Columna: Fuera de Foco
Esperanza
tiene 25 años. Una mujer de mirada fuerte, piel morena y pelo ondulado, quien
combina su ruda expresión con una nerviosa sonrisa casi incontrolable para
ella. Tiene pocos años, pero ha vivido en su corta edad aspectos realmente
dolorosos. A la edad de 13 años, fue ultrajada sexualmente por su propio padre.
Su madre, una mujer supuestamente de una posición acomodada y empresaria,
invertía casi la totalidad de su “valioso” tiempo en atender un exitoso
restaurante de comida italiana, el cual, lo había obtenido por regalo de su
acaudalado padre.
Ella tenía dos hermanas más
pequeñas, quienes regularmente eran cuidadas por la abuela materna en su propio
domicilio. Eran gemelas y tenían 8 años, el padre exigió que alguien más
paciente cuidara de ellas. Su papá se dedicaba a los bienes raíces, pero
regularmente se mantenía en la casa para supuestamente cuidar a su adolescente
hija. Pero su plan real, era tener la oportunidad necesaria para poder
violentarla sexualmente en el momento que lo deseara y así lo hizo. Durante dos
años, logró mantenerla bajo amenaza y ultrajándola a su antojo. Si lo
denunciaba, le prometió que mataría a su madre, a su abuela y las gemelas. Al
cobarde nada le importaba, más que satisfacer sus asquerosos instintos.
Nadie notó jamás la tristeza de
Esperanza. Hasta que ocurrió algo inesperado para todos. La pequeña Esperanza
quedó embarazada de su propio padre. La noticia cimbró a la acaudalada familia
y para cuidar su “prestigiado” nombre, ocultaron tan vergonzosa verdad.
Esperanza tuvo que soportar la golpiza de su propio padre, quien la acusaba de
ser una prostituta por haberse atrevido a tener relaciones sexuales con
“chamacos”. Le exigía le dijera quien era el padre, cuando el chacal sabía de
antemano, que el hijo que Esperanza esperaba era producto de la violación que
durante dos años había perpetrado en su contra.
Un mes soportó las bajezas de
su padre. Un mes y este continúo violándola y le decía que si sacaba el
“chamaco” la iba matar. Un mes, solo un mes y Esperanza decidió atentar con su
vida, no sin antes, dejar una carta póstuma y enviarla vía correo postal al
restaurante de su madre, donde le detallaba absolutamente todo.
Esperanza no murió. Ese día, su
abuela materna llegó sin avisar a la casa de la “acaudalada” familia. La mujer
encontró a la pequeña casi moribunda, pero su llegada le brindó la oportunidad
de poder sobrevivir a la sobredosis de medicina. Estuvo en coma aproximadamente
seis meses. No quería despertar. No quería vivir más. Cuando despertó su madre
lloraba desconsoladamente. Le pidió perdón por su abandono.
El feto murió por la
sobredosis. Afortunadamente para ambos. El chacal anduvo a salto de mata por la
denuncia en su contra por violación interpuesta por su madre, pero al final,
fue capturado. La madre y Esperanza, luchan por intentar superar la horrorosa
experiencia. Hoy Esperanza tiene 25 años y estudió psicología. Actualmente su
mala situación vivida la ha canalizado para trabajar con personas violentadas.
Anuncia que es posible que en el futuro forme una fundación la cual estará
totalmente centrada en detectar casos de niños y niñas violados.
Esperanza, cuenta su historia
para concientizar a los legisladores del estado de Veracruz quienes pretenden
reformar el artículo 4º de la Constitución Mexicana y con ello, quitarles el
derecho a las mujeres a decidir sobre la interrupción de un embarazo. Les
quieren quitar el derecho de decidir sobre sus cuerpos, alegando estar en favor
de la vida.
¿Quiénes están detrás de todo
esto? La iglesia católica. Esa misma que por un lado dice estar a favor de la
vida y por ello, les exigen a los legisladores que reformen dicho artículo para
impedir con ello, que el aborto sea legalizado. Los mismos que en un juego de
doble moral, piden por la vida y es el sector que mantiene y defiende a un gran
número de sacerdotes pederastas.
Ni a los católicos, ni a los
priístas y a los “moralistas” panistas les importa el valor de la vida. Los que
dicen llamarse “representantes” de Dios, deberían mejor barrer hacia adentro
antes de intentar “componer” las decisiones de las personas. Allanar al libre
albedrío, pisotearlo y tratar nuevamente a las mujeres como objetos y no con el
respeto que en la actualidad colectivos, ONG’S, fundaciones, activistas
sociales, en fin, un gran número de personas, que demandan se legalice el
aborto. Por su parte los panistas, lo que únicamente les preocupa, es llevar
agua a su molino y proteger sus propios intereses, aun así pisotean el de las
mujeres.
Me pregunto. ¿En dónde está el
“agerrido” Miguel Ángel Yunes Linares? ¿En dónde está su discurso en favor al
derecho de las mujeres? ¿En dónde está su Ya Ya Ya con relación a la
legalización del aborto? ¿Cuál es su postura o también apoya el regreso
arbitrario y arcaico de impedir la libre decisión a las únicas que pueden
decidir en sus cuerpos? ¿Le gusta que los legisladores panistas vayan de
comparsa con Javier Duarte? Verdaderamente cuestionable no tan sólo la actitud
de él, sino también de los otros seis candidatos que no han abierto su boca, ni
para decir que es suya.
¿En dónde está la “guerrera”
Maryjose Gamboa? ¿No va a defender a las mujeres? O va seguir a ser la típica
campaña de cruceros y de colonias, mientras que suceden este tipo de acciones
retrogradas en contra del género y ponen en riesgo la vida de las mujeres.
¿Para qué exije una alerta de género si va a permitir este tipo de vejaciones
provenientes del partido en donde se encuentra cómoda? Ya sé. Nada le interesa
más que obtener el fuero constitucional y así protegerse así misma de volver a
la cárcel.
Nadie de los candidatos toma el
toro por los cuernos porque están cuidando como siempre sus intereses tanto de
sus partidos como de su persona. Es inaudito que este tipo de improcedentes
propuestas legislativas, dejen fiel testimonio de la forma de cómo los
diputados locales –PRI, PAN, PRD y los partiduchos satélites- dejan clara
evidencia del grado de repudio y odio que mantienen en contra del género. Su
machismo es imperdonable y cobarde.
P.D. La renuncia “voluntaria” del
delegado de Prospera, Alejandro Baquedano en lo personal no me implica ningún
tipo de triunfo. El PRI seguirá utilizando los programas sociales y
condicionándolos a las personas con alto grado de marginación. Ya nos la sabemos.
No creemos nada. Aquí en México jamás pasa nada relevante. En otros países este
tipo de corrupción se paga con cárcel, en nuestro país sólo los cesan y luego
brincan a otro puesto.
Licenciada
en Ciencias y Técnicas de la Comunicación, directora general y columnista.
Sustenta su trabajo, tras 23 años de ejercicio periodístico adquirido en
diversos medios de comunicación situados en el estado de Veracruz. Su principal
objetivo dentro de su carrera profesional es ofrecer a la ciudadanía una
editorial ética y objetiva. Un espacio donde los temas sociales y políticos,
son analizadas con una visión crítica, con la finalidad de mostrar una
perspectiva sustentada y razonada sobre la problemática social de Veracruz y de
la República Mexicana.
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