“No hagas a tu prójimo lo que odies que te hagan a ti“. Hilel.
El caso de Feliciano Díaz el pequeño que fue humillado por un funcionario del área de comercio del municipio de Villa Hermosa, en Tabasco, provocó una ola de indignación local y nacional, al difundirse en las redes sociales un video que exhibió la forma en que Juan Diego López, maltrató al niño que vendía dulces y cigarros en el Centro Histórico de esa capital.
Para calmar a la opinión pública, el gobierno del ex priista Arturo Núñez, anunció que el pequeño recibiría como recompensa, una beca hasta que finalice sus estudios de primaria. Es decir, por dos años más, ya que el menor finalizó recientemente, sus estudios del cuarto grado de nivel básico.
Con gran despliegue publicitario la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) informó que a las 11:21 horas de este domingo el niño indígena tzotzil Feliciano Díaz Díazfue entregado a su mamá Andrea Díaz Pérez, en el estado de Chiapas, de quien se desconocía su paradero.
La entrega se hizo ante la presencia de visitadores de las delegaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) de Tabasco y Chiapas, así como funcionarios del DIF Tabasco, de Derechos Humanos de la PGJE y del fiscal especializado en Justicia Indígena de la PGJ del vecino estado.
La imprudencia de un funcionario menor del municipio de Villahermosa, provocó la crítica a varios actores políticos empezando por el gobernador de Chiapas Manuel Velasco Coello.
El señor Velasco no ha realizado una sola obra digna a favor de rescatar a la niñez de su estado para que eviten que los pequeños sigan siendo explotados por sus padres o tutores mandándolos a vender a plazas públicas a lugares tan apartados como en este caso sucedió con Feliciano, que radica en Chiapas y andaba en Tabasco vendiendo dulces.
En cambio el gobernador de Chiapas lleva 8 meses, erogando millonarias sumas en el pago a revistas del corazón como el Hola, tv y novelas y otras, donde no se cansa de difundir su romance y próxima boda con la cantante Anai. Casualmente, la también actriz, luce en la mayoría de las fotos harta y poco feliz de representar el triste papel que le ordenaron en la empresa donde la hicieron famosa.
Del ex priista Arturo Núñez que llegó por el PRD a la gubernatura, tampoco extraña la falta de sensibilidad del personaje. El caso del niño Feliciano Díaz, se repite una y mil veces no solo en Tabasco, sino en todo el país.
Casualmente, la historia del niño Feliciano Díaz, le restó los comentarios a la escandalosa escena del corrupto ex gobernador priista Andrés Granier, caso que lleva meses acaparando los medios de comunicación nacional, para que la opinión pública se olvidara del cochinero electoral de las elecciones del 7 de julio y de los acuerdos bajo la mesa entre la Presidencia, PRI, PAN y PRD, para aprobar próximamente una nueva reforma fiscal que incluye IVA generalizado a medicinas y alimentos.
No hay que pensarle mucho para concluir que desde el poder, se inventan los distractores de toda clase, “la detención del Z-40”, “el incremento de la violencia en Michoacán”, la detención de Ángel de María Soto, el caso del niño chiapaneco y todavía los que faltan, para que la gente se concentre en estos temas y olvide salir a la defensa de otros intereses nacionales como es la próxima privatización de Pemex, que ya tienen preparada para los meses venideros.
Lo otro es que pocos pueden rasgarse las vestiduras condenando el hecho del niño en Tabasco, cuando por ejemplo, en estados como Veracruz, se observan a diario a cientos de pequeños indígenas que también son usados en la venta de artesanías, dulces y hasta para explotación sexual.
Y quién hace algo para evitar que nuestros niños y niñas tengan que salir a trabajar para ganarse un pan. Observamos recientemente cómo el cabildo priista de Boca del Río, aprobó reformas al bando de policía y buen gobierno, para poder justificar el retiro de los limosneros, niños, niñas, ancianos de la calle y hasta se les ocurrió aplicarles multas si son detenidos solicitando una moneda.
No tienen ni para comer una vez al día, pero los señores ediles quieren que paguen una multa para no ser encarcelados. ¡Increíble!.
Resulta lamentable que los funcionarios públicos respondan a la presión mediática con acciones que lejos de beneficiarles, los exhiben aún más. Recientemente, en Veracruz optaron por financiar gastos para un viaje a Brasil a la chica que se salvó de pasar varios años en un penal de Nayarit, Ángel de María, solo porque resultó ser parte de la comunidad católica de Xalapa.
Los políticos cometen serios errores y deciden resolver los problemas con una dádiva, más que con una solución de fondo a las malas acciones que continúan registrándose en todos los niveles de gobierno. Nos preguntamos, por qué no se anunciaron las sanciones para los policías federales que detuvieron a la chica y la pusieron a disposición de un juez, a sabiendas que la maleta que le adjudicaron no era suya.
Por qué a Juan Diego López Jiménez, funcionario de la Dirección de Fiscalización del Ayuntamiento de Villa Hermosa, solo lo despidieron y no le abrieron una averiguación previa para procesarlo por mal trato al niño. Sancionarlo con seriedad, habría sido un ejemplo para que otros muchos malos funcionarios públicos de todos los niveles de gobierno, dejen de abusar de sus cargos.
Pero no, nunca veremos castigos ejemplares en contra de los funcionarios porque los unos a los otros se protegen. Todos, son parte de una clase política que aprendió a vivir del presupuesto eternamente, a través del abuso, la corrupción, la impunidad y la indiferencia de la sociedad respecto a lo que hacen con los recursos que pagan a través de sus impuestos.
Feliciano Díaz, pero también muchos otros niños que son explotados todos los días en los rincones del país, se merecen más que una beca para que terminen su primaria. Merecenacciones drásticas desde el gobierno federal, para generar las condiciones vida que le permitan a la población, tener acceso a un trabajo en los estados y comunidades donde viven para que no vayan a las grandes ciudades a ser víctimas de funcionarios o grupos delincuenciales que los explotan o prostituyen.
Quiénes son responsables del abuso en contra de los niños de este país y del mundo. Somos todos, es la sociedad entera que desde siempre se ha evidenciado indiferente al dolor ajeno.
Mientras los ciudadanos no salgamos de nuestra comodidad pensando que esos problemas no son de nosotros o de nuestros hijos o familiares, continuaremos conociendo más casos como el del niño de Chiapas.
Tenemos 8 años escuchando la muerte de poco más de 20 mil niños en el país, en el marco de la guerra contra el narcotráfico y qué ha hecho la sociedad para salir a exigirle a la clase política de todos los niveles, alto a este genocidio tan grave en contra de nuestros niños, niñas y jovencitos que como nunca antes además, están siendo víctimas de la delincuencia organizada.
Sabemos que miles de niños en el país, mueren también por desnutrición. Es increíble que en pleno siglo XXI en México no se haya logrado erradicar las muertes por falta de alimentación. Y más que la secretaria de SEDESOL Rosario Robles, declare que “nos debe dar vergüenza que haya hambre con todo lo que tiene México”. ¡Vergüenza le debería dar a ella por permitir el desvío de recursos de esta dependencia, para el financiamiento de campañas!.
Y quién tiene la culpa de esto. ¿Sólo los políticos por ser tan corruptos que se roban el dinero que año con año se destina presuntamente, para el combate a la pobreza?.
No verdad. No solo los políticos tienen la culpa. La culpa es de todos, de todos los que no ven como indispensable la exigencia de respuestas inmediatas a la clase política, a la que se le debe urgir mejora de la economía, mayor justicia social, seguridad, más y mejores oportunidades de educación, de empleo, combate a la corrupción, a la impunidad, respeto al medio ambiente y la sociedad en términos de mayor justicia y dignidad para sus integrantes.
FUENTE: PLUMAS LIBRES
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