Tres inspectores de Comercio Municipal persiguieron a vendedores
ambulantes de nieves, quienes tuvieron que resguardarse en el atrio de la
Catedral de la Inmaculada Concepción para que no los despojaran de su
mercancía.
El actuar de los empleados municipales fue reprobado por el párroco
Domingo Ortiz Medina, al considerarlo incorrecto.“No debieron. Ellos aquí no
tienen autoridad, no tienen la facultad; venir y decirles: ‘sálganse’ es
arbitrario”.
Los vendedores de nieves evitaron el decomiso de mercancía, al buscar
refugio en la Catedral.
Los inspectores de Comercio que portaban el uniforme del Ayuntamiento, pero
no exhibían gafetes, llegaron hasta la sacristía con la intención de
entrevistarse con un sacerdote, pese a que se encontraban en la celebración del
Domingo de Ramos.
Los inspectores irrumpieron para pedir a la autoridad eclesiástica que
mostrara el padrón de vendedores que se instalan en la Catedral y preguntaron
que quién autorizaba tales permisos, explicó un ministro al respecto.
Al notar la presencia de medios informativos, los empleados municipales
salieron del templo y excusaron su ingreso con la búsqueda de vendedores que
venían siguiendo desde el parque 21 de Mayo.
El sacerdote Domingo Ortiz Medina informó que en el caso de los
vendedores de palmas vienen cada año y para la iglesia no hay ningún problema
con que trabajen dentro del atrio, sin pagar.
II Noé Carrillo M.
EL MUNDO DE CÓRDOBA
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