FIDEL HERRERA BELTRAN Y RENE HUERTA RODRIGUEZ, MINTIERON....
Por Vivian Martínez
Familiares de Ernestina Ascencio Rosario, indígena atacada por
militares en la sierra de Zongolica hace seis años, denunciaron por primera vez
ante los medios de comunicación que fueron amenazados por el ex gobernador
Fidel Herrera Beltrán y el entonces dirigente de la Coordinara Regional de
Organizaciones Indígenas de la Sierra de Zongolica (CROISZ), René Huerta
Rodríguez, ex candidato del PRI a la alcaldía de Camerino Z. Mendoza, para que
“se calmaran” y desistieran de pedir justicia.
Señalaron a Huerta Rodríguez, como la persona que intervino para impedir
que exigieran justicia ante las autoridades, además de que los engañó con las
casas y con el apoyo económico que recibirían a cambio de su silencio.
En rueda de prensa, las hermanas Marta y Carmen Inés Ascencio, hijas de
la finada, con la ayuda de Eugenio Ortega – nieto de Ernestina Ascencio – como
traductor al castellano, explicaron en su lengua que cuando la
encontraron desfalleciente llamaron a René Huerta, quien se hizo
cargo de solicitar – supuestamente – apoyos para la familia, los cuales
llegaron a medias.
Marta, quien encontró a su madre todavía con vida justo después del
ataque, refrendó su versión de que la víctima señaló a los militares,
integrantes del Ejercito Mexicano, como sus atacantes, como las personas que la
violaron, además de que las evidencias físicas daban cuenta de ello.
En realidad, ellos nunca aceptaron la versión del entonces presidente
Felipe Calderón, que apuntó a una “severa gastritis” como la causa de la
muerte.
Marta fue a casa de su madre porque le extrañó ver que los borregos que
ella cuidaba llegaron solos hasta su casa. Temiendo que algo le hubiera
sucedido se trasladó hasta la casa de Ernestina y ahí la encontró todavía con
vida, y al preguntarle que había pasado, la víctima alcanzó a contarle sobre el
ataque.
Enseguida llamó a otros dos hermanos varones, quienes inmediatamente
dieron aviso a Rene Huerta Rodríguez, el cual gestionó para que fuera
trasladada al hospital de Río Blanco. “El las empezó a controlar a ellas, a
amenazarlas para que no dijeran nada”, dijo el traductor luego de escuchar lo
que Marta y Carmen comentaban.
René Huerta les decía que agacharan la cabeza y se taparan la cara si
alguien trataba de entrevistarlas o preguntarles que había pasado.
“Les dijeron: la verdad no hay justicia, les vamos a ofrecer apoyos para
que se conformen. Les ofrecieron casitas y dos naves para un taller de
carpintería para que trabajara toda la familia. Prometieron maquinarias, una
camioneta y el apoyo económico que cada mes iba a llegar, además de despensas”.
De todo eso, dijeron, no llegó nada. Lo único que les entregaron fue una
de las dos naves para el taller pero sin la herramienta. Las cinco casitas que
les construyeron a los familiares resultaron ser muy sencillas, acusaron, de
dimensiones reducidas de 25 metros cuadrados con techo de lámina y sin cuartos.
Durante dos años, cada seis meses, les entregaban 2 mil pesos, y eso fue
lo único que recibieron.
También refirieron que, por indicaciones del ex gobernador Fidel Herrera
Beltrán, fueron llevados de paseo en dos autobuses por varios estados de la
república, en donde se trasladaron como 70 personas de la familia.
“Ellas solo quieren que les cumplan lo que les prometieron”. En cuanto a
la justicia, aceptaron que solamente les queda pedirle a Dios que la haga. “Ya
no se puede revivir a mi abuelita, solamente que les cumplan lo que les
prometieron y ellas se van a quedar tranquilas, porque han sufrido mucho”,
añadió Eugenio Ortega.
El dirigente estatal del PRD, Sergio Rodríguez Cortés, y un ex
colaborador de Rene Huerta, Roberto Huerta Abad, convocaron a esta conferencia
de prensa para acusar que el candidato priista no puede aspirar a gobernar el
municipio de Mendoza porque es repudiado por su vecino, el municipio serrano de
Soledad Atzompa, en donde acontecieron los hechos, y que colinda con la
localidad mendocina de Necoxtla.
Rodríguez Cortés advirtió que en este proceso se está enardeciendo a la
gente, y dejó ver que se puede desatar la violencia, pues “ahí la justicia la
hace el pueblo”, señaló.
“La gente de Soledad Atzompa está indignadísima. En un proceso que debe
ser tranquilo, enardecen al pueblo, ¿cómo creen que responda Soledad Atzompa?”,
soltó.
Cabe recordar que Ernestina Ascencio Rosario fue atacada por militares a
las 73 años y como consecuencia murió, en Tetlatzinga, municipio de Soledad
Atzompa, el 6 de febrero de 2007.
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