FEMINISMO
Gloria Poyatos, Helena Maleno,
Lydiette Carrión, Patricia Simón y Mónica G. Prieto presentan 'Todas', una
recopilación de crónicas de violencia contra las mujeres en la que dan voz a
una parte de la población que se encuentra amenazada por el mero hecho de haber
nacido mujer.
Cuatro periodistas y una magistrada
presentan 'Todas', una recopilación de crónicas de violencia contra las mujeres
en la que dan voz a una parte de la población que se encuentra amenazada por el
mero hecho de haber nacido mujer.
MADRID
14/12/2017 18:46 Actualizado: 17/12/2017 21:26
SANDRA RODRÍGUEZ
"Una vez, le
dije a uno de mis clientes que me ayudase porque me obligaban a prostituirme, pero él se lo dijo a mi
madame, que después me castigó". Es la voz de Erin, una superviviente de
trata que consiguió escapar de sus explotadores. Una de las valientes mujeres
que ha tenido el coraje de contar su historia para hacer visible la atroz violencia
que sufrieron día a día más de 4,5 millones de mujeres en
el mundo el año pasado. Pero no todas corren la misma suerte.
El patriarcado tiene
múltiples formas de manifestarse y la mayoría de ellas son muy sutiles. La trata de mujeres es sólo una forma de violencia contra las
mujeres, como señala Gloria Poyatos, presidenta de la Asociación de
Mujeres Juezas de España. Todas (Libros.com/Compromiso), una creación de las
periodistas Helena Maleno , Lydiette Carrión, Patricia Simón, Mónica G. Prieto
y la mencionada magistrada, es una recopilación de crónicas de violencia contra
las mujeres. En este libro, las autoras denuncian desde distintas perspectivas
el hecho de que más de la mitad de la población se encuentre amenazada por la
simple condición de haber nacido mujer.
Más de la mitad de la
población se encuentra amenazada por la simple condición de haber nacido mujer
"Muchas de ellas
encuentran en el suicidio su única salida", apunta Poyatos. Este fue el
final de Mariana Lima, otra de las voces víctimas de violencia de género que
aparecen en la obra. Uno de los incontables casos en los que el suicidio, como
señala Lydiette Carrión, se usa como un recurso popular para
encubrir feminicidios. Su madre Irinea, convencida de que su marido
había cumplido con sus amenazas de acabar con ella aunque fuera sin llegar a
las manos, no cesó su lucha hasta que llevó el caso a la Suprema Corte de
Justicia y recurrió la sentencia cada vez que esta institución le daba la
espalda. Pero la justicia continuó empeñándose en que la joven se suicidó y que
no había nada más detrás.
O como ocurrió con
Ángela González, cuando la Justicia hizo caso omiso de las más de 50 denuncias que presentó contra su expareja,
y éste terminó asesinando a la hija que tenían en común con un disparo en la cabeza.
Tenía sólo siete años.
El suicidio de las
mujeres se usa como un recurso popular para encubrir feminicidios
A este tipo de
evidencias se refiere la magistrada cuando denuncia que la justicia se deja
influir por los estereotipos que recaen sobre la mujer, "mentirosa y
manipuladora", fomentando su total discriminación en las democracias del
siglo XXI, y que a menudo las víctimas son retratadas
como cómplices de su propia desgracia. Como ha ocurrido
recientemente en el caso de La Manada, en el
que el juez aceptó como prueba un informe que elaboró un detective contratado
por uno de los acusados para demostrar que la víctima de la violación múltiple
podía llevar "una vida normal" pese a la agresión y utilizarlo como
defensa. Posteriormente, fue retirado. "La violencia
sexual no acabará hasta que la vergüenza social recaiga sobre los violadores y
no sobre las víctimas", destaca la magistrada.
La cultura de la igualdad simulada
A pesar de que las
mujeres representan el 52,4% de la carrera judicial y desde que en 1977
Josefina Trigueros se convirtiera en la primera mujer jueza, sólo 11 integrantes de la cúpula judicial tienen nombre
femenino de un total de 77. El techo de cristal, la
brecha salarial y la escasa representación de la mujer en las instituciones y
reconocimientos públicos son sólo algunas evidencias
de la discriminación que continúa sufriendo la mujer en materia de igualdad.
"Vivimos en una
cultura de la igualdad simulada", denuncia Gloria Poyatos, que también
aprovecha para destacar la falta de voluntad de nuestros
políticos de cara a poner en práctica soluciones efectivas. De ahí
nace este libro, de las visiones de cuatro mujeres expertas en humanidad que
pretenden, a través de la voz de víctimas de violencia machista y sus
testimonios, "remover conciencias". Y de hacer ver a la sociedad que
cualquier mujer es susceptible de sufrir este tipo de violencia, a pesar de que
la pobreza y la falta de autonomía económica incrementen la vulnerabilidad.
"La cultura no inmuniza", destacan las periodistas.
Cualquier mujer es
susceptible de sufrir violencia machista: "La cultura no inmuniza"
La esclavitud sexual, la explotación
laboral, los asesinatos por violencia de género y la discriminación de la mujer
son los temas principales de esta obra, explicadas desde la visión de estas
autoras.
Las cinco escritoras
coinciden en una única solución: la educación.
Una educación de la sociedad, que sea consciente de que "las mujeres son
el problema, pero no lo crean", apunta Poyatos. Una sociedad que proclama
que "un hombre puede ser buen padre a pesar de ser un maltratador de
mujeres", o que sitúa a España en el primer puesto entre los países que
pagan por sexo.
"No podemos
promulgar que existe igualdad en un país que cosifica a la mujer en cada
anuncio, que difunde en la RAE que la mujer es el sexo débil y cuyos hijos
utilizan como herramienta libros de texto donde no hay ni
rastro de mujeres", concluyen.
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