*Improvisan
funcionarios y gobiernan con ocurrencias
*Gramínea, sostén más importante del ingreso nacional
*“Sin zafra se vive economía muerta en cada pueblo’’
*Grandes pendientes en la política cañera dice experto
Luis Velázquez/I
Veracruz,
Veracruz. 08 de enero de 2013.- Presidente de la Comisión Nacional de la Industria Azucarera en
la LIX Legislatura federal, Marcos Antonio Torres Hernández, respiró en la
infancia el olor de la caña con el ingenio El Modelo, en La Antigua, Veracruz.
Durante una década, en plan de estudios, conoció ingenios de
Brasil, Colombia, Cuba, Estados Unidos, Guatemala, Panamá y España y dice: en
el país, como en Veracruz (con 22 factorías azucareras de las 47, hoy), la
fuente de ingresos más importantes proviene de la gramínea.
Sin su ipad que siempre jala para el dato técnico, de memoria
ejemplifica el hecho: el ingenio “El Modelo”, en La Antigua, muele diez mil
toneladas diarias de caña de azúcar en época normal de zafra.
Para trasladar las diez mil toneladas del campo a la fábrica se
necesitan 500 camiones de carga, o más, y para cosechar las diez mil toneladas
son contratados 4 mil cortadores y 600 obreros, más los prestadores de
servicios de maquinaria y demás.
Más 800 loncheros. Más 800 macheteros. Más los coordinadores y,
por lo menos, cada semana se mueven entre 20 y 25 millones de pesos en la
población donde se ubica el ingenio.
Ingeniero químico con cuadro de honor, Marco Antonio Torres
Hernández dice: en La Antigua, como en el resto de Veracruz con cada ingenio,
como en el país, la derrama es gigantesca. Sin la zafra en el pueblo se vive
una economía muerta. Es más, luego de la zafra, la población vive de la
liquidación. Y cuando se acaban los recursos, a esperar con ansia la zafra
siguiente.
Así, bastara citar un dato clave: sólo en 15 estados de México
se produce azúcar y Veracruz es un estado privilegiado en su economía, con 22
ingenios.
EL PEOR MAL DEL CAMPO CAÑERO
Se le recuerda, entonces, las contradicciones. Por ejemplo: en
diciembre del año 2010, el secretario de Desarrollo Agropecuario, Tomás
Carrillo Sánchez, nombró a Tomás Rubio Martínez coordinador de la Agroindustria
Azucarera, Alcoholera y Piloncillera, cuando su curricula habla de que,
primero, se encargó de las cuestiones policiacas de Veracruz, luego manejó una
empresa de seguridad, después fue director del parque de Maquinaria y al último
diputado local y presidente de la Comisión de Comunicaciones, es decir, de la
política carretera.
Nada que ver, pues, con la industria azucarera.
Incluso, ni noción tenía, pues en aquellos tiempos andaba
preguntando de qué se trataba su chamba en la coordinación de Fomento a la
Agroindustria alcoholera…
Un día, se le preguntó a su tocayo, Tomás Carrillo, las razones
para el nombramiento de Tomás Rubio.
-“Me lo recomendaron”.
-“¿Quién te lo recomendó?”
-“Me lo recomendaron”.
-“¿Quién te lo recomendó?”
-“Me lo recomendaron”.
Y Marco Antonio Torres, sereno, reposado, discreto, guarda
silencio. Calla. Pero refiere: Australia es el país número uno de producción de
caña en el mundo. Incluso, fue la primera nación en los cinco continentes que
maquinizó el campo, exportó la maquinaria. Es más, hasta la tecnología.
Pero en el continente latinoamericano, Brasil significa un éxito
en la industria azucarera, productor de etanol.
Y en el tiempo de Tomás Carrillo como titular de SEDARPA viajó a
Pirasicaba, Brasil, para lanzar en Veracruz la producción de etanol, en
igualdad de condiciones que en el país de Lula y Dilma.
Todavía hoy los ingenios y los productores siguen esperando
resultados.
-“¿La industria azucarera se ha gobernado con ocurrencias?”.
“Parece”.
LOS GRANDES PENDIENTES
Entonces, el exdiputado federal, conocedor como pocos, de la
caña de azúcar y sus pendientes, resume los problemas en el país, y por
añadidura, en Veracruz:
I. La dispersión de las zonas de abastecimiento. Luis Echeverría
Álvarez, por ejemplo, alienta la seguridad social en el campo cañero. Cada
productor tenía seguridad social para su familia, pero también para los
trabajadores.
Y el campo cañero se dispersa. En vez de sembrarse una hectárea,
por ejemplo, de caña de azúcar, propiedad de un productor, la hectárea era
fraccionada en cuatro partes, cada una con un productor diferente, todos
miembros de la misma familia y la seguridad social se sobrecargó de
derechohabientes. Y hasta pensión del Seguro Social les daban. Hubo, entonces,
como hoy, productores que sólo entregan una carreta de caña al ingenio y con
eso acreditaban la seguridad social. El IMSS quebró.
II. El campo cañero, como en el resto de los cultivos, subsiste
sin ninguna mejora tecnológica.
III. Los altos costos de producción. En otros países siembran
menos tierra con caña, pero obtienen rendimientos superiores.
IV. Luis Echeverría tenía a su lado, como nunca antes ni después
un presidente de la República, a un par de políticos cien por ciento con
vocación social como Alfredo Vladimir Bonfil, líder de la Confederación
Nacional Campesina, y Augusto Gómez Villanueva, secretario de la Reforma
Agraria, con ellos publicó un decreto cañero para sentar en la mesa de las
negociaciones tanto a industriales como productores. un pacto, pero luego el
decreto fue derogado.
Y cuando Marco Antonio Torres fuera presidente de la Comisión de
la Industria Azucarera en el Congreso de la Unión trabajó, operó y luchó para
resucitar aquel decreto, aquella ley y restablecer las mismas circunstancias
sujetando a las partes a un acuerdo superior.
Pero desde Los Pinos, Vicente Fox Quesada se le atravesó y la
tumbó.
V. Nunca ha existido rendición de cuentas de los líderes
cañeros. Y eso que manejan recursos millonarios. Incuantificables. Con una
barbacoa y cerveza, el cañero levanta las manos cuando en la asamblea los
líderes preguntan si están de acuerdo con las finanzas y todos, en automático,
la aprueban, porque la pachanga gastronómica y etílica espera.
Así, se han borrado cantidades millonarias de recursos
desviados.
VI. Por eso es que desde tiempos inmemoriales el campo cañero
está ensangrentado. Decenas, cientos quizá, de dirigentes han sido ejecutados
por enemigos y adversarios políticos.
Y desde tal mirada, los ingenios de Constancia y Motzorongo, en
el estado de Veracruz, ocupan el primer lugar en número de líderes asesinados.
Todos los crímenes permanecen en el limbo de la impunidad.
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