Aunque
las maquiladoras han sido la salvación para miles de familias que se ocupan en
esos quehaceres, la realidad de esas factorías o armadoras de diversos
productos raya en la esclavitud, ya que las jornadas de trabajo son de casi 10
horas, y si las trabajadoras desean sumar dinero a su salario base –que implica
terminar más de 600 prendas en un día– con el bono de producción, tienen que
llegar a mil piezas; y en algunos casos, si no alcanzan la cantidad laboran
horas extras o realizan el faltante en fin de semana.
Peor aun, aunque la
productividad del sector maquilador en el país ha crecido –de 2007 a 2017–
alrededor de 22 por ciento, en ese mismo periodo el salario de sus trabajadoras
sólo se incrementó dos por ciento y sus condiciones laborales no han mejorado,
informa un análisis de la organización Fondo Semillas. En la maquila textil,
expone, Tania Turner, coordinadora de programas de la campaña
#MaquilandoElCambio, Fondo Semillas –que se dedica a fortalecer a otros grupos
de mujeres organizadas, entre ellas las de las maquiladoras–, refiere que las
mujeres –que son más de 50 por ciento de las personas que se emplean en las
líneas de producción– ocupan menos de un tercio de los puestos de supervisión,
técnicos y administrativos, ya que la mayoría se desempeñan como ensambladoras,
recibiendo salarios más bajos, cercanos a 3 mil pesos al mes.
En el contexto de
la campaña expuso que todavía permean en este sector los despidos
injustificados, el trabajar horas extras sin pago, el acoso sexual y los
centros de trabajo inseguros. Turner, coordinadora de programas de dicha
organización, destacó que estas trabajadoras se han quedado en la indefensión
porque hay muchos huecos legales y además falta mucha inspección en los centros
de trabajo. Indicó que las jornadas laborales en las maquilas textiles, que
elaboran ropa para diversas marcas, están relacionadas con el modelo de
producción enmarcado en lo que se conoce como fast fashion, el cual impulsa que
las personas cambien su guardarropa cada seis meses, para lo cual las empresas
buscan mayor producción de manera rápida, y alertó que ha estado creciendo el
trabajo en casa, en este caso las trabajadoras tienen que entregar la
producción en cierto tiempo, y aunque la empresa les da una máquina de coser,
lo demás es con sus propios recursos. Turner añadió que el contexto de
violencia en el país genera que las condiciones sean peores porque también el
crimen organizado está alrededor de las fábricas. Algunos de los estados donde
hay maquilas son Morelos, Oaxaca, Hidalgo, Coahuila y Aguascalientes.
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