CLAROSCUROS
Por José Luis Ortega Vidal
(1)
El miedo es, ante
todo, una emoción que se vincula al peligro.
Es también una
sensación animal provocada por hechos concretos o ficticios, presentes o
pasados, que nos colocan ante un estadio de indefensión: mental o real,
primitivo y vigente en el caso del ser humano y su llamado desarrollo.
Es decir, todos los
animales pueden enfrentar el miedo, lo que incluye a los seres humanos, pero
sólo éste posee una inteligencia desarrollada y ha creado una civilización que
–oh contradicción- es capaz de generarle miedo; a veces mucho miedo…
(2)
El Veracruz de hoy
padece miedo y éste se vincula al proceso electoral que estamos viviendo.
En la lucha por el
poder suele emplearse el miedo como estrategia, como herramienta para hacerse o
quedarse con el poder si ya se posee.
Un hecho muy
concreto es generar violencia para evitar que la gente vote, por ejemplo.
Y esa falta de
votos ayuda a unos y perjudica a otros.
Me refiero a la
gente de poder.
Los jodidos no.
Esos se quedarán
con su miedo y más jodidos aún.
Al poco tiempo de
hacer sido asesinado Raúl Gibb -el 9 de abril del 2005- los h
erederos de La
Opinión, el periódico más influyente del norte del Estado, simplemente
heredaron el emporio y se resguardaron detrás de sus poderosas bardas de
relaciones políticas y dinero.
Jorge Jácome
Salazar, hombre de confianza de Raúl Gibb, su guarura durante año, fue
levantado un buen día y su familia quedó indefensa, estupefacta, reclamando su
presencia a once años de los sucesos y sin respuestas, como cientos, miles de
casos de desaparecidos en Veracruz y México.
(3)
Los hechos se
mezclan: el Estado es el responsable, en todos sus niveles, de garantizar al
ciudadano las condiciones elementales de seguridad y bienestar.
Si no hay estos
elementos: empleo, democracia, salud, estabilidad política, seguridad,
educación, nos enfrentamos a un problema que no es de policías y ladrones (eso
es superficial) sino un tema estructural: la sociedad toda se sacude y se
genera el caos.
El caos incluye al
miedo: provocado o no, individual o colectivo, pero miedo al fin, con
consecuencias deleznables porque puede abarcar la muerte de mucha gente y el
enriquecimiento de unos pocos.
(4)
Los ejemplos son
muchísimos en el Veracruz de los últimos años.
Actualmente, a un
mes de las elecciones veracruzanas, hay miedo por doquier.
En el Sur, se ha
convertido en pánico, en terror.
La explosión de
Clorados 3 el jueves 21 de abril generó desolación.
La muerte del menor
Ricardo Mayo Coronado, el 11 de abril del 2016, en Chinameca, causó
desesperanza: un niño de 7 años muerto a balazos en su domicilio…
El 22 de abril del
mismo 2016 –en Las Choapas- el menor Manuel Monroy Sánchez, de sólo 8 años, se
atravesó en el camino de unos sicarios que perseguían a un vendedor de droga y
murió balaceado: más indignación frustrada.
En julio del 2014
una niña de cinco años, Karime Cruz, salía de su escuela en la colona Prócoro
Alor de Coatzacoalcos y fue secuestrada.
Tres meses después
apareció asesinada junto a su tía, presuntamente involucrada en el plagio y
luego victimizada por sus cómplices.
(5)
Al mediodía del
miércoles 4 de mayo, sobre la avenida Juan Escutia de Coatzacoalcos, frente al
colegio “Anglo Mexicano”, la señora Leticia Candelaria González Chávez fue
asesinada por un sicario.
Otro matón a sueldo
ejecutó segundos antes a su chofer José Antonio González.
Las primeras
versiones, las que se publicaron ayer jueves 5 de mayo, establecen que las víctimas
acudían al colegio por la hija de Leticia Candelaria González y un grupo de
secuestradores frustrados por la intervención de un vigilante escolar, los
mataron.
(6)
Ayer mismo, empero,
la Fiscalía de Veracruz ventiló -vía un boletín- una nueva versión:
a) José Antonio
González no sólo era chofer de la familia de Leticia Candelaria, sino su
guardaespaldas, lo que hace pensar que viajaba armado, aunque este dato no se ha
confirmado.
b) Frente al
colegio “Anglo Mexicano” estuvieron presentes durante un rato dos hombres
disfrazados de barrenderos o vigilantes, dado que portaban sendos chalecos
color naranja, empleados normalmente por trabajadores públicos.
c) Cuando la camioneta
GMC Yukón, blanca, placas PYL-41-49, se estacionó frente al colegio de marras,
los sicarios actúan con rapidez. Primero mataron al guardaespaldas, luego a la
dama que resguardaba, quien sería su principal objetivo.
d) Los asesinos
huyeron
e) Nadie, ni las
víctimas ni los asesinos se acercaron nunca al portón de la escuela ni a la
niña, no obstante estar a unos metros de la entrada.
f) La niña no les
interesaba. No iban a secuestrar, iban a matar y eso hicieron.
g) Son
profesionales por la forma en que actuaron. Primero eliminaron el peligro: al
matar al guardaespaldas. Luego cumplieron el objetivo: ejecutar a la damda.
h) El esposo de
Leticia Canderaria se llama Omar Iván Argüelles De Los Santos y su domicilio se
ubica en el ejido Calzadas de Cosoleacaque.
i) De oficio
abogado, Omar Iván pertenece a una familia dedicada al transporte: hace unos
seis años -cuentan en Coatzacoalcos- tenían pocas unidades, hoy poseen un
capital muy notable.
ij) Leticia
Candelaria González Chávez, cuya madre se traslada desde Tamaulipas para su
entierro, era poseedora de la franquicia Smiling Games en la Plaza Quadrum, una
de las más lujosas de Coatzacoalcos.
k) En su boletín,
la Fiscalía plantea como una de sus líneas de investigación el parentesco de
una de las víctimas con Hernán Hernández Martínez (a) “Comandante H”, quien fue
detenido en marzo del 2012 junto a varios de sus colaboradores en la colonia
Benito Juárez de Coatzacoalcos por el Grupo Aeromóvil de las Fuerzas Especiales
(GAFES) del Ejército Mexicano.
l) Al “Comandante
H” se le consideraba -en el 2012- el principal operador del trasiego de
estupefacientes en la zona sur sureste del país; en el 2014 –según el boletín
de la Fiscalía- resultó absuelto y fue puesto en libertad.
(7)
Ayer mismo, en
Coatzacoalcos, ocurrió una balacera en Plaza Crystal. Allí se encuentra una
tienda Chedraui y otra de Fábricas de Francia.
Se creyó
originalmente que se trataba de un enfrentamiento entre sicarios o un intento
de secuestro.
Se aclaró
finalmente que policías vestidos de civil realizaban un operativo de
inteligencia para detener a secuestradores que irían a recoger el pago por un
plagio.
Hubo detenidos,
balazos entre las fuerzas del orden y los delincuentes. Luego, una confusión:
navales discutían con policías estatales vestidos de civiles y en respuesta
éstos detuvieron a los marinos.
Se ubicó una casa
de seguridad de los delincuentes en la colonia “Francisco Villa”.
Extraoficialmente
se habló de un rescate pero al cierre de edición de esta columna tal versión no
estaba confirmada.
(8)
El miedo sí, estaba
confirmado.
Hay miedo en el
sur: se respira, se siente, se palpa a cada paso.
La noche del mismo
miércoles 4 de mayo, es decir hace dos días, mataron al hijo de un reportero en
Oluta, municipio Popoluca vecino de Acayucan en el Sur.
Nuestro pésame y
abrazo solidario para el colega Anastasio Oseguera.
(9)
El miedo tiene
muchos orígenes y uno de ellos es la lucha por el poder.
En tal caso el
miedo se provoca como parte de una estrategia que busca obtener resultados
específicos.
Trátese del poder
que sea.
Antes, durante y
después de las elecciones del 5 de junio conoceremos más detalles al respecto.
(10)
El miedo, en
ocasiones, se siembra.
Otra veces, el
miedo es producto de nuestro propio miedo.
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