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¿Por qué un
macaco macho tiene relaciones sexuales con un cierva sica en Japón? Los
científicos tienen algunas teorías.
Se ha
filmado a un mono macho en Japón intentando aparearse con un cierva,
posiblemente la primera vez que se observa a dos especies vagamente
relacionadas que tienen un encuentro sexual no violento.
Los
macacos japoneses y los ciervos sica suelen frecuentarse en la isla de
Yakushima. Esta asociación tiene poca relación con la camaradería: los ciervos
saben que si están cerca de los macacos, pueden devorar cualquier fruta que los
macacos arrojen desde las copas de los árboles que están arriba.
Los
ciervos también han estado comiendo las heces de los monos, y a los primates, a
su vez, se los ha observado acicalar e incluso aparearse con los ciervos,
menciona Cédric Sueur, especialista en conductismo animal del instituto
multidisciplinario Hubert Curien en Francia.
Estas son
las interacciones que el fotógrafo especializado en vida silvestre, Alexandre
Bonnefoy, esperaba capturar cuando visitó Yakushima para un próximo libro de
fotografías.
Pero
finalmente obtuvo más de lo que esperaba cuando capturó a un solo macaco macho
teniendo relaciones sexuales con dos ciervos hembra diferentes.
Cuando
Bonnefoy le mostró el video a Sueur y a varios otros primatólogos, los
científicos rápidamente se dieron cuenta de que nunca antes habían visto algo
similar en Yakushima y, para el caso, en ningún otro lugar.
“Es muy
raro observar una interacción sexual heteroespecífica entre especies vagamente
relacionadas”, señala Sueur, autor senior de un estudio publicado esta semana
en la revista Primates. “Este es solo el segundo caso que se
informa”.
¿El otro?
Un estudio de lobos marinos antárticos que acosan sexualmente a pingüinos rey.
Frustración
sexual
¿Qué
llevaría a dos animales vagamente relacionados a comportarse de este modo?
Podría
ser que todo el episodio haya sido simplemente un caso de identidad equivocada,
pero parece poco probable dado que el apareamiento entre especies generalmente
ocurre entre criaturas de la misma familia, por ejemplo, un coyote y un perro,
y es poco probable que el macaco se haya confundido al ciervo con otro mono,
indica el estudio.
De
similar manera, es posible que el macaco macho estuviera usando al ciervo
hembra para tener relaciones sexuales. Pero esta explicación tampoco tiene
mucha correspondencia dado que los macacos son animales muy sociables, y tienen
muchas oportunidades de observar e imitar a las especies de su misma familia.
En
cambio, Sueur cree que la explicación más razonable es que el macaco sea lo que
se conoce como macho periférico: una clase baja en la sociedad de los macacos
en la cual no suelen tener derechos de reproducción.
“Como
consecuencia de no tener acceso a hembras, estos machos periféricos pueden
aprender socialmente a tener una interacción sexual con ciervos sica con el fin
de disminuir su frustración sexual”, explica Sueur.
Emily
Burdfield-Steel, ecologista especializada en comportamiento de la Universidad
de Jyväskylä en Finlandia, coincide en que la hipótesis de
privación de apareamiento tiene sentido.
“Me
interesaría mucho ver si este comportamiento se extiende a otros machos de la
población”, menciona Burdfield-Steel, al destacar que esto parece ser lo
que ha pasado en las interacciones entre el lobo marino y el pingüino.
Tiene
menos certeza con respecto a si el comportamiento del mono corresponde a lo que
se denomina interferencia reproductiva, que ocurre cuando existe un costo que
debe pagar uno o ambos miembros de una experiencia sexual entre especies.
Por
ejemplo, ¿el comportamiento de apareamiento del mono le impide al ciervo buscar
comida o seducir a su pareja? ¿El mono está usando su propia energía
valiosa?
Cada uno
de estos resultados se consideraría interferencia reproductiva, pero al haber
una sola observación del comportamiento es imposible saber,
explica Burdfield-Steel.
La otra
pregunta que se hacen los científicos es: ¿el ciervo sica fue un participante
voluntario en este acto del mono?
En un
videoclip, un ciervo hembra claramente se niega a los avances del macaco,
mientras que otro muestra al ciervo supuestamente desconcertado por
las acciones del mono. Por ejemplo, después de que el mono se apartó, el ciervo
giró su cabeza para lamer el semen sobre su espalda, dado que posiblemente
sea una fuente de proteína.
“Sin
dudas, el comportamiento parece menos agresivo” que los lobos marinos
forzándose sobre los pingüinos, menciona Burdfield-Steel, “¡posiblemente
porque los macacos no suelen matar y comerse a un ciervo!”. A veces, los lobos
marinos matan a los pingüinos rey, como el lobo marino sexualmente agresivo
observado en el estudio anterior que se comió a una de las aves forzadas.
Más allá
de eso, Burdfield-Steel menciona que estas dos situaciones pueden tener
más similitudes de lo que crees.
“En ambos
casos, se observó a los machos que tienen acceso limitado a hembras de su
propia especie apareándose, o intentando hacerlo, con otra especie con la que
ya habían interactuado”, explica. “Se conoce a ambas especies por jugar, y creo
que esto también podría ser una posible explicación”.
Es
posible que el ciervo también esté considerando el riesgo de ser mordido o de
otro modo atacado por no cooperar, señala P. J. Nico de Bruyn,
reconocido ecólogo especializado en mamíferos de la Universidad de
Pretoria en Sudáfrica y autor del estudio de los lobos marinos y los pingüinos.
Por supuesto, también puede ser más fácil y menos agotador para el ciervo
simplemente dejar que el macaco haga lo que tenga que hacer. “A medida que
las pruebas se amontonan, perdón por la expresión, la capacidad de investigar
posibles desencadenantes aumenta”.
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