16 de julio de 2020

“…SON TIEMPOS DE COMBATE POPULAR ARMONIZADOS CREATIVAMENTE A CADA COYUNTURA DE LA LUCHA DE CLASES QUE SE DESARROLLA EN EL PAÍS…”: EPR


EDITORIAL DE LA REVISTA “EL INSURGENTE”

Año 24 Nº 201 julio de 2020 Pág. 3

La pandemia del Covid-19 en los hechos no es tan mortal como se difundió en los monopolios de la comunicación, el coronavirus ha resultado menos letal que lo proyectado para generar miedo y caos; padecimientos relacionados con la obesidad, la diabetes y cardiopatías, así como el dengue y enfermedades de la pobreza son mucho más mortíferas sin que tengan los proyectores mediáticos de por medio.

Los efectos devastadores tanto de virus o bacterias siempre depende de las condiciones materiales de existencia del pueblo, de su alimentación y no sólo de su atención médica, sino de una política de salud integral donde destaque lo preventivo, como es el caso del sistema socialista.

Es comprensible que un pueblo desnutrido, excluido del desarrollo de las fuerzas productivas expresado en el desarrollo socioeconómico sea blanco fácil de enfermedades producto de la pobreza, es decir, propias del capitalismo. La actual epidemia no ha “sido domada” y ha cobrado decenas de miles de víctimas por la condición precaria de nuestro pueblo.

La violencia que emana del régimen es parte de la vida cotidiana en todo el país, a diario cobra nuevas víctimas; fenómeno intrínseco del régimen económico y política que priva en el país, de condición transexenal que va más allá de los deseos personales.

En esa lógica de violencia producto de la descomposición social y del carácter policíaco militar del Estado mexicano, éste se rige por leyes de su funcionamiento y no por prédicas e irrealizables iniciativas personales.

Poco a poco se avanza para hacer realidad la promesa electoral de lavar la imagen del Ejército Mexicano en torno a la desaparición forzada de los normalistas de Ayotzinapa; sostener la línea de investigación del factor narcotráfico como autor intelectual y material revictimiza a las víctimas, familiares y organizaciones del pueblo que luchan contra la violencia que emana del régimen.

En esa lógica de investigación, por muy buena voluntad que exista, no aporta novedad alguna, el fenómeno del narcotráfico no se puede entender fuera de la esfera del Estado mexicano, es un fenómeno desde y para el Estado. En todo caso, la supuesta omnipotencia y omnipresencia sólo es explicable bajo el manto del poder burgués.

 

En México históricamente el Ejército Mexicano conforma la columna vertebral del Estado, su existencia y operatividad obedece a la del instrumento que esparce la violencia de Estado contra el pueblo, esa es su naturaleza de clase.

La firma del T-MEC y la visita de AMLO a Estados Unidos para entrevistarse con Trump pone entredicho la tan propalada soberanía de la presente administración, el máximo representante del poder imperialista nunca da un paso en falso, todo se mide por el beneficio económico y político en función de los intereses geoestratégicos del imperialismo.

No son tiempos ni de “descanso”, tampoco de “reflexión” y “autodisciplina” del sujeto político, para éste, no son tiempos de desmovilización y parsimonia ante el grado de explotación y opresión del pueblo, así como la violencia de clase que no cesa; tanto para el sujeto político como el revolucionario son tiempos de combate popular armonizados creativamente a cada coyuntura de la lucha de clases que se desarrolla en el país.

¡Con la guerra popular! ¡El EPR triunfará! Año 24 Nº 201 julio de 2020 Pág. 3 

FUENTE: CEDEMA

ENLACE: http://www.cedema.org/uploads/El_Insurgente-201.pdf

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