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by Armando Ortiz Ramírez /
julio 01, 2016 /
Los diputados del actual
Congreso son poco conscientes de la responsabilidad que les están echando a los
hombros. Casi nada, ser tapadera de un gobierno que como excusado de cantina,
está rebosado de mierda.
A pesar de ello los
diputados todavía piensan que se puede solapar y encubrir a un gobernador que
los estigmatizó, que los utilizó como un barrendero usa una escoba. Javier
Duarte los hizo cómplices de muchas de sus raterías, los sobajó, les robó su
autonomía. Para ello utilizó a Juan Nicolás Callejas Arroyo, quien por supuesto
logró que su hijo fuera plurinominal, lo logró con el pago de la vergüenza de
todos los legisladores que se sometieron a su voluntad, que era la voluntad de
Duarte.
La historia ya los ha
juzgado, el pueblo de Veracruz, en las elecciones que se llevaron a cabo el 5
de junio ya dio su veredicto; como dice la sentencia bíblica, han sido pesados
en la balanza y han salido defectuosos.
Los nombres de los
diputados priistas actuales ya están en la memoria de los veracruzanos, sus
rostros ya pertenecen a la galería de la ignominia. Difícilmente podrán aspirar
a otro puesto público. Espero que les hayan pagado bastante bien, porque una vez
que dejen la curul serán arrojados al ostracismo.
Sin embargo todavía
tienen una gran oportunidad de resarcir en parte el daño que han hecho al
pueblo veracruzano. El gobernador Javier Duarte, ese que ya no significa nada
para los veracruzanos; ese que enloquecido mandó que se agrediera al gobernador
electo; ese que quiere salir impune, que busca que sus delitos sean borrados
por el Poder Legislativo, ese sujeto ha puesto en sus manos una serie de
iniciativas gravosas, con las que piensa desquitarse de la humillación y el
escarnio al que ha sido arrojado como consecuencia de su mal proceder. Quiere
dejar una carga onerosa para que el próximo gobernador, a quien considera su
enemigo mortal, le sea más difícil gobernar. En lo que no piensa el gobernador
actual es en el daño que causará a los veracruzanos con la carga financiera que
causarían muchas de las iniciativas de ser aprobadas.
De la misma manera,
utilizando a los legisladores actuales, pasando por encima de su autonomía,
está haciendo un remate, convirtiendo al estado de Veracruz en una venta de
garaje. Por su mezquindad está vendiendo los bienes del estado que él estuvo
utilizando, para no dejarle nada al gobernador electo. ¿Cómo si eso fuera un
gran problema? Duarte ha involucionado y se está convirtiendo en un niño
caprichoso, que rompe sus juguetes para que otros no los usen, porque siente
que sólo él tuvo derecho de jugarlos.
Allá los diputados si
continúan participando de las locuras de este “emperador” de pacotilla. Allá
los diputados si continúan sirviendo de alfombra de este delincuente. Allá los
diputados si se prestan a ser el papel higiénico de un gobernador que donde
quiera que se sienta la caga.
Armando Ortiz Ramírez
Armando Ortiz es Licenciado en Lengua y
Literatura Hispánicas por la Universidad Veracruzana. Es coordinador del
programa de fomento a la lectura “Libertad bajo palabra”, patrocinado por el
IVEC. Ha publicado los siguientes libros: 1. La muerte del Autor (Editorial
Cultura de Veracruz 1996) 2. Muestra Narrativa Veracruzana (Editorial Cultura
de Veracruz 1997) 3. La noche que murió River Phoenix y otros cuentos
adolescentes (Autores contemporáneos de Veracruz, Gobierno de Veracruz 1998) 4.
El corrido de Nacho Moctezuma (Ediciones Cultura de Veracruz 1999) 5. El hombre
que gustaba de mirar la lluvia (Fondo Editorial Tierra Adentro. CONACULTA 1999)
6. Todos los hombres (Editorial Plaza y Valdés México 2000) 7. La Noche que
murió River Phoenix 2ª edición (Atarazanas. IVEC 2002) 8. Letras Cautivas
(Colección Centenarios SEV 2009) Imparte el taller de lectura en la “Quinta de
las Rosas” patrocinado por el DIF estatal. Es colaborador semanal de los
periódicos Newsver y Milenio. Participa en la mesa de debate “Sopa de Letras”
del programa “Tierra Nuestra Veracruz” que conduce Jorge Saldaña.
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