16 de enero de 2020

QUIEN MANDA Y GOBIERNA EN CHIHUAHUA


Alejandra De la Vega, es por este motivo, y otros más, la principal beneficiaria en el área empresarial por parte del Gobierno de Chihuahua, juega la parte política, sin ser política, la parte empresarial sin serlo del todo por mérito propio, y la parte de funcionaria, sin cumplir con su responsabilidad, sin tener experiencia y mucho menos éxito en acciones concretas.
Ella afirma que no está en su plan de vida hacer carrera política, cuando en la realidad se ha dedicado a la política, salvo que entienda por esta actividad otra cosa que no sea influir en la vida pública. Quizá no quiere ser política profesional, lo que sería plausible dado su enorme fortuna, en torno a la cual evade una explicación que le debe a todos los Chihuahuenses acerca del famoso 3 de 3, al que ella se negó por “razones familiares”.
Aunque oculta que buena parte de los negocios a que se dedicó la familia por más de cien años tiene mucho que ver con las buenas relaciones con el poder público, como es lógico inferir en un país en el que la comercialización de bebidas alcohólicas ha estado normado con tintes muy claros de cercanía con ese poder público y la política.
Durante la campaña de César Duarte, la familia De la Vega, a través de Alejandra, la mujer de los negocios, sostuvo varios encuentros previos al triunfo electoral de Duarte, apoyando por supuesto con aportaciones millonarias la campaña, recursos de inversión que después cobrarían con creces al ya gobernador del estado.
Los predios, permisos, concesiones por parte del Gobierno de Chihuahua 2010-2016, fue parte del pago a la familia De la Vega por las aportaciones económicas a la campaña, además de proveedurías, y la canalización con funcionarios del más alto nivel para lograr extender sus negocios en todo el país, sobre todo en el tema de gasolineras.
La expansión comenzó por todo el país, en Ciudad Juárez, los asentamientos irregulares de tiendas de conveniencia y gasolineras posteriormente, fueron autorizados sin ningún problema, aún fuera de manera irregular, sin cumplir con normativas, leyes, papelería y permisos, la orden venía de lo más alto.
La familia repetía el modus operandi de décadas atrás, como lo hizo con la Cervecería Carta Blanca, cuando Federico De La Vega Mathews logró poseer la concesión exclusiva de la cervecería, inundo el mercado de alcohol, y lo monopolizó, convirtiéndolo en el hombre más rico de Ciudad Juárez, pero también el responsable indirecto de muchas pérdidas de vida por el excesivo consumo de alcohol a través de sus ventas millonarias.
La empresaria adinerada por herencia y por matrimonio (al estar casada con el petrolero Paul Foster, dueño de Franklin Mountain Energy (FME), mantiene una relación tan estrecha con el gobernador Javier Corral Jurado, que ahora pretenden hacer un millonario negocio en los deportes con recursos públicos. Y para colmo de la desvergüenza, será bajo otro fideicomiso y la figura de la Asociación de Inversión Público-Privada (AIPP).
La pujante empresaria tiene amarrados los fondos para la construcción de un estadio de fútbol –que no es prioridad para los ciudadanos juarenses-, mediante el esquema de inversión pública privada.
En términos llanos, es el ‘huachicoleo’ de cientos de millones de pesos que el gobierno canalizará para la construcción del nuevo estadio de fútbol con el que siempre soñó la familia de la Vega, y cuya inversión alcanzaría, de acuerdo a fuentes vinculadas al club de futbol y al gobierno de Chihuahua, los 2 mil millones de pesos.
Otro boquetazo a los recursos públicos de los chihuahuenses que pagan y cumplen con el pago de los impuestos, que tiene como nuevo destino, bajo la justificación del deporte y la llegada del futbol profesional de primera división, la inyección de recursos al equipo de Bravos de Ciudad Juárez, que es propiedad de la señora Alejandra de la Vega Arizpe.


No hay comentarios:

Publicar un comentario