“Organícense”, mensaje a los presos de los excarcelados prozapatistas
México, Distrito Federal. “Que se llenen de valor y que sepan pelear sus derechos; en ello podemos obtener nuestras libertades”, llama el ex preso Rosario Díaz Méndez a otros encarcelados injustamente en México. Liberado el 4 de julio junto con siete integrantes más de Solidarios de la Voz de Amate, denuncia, junto con el también liberado Pedro López, la aplicación discriminatoria de la justicia para los indígenas y exige la libertad para Alberto Patishtán.
Con seis años de cárcel a cuestas, de los 37 a los que fue condenado por supuesto secuestro y violación, Pedro López Jiménez – de la comunidad Colonia Sibactel, municipio de Tenejapa- denuncia que el 75 por ciento de los presos a los que conoció en el penal de San Cristóbal de las Casas son inocentes. “Realmente, la gente indígena es detenida por ser pobre y por ser inocente”, señala en entrevista con Desinformémonos. Coincide Rosario Díaz: “La justicia para los indígenas en Chiapas es muy complicada porque no dominamos el español, y ese es nuestro único delito. Nos condenan a muchos años porque no nos sabemos defender”, acusa el originario de Huitipán, sentenciado a 45 años por secuestro y homicidio–de los que cumplió ocho.
En la cárcel, Díaz y López encontraron historias de injusticia parecidas a las suyas. Rosario Díaz cuenta el caso de tres jóvenes que fueron no solamente encarcelados injustamente, sino que además fueron baleados por la policía. Pedro López relata que conoció a un grupo de ocho personas sentenciadas por el homicidio que cometió uno de ellos y en el que el resto no tuvieron nada que ver. “Eso no sólo indigna, sino que encabrona”, señala.
Este sentimiento de injusticia fue lo que hizo a ambos chiapanecos involucrarse en la organización de presos fundada por Alberto Patishtán. “El delito que me montaron yo no lo cometí. Esa misma injusticia me impulsó a organizarme”, relata Pedro López. “Por esa misma razón me llené de valor, por la injusticia que existe y que nos impulsa a llenarnos de valor para defender nuestros derechos”, agrega Rosario Díaz.
Los años de estancia en el Centro de Readaptación Social de San Cristóbal de las Casas fueron de enseñanza para los presos pues, declaran, aprendieron sus derechos, cómo defenderlos “y cómo litigar muchas cosas” para que no sean maltratados los indígenas, precisa Díaz.
Ahora, fuera de la cárcel en la que protagonizaron marchas, protestas y huelgas de hambre, continúan la organización para lograr la libertad de Alberto Patishtán. “Seguimos por la libertad del compañero Alberto”, anuncia Pedro López. Ofrecen conferencias de prensa, entrevistas y acuden a los actos para exigir la libertad de preso tzotzil, como el efectuado frente al Consejo de la Judicatura Federal, donde organizaciones eclesiales y el Comité por la Libertad de Patishtán organizaron una misa oficiada por el obispo de Saltillo, Raúl Vera López, el 11 de julio.
Rosario Díaz no estuvo nunca antes en la capital del país. Pedro López señala que “vine hace muchos años a la ciudad a trabajar. Ahora vine a ubicar a todos los que me apoyaron y porque nosotros estamos por la libertad del compañero Alberto”.
En línea con su experiencia, Pedro López llama a quienes están presos a organizarse y a no permitir que los condenen injustamente, “que no se dejen; estando organizados todo se puede”. Rosario Díaz expone que “podemos obtener nuestras libertades llenándonos de valor y sabiendo luchar por nuestros derechos”.
“Si hacemos el esfuerzo, todo se puede”, finaliza López.
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