La mujer que fue baleada dentro
de una tienda del centro comercial Reforma 222 poco después de las 15:00 horas
de este lunes falleció mientras
recibía atención médica, informó la Secretaría de Seguridad Pública de la
Ciudad de México (SSP-CDMX).
La víctima, de 28 años, era empleada de la tienda de zapatos y
bolsas Nine West, lugar en donde un hombre de 35 años ingresó y le disparó en
el abdomen, para después dispararse en la cabeza.
Según la SSP-CDMX, todavía con vida, la mujer manifestó que
había sido amenazada por su agresor y que ambos tuvieron una hija derivado
de una relación personal.
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El asesino de Dulce Cecilia
en Querétaro tenía 14 años, era "un niño" pero después de violarla y
ahorcarla, enredó un alambre en su cuello para asegurarse de que estuviera bien
muerta. ¡Qué cándido niño!
El feminicida de ayer en Reforma 222, tenía 35 años, "estaba dolido",
"No soportó el que le quisieran pelear la custodia del hijo",
"trató de suicidarse", ya apuntan algunos medios para justificarlo.
Sin embargo, el tipo se aseguró de herirla a ella tres veces en el tronco y de
herirse a sí mismo una vez en una zona no vital. ¡Manipulador asqueroso!
No son casos extremos, todos los días pasan múltiples situaciones similares,
algunas son convertidas en fenómenos mediáticos y otras no, depende del morbo
de los periodistas ese día.
Por ello, cuando nosotras decimos: hay una cultura feminicida, y nos responden
que estamos exagerando o que "no todos los hombres" o que la culpa es
de las mujeres por no saber educar-controlar o dejar de provocar a los hombres;
lo que están haciendo es invisibilizar el genocidio actual en contra de las
mujeres.
Aquí, lo que me interesa apuntar es que quien permanece impasible, quien
oculta, quien guarda el secreto, quien minimiza, quien justifica, quien elige
la comodona neutralidad, quien espera a ver de qué lado pesa más la balanza,
quienes hacen mofa del dolor y de la muerte, son cómplices. Cómplices activos
del que se da el lujo de violar y estrangular a una niña y que en tres años
estará libre porque es menor de edad, cómplices activos del que dispara a plena
luz del día a una mujer que decide dejarlo, porque ahora mismo está ya siendo
disculpado por el entorno que habla de crímenes de pasión.
Nos matan porque pueden, por eso nos matan.
Si no dejamos de inventar atenuantes a cada violador, agresor, asesino, somos
parte activa de la impunidad, somos pilares de la cultura feminicida y no hay
excusa.
Del muro de Karen a Karina Vergara Sánchez.
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