¡Por nuestros camaradas proletarios! ¡Resueltos a vencer!
El insurgente ¡Con la guerra popular!
¡El EPR triunfará!
Año 22 Nº 183 Marzo de
2018 Pág. 17
La corrupción que se vive en el país es más evidente en la
actual coyuntura electoral por el grado de las contradicciones interburguesas
que toman forma en las contradicciones interpartidistas, a la fecha todos los
candidatos se sacan los trapitos al sol y se pisan la cola que los identifica
como hijos del sistema. La democracia burguesa es sostenida por grandes sumas
monetarias que gastan los partidos políticos electorales y las instituciones
encargadas de velar todo el comportamiento y funcionamiento de la burocracia
electoral, instituciones y hombres que objetivan la dictadura del capital.
Todos los personeros que representan a cada partido político burgués se gastan
millones de pesos en la compra de votos y en el engaño a las masas trabajadoras
despolitizadas con las migajas del pastel que ellos devoran; mientras engañan
al pueblo con supuestos apoyos ellos se llevan millones de pesos para sus
cuentas personales, familiares y de grupo, es el caso de Josefina Vázquez Mota,
Ricardo Anaya, Alejandra Barrales, Rosario Robles, José Antonio Meade y un
sinfín de politicastros cortados por la misma tijera. Dicen los candidatos a la
presidencia de la República acabar con la corrupción ¿Cómo van a erradicarla si
los corruptos y mafiosos son ellos que gozan de los frutos del lavado de
dinero?
La actual junta administrativa está compuesta en su generalidad por
políticos de oficio corruptos, que bailan al son de la corrupción, todos al
mismo paso que marca el interés oligarca. El caso más sonado en estos momentos
es el de Ricardo Anaya, que lo desnuda de cuerpo entero como el político
burgués; queda al descubierto el entramado de las corruptelas que hay detrás de
todo político “exitoso”; su fortuna tiene una explicación muy sencilla, es
producto del fraude legal, el despojo y la especulación al amparo del estado de
derecho oligárquico.
La compraventa de la nave industrial del señor Anaya
ejemplifica las formas burguesas de existencia y de hacer política, esta
operación mercantil ilustra los mecanismos de la especulación que el señor
Diego Fernández de Cevallos defiende a capa y espada. Una práctica generalizada
en todos los políticos de oficio que aspiran seguir escalando en los peldaños
de la burguesía al amparo de las leyes que ellos mismos modifican.
Priistas y
experredistas no se quedan atrás, el caso Meade-Robles expuesto en la
triangulación fraudulenta en la SEDESOL y SEDATU por un monto de más de 400
millones de pesos nos indica las formas burguesas de hacer política y el
enriquecimiento a partir del saqueo del erario público. Tráfico de influencias,
desvío de fondos, trapos sucios expuestos al público de cuanta triquiñuela se
conocen entre ellos son “denunciados” uno tras otro en el actual proceso
electoral, lo que nos habla del grado de descomposición de la democracia
burguesa.
El ladrón grita ¡agarren al ladrón!, el corrupto amenaza con ¡cárcel
a los corruptos! Se abren carpetas de investigación en las diversas
instituciones burguesas que simulan castigo y lucha contra la corrupción, es
parte de la cortina de humo y maniobra mediática para distraer la atención de
la esencia del problema; la corrupción es inherente al sistema capitalista, por
lo tanto, toda maniobra o artilugio leguleyo para “castigarla” es un sofisma.
Restan cuatro meses de la coyuntura burguesa, ¿qué podemos esperar? Tiempo que
el tendedero se hará aún más largo, olores fétidos de todo tipo emanarán de los
trapos sucios que unos y otros políticos de oficio colgarán. Lo que es seguro
es que las fortunas mal habidas seguirán intactas y una vez pasada la
coyuntura, unos y otros se procurarán impunidad. Nada podemos esperar de la
democracia burguesa más que putrefacción, en estas condiciones entrar al circo
electoral es sumirse en la fosa de las miasmas del sistema, por eso las
candidaturas independientes es una falsa esperanza y nadan en el mismo
vertedero.
Ficheros
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