Ahora resulta que los patos le tiran a la escopetas, pues a propósito de la reciente expulsión del PRI del diputado local plurinominal Antonio García Reyes, por haber votado a favor de la reforma electoral de Morena que, entre otras cosas, pretende blindar al Gobernador Cuitláhuac García Jiménez para que no se someta a la consulta ciudadana de revocación de mandato, desaparece las Comisiones Municipales Electorales y le quita el 50 por ciento de las prerrogativas a los partidos políticos, por lo que fue impugnada ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación a través de acciones de inconstitucionalidad del PRI, PAN, PRD y el partido estatal Podemos, resulta que el legislador plurinominal – ahora ex priista – afirmó que denunciará al dirigente estatal del PRI, Marlon Ramírez Marín, por cualquier cosa que le suceda a él o a su familia, luego de que el líder priista declaró que el diputado tiene responsabilidad en todo el desastre político-partidista que está ocurriendo en Veracruz.
Con la piel muy sensible, pero bien maiceado por la 4T, a través de un vídeo que circula en redes sociales, el diputado local plurinominal consideró que su expulsión es ilegal, porque no hay ninguna ley que diga que debe votar como dicta su partido en el Congreso del Estado, pues en su opinión el voto es libre, pasándose por alto los documentos básicos del Partido Político que lo hizo diputado.
Así las cosas, García Reyes reprobó las “violentas” declaraciones de Ramírez Marín, por “tanta saña y malicia”, por lo que dijo que analiza la posibilidad de denunciarlo por daños e incitar a la militancia a la violencia.
De paso, el expriista afirmó que su proceso de
expulsión fue totalmente erróneo, “porque usaron nombres y cargos diversos para
justificar su personalidad jurídica”. Lo malo para el diputado es que su
expulsión fue decisión de la Comisión Nacional de Justicia Partidaria, órgano
ante el cual tendría que interponer sus quejas. De ahí que por más que patalee
al diputado no le queda más que aguantarse y seguir dando gracias a Morena por
los ahorritos logrados con la reforma.
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