 8 años de edad, y
que fue sacado del lodo por unos vecinos.
El desastre sucedió en la comunidad Tamazolapa
del municipio de Coscomatepec. Las víctimas eran pobres. Lisandro se quedó
solo, pero su tragedia sirvió a los políticos para promocionarse
mediáticamente. Una de las beneficiadas fue Ana Guadalupe Ingram, quien siendo
delegada estatal de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) acudió a
Tamazolapa a abrazar al huérfano el 19 de noviembre.
La funcionaria se tomó muchas
fotografías con el pequeño y las difundió en la prensa y redes sociales. El
comunicado de su oficina decía que el niño recibiría una beca para estudiar
hasta que cumpliera 23 años de edad a través del Programa Seguro de Vida para
Jefas de Familia. “No estás solo, nos tienes a nosotros, me tienes a mí”, le
dijo Ingram al pequeño huérfano frente a las cámaras y micrófonos de prensa.
El otro político que sacó provecho
mediático fue el entonces alcalde de Coscomatepec, el priista Manuel Álvarez
Sánchez -hoy promotor de la campaña de José Yunes Zorrilla-, quien también
prometió ayuda económica al pequeño, además de construir una vivienda en un
sitio sin riesgo para que viviera junto con una de sus abuelas que asumiría la
tutela. A un año y siete meses de aquellas promesas y fotografías melosas, el
pequeño Lisandro no ha recibido nada.
Agobiados por la miseria, él y su
abuela, Agustina Rosas, tuvieron que mudarse al poblado Amotititla donde ni
siquiera tiene electricidad. Se cansaron de esperar la casa que les anunciaron,
la beca para los estudios y el apoyo para el sustento alimenticio. Los dos
políticos ya dejaron los cargos públicos para buscar nuevos acomodos
electorales y se olvidaron del compromiso hecho con Lisandro Gilbón, El niño
fue una estadística más y material desechable en su promoción personal. El
pequeño sigue viviendo en la pobreza mientras que ellos acojinan su intención de
seguir viviendo del presupuesto público. Vaya cinismo.
Por cierto, en las gacetillas que la
señora Ingram ha insertado en algunos espacios de opinión, en el contexto de su
salida de la delegación de Sedesol, hay una tremenda contradicción -por no
decir: una mentira plena, la cual sus difusores la publicaron sin pasarla por
la rigurosidad periodística que exige confirmar la certeza de la información-
al asegurar que, del 2014 a la fecha, el periodo al frente a la delegación de
esa dependencia, 425 mil veracruzanos salieron de pobres.
Argumenta que el 2.8 por ciento de la
población veracruzana que es consideraba en pobreza superó tal estatus bajo
nuevas mediciones. Mentira, hay que recordar el escándalo en el último par de
años porque el gobierno federal modificó las variantes para medir la condición
de pobreza a fin de aparentar que esta había disminuido. Por ejemplo, si la
familia pobre tiene un televisor, esa es una variable que lo eleva de nivel,
¡aunque el aparato se lo dio el propio gobierno en el marco del famoso ‘apagón
digital’! En eso se basaron las engañosas gacetillas opinativas.
Peor aún, sus cifras contradicen las de
Comisión Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL)
que indican que, durante el sexenio de Javier Duarte, 500 mil veracruzanos
ingresaron a las estadísticas de pobreza. De los 4 millones 448 mil
veracruzanos que en el 2010 había en dicha situación al 2016 la cifra había
crecido a 5 millones 049 mil. ¿Cómo le hizo entonces la señora Ingram para
sacar a 415 mil veracruzanos de la miseria en poco más de tres años? ¡Fake
News! Además dijo que se fue de la Sedesol “orgullosa de las cuentas entregadas
(sic)”, pero el caso del niño Lisandro desnuda lo que fue su gestión en esa
dependencia.
CÚPULA, NO MAFIA
Ayer fue día de definiciones
electorales. El tabasqueño Andrés Manuel López Obrador registró su candidatura
presidencial por la alianza Morena-PT-PES ante el INE. No prometió amarrar al
‘tigre’ de la turbamulta, pero sí derramar amor y perdones si le respetan el triunfo.
También ‘La Calderona’, Margarita Zavala, obtuvo su registro como candidata
“independiente” en un dudoso proceso de validación de firmas porque la señora
es importante para tratar de quitar votos a los candidatos incómodos al
régimen.
Zavala es una de las candidatas de la
“Cúpula del Poder” -su autor ya no la llama “Mafia del Poder” porque le
incomoda que se diga que a Morena se fueron los mafiosos, suena mejor que ese
partido recibe a los “poderosos”-. La buena noticia es que fuera de la
boleta electoral quedaron los simuladores, Jaime Rodríguez, gobernador de Nuevo
León y Armando Ríos Piter, quien se llegó a autodenominar como “El Macron
mexicano”. Por lo menos se deshicieron de ese par de embusteros.
EL ‘TIRO LOCO’
En su blog Cachorro’s News, el fotoperiodista
Miguel Ángel López Solana escribe: “El Cartel de los Sapos. Dentro del argot
delincuencial siempre se registran traiciones, entre los mismos miembros de una
banda de delincuentes suelen ponerse el dedo, acusarse y hasta encañonarse con
tal de demostrar quién manda o es más ‘pesado’. Su última opción es convertirse
en ‘sapos’, es decir informantes o testigos protegidos, con tal de que les
quiten del camino al ‘mando’ que les frustra el sucio negocio. El actual
Secretario de Seguridad, Jaime Téllez, cayó en esa trama.
Según él, contactó a una ‘soplona’ que
le ayudó a capturar a un delincuente en el sur del estado y dejarle el camino
libre para seguir delinquiendo. En palabras concretas el gobierno yunista hizo
tratos directos con la delincuencia, se pusieron ‘de a pechito’ con el gobierno
federal priista que busca recuperar ‘la plaza’ de Veracruz pues de la misma
manera en cómo actúan los malosos lo hacen algunos grupos políticos apoyados en
las leyes. El ‘Tiro Loco’ Téllez Marié suele tener un resentimiento contra la
prensa similar al de su antecesor, el comandante ‘Chubasco’, y responsabiliza a
los medios de sus errores. Ya dejen de seguir echándole la culpa al cartero.
CREDITO: NOTIVER
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