Así como miles de policías custodian marchas, un día custodiarán a funcionarios a la cárcel.
Pedro
Echeverría V.
1. Estaba pensando detenidamente en las cuatro marchas que
organizaron en la ciudad de México hoy miércoles los maestros de la CNTE. Hace
unos minutos recibí decenas de fotografías de mis amigos tomadas desde
diferentes ángulos de las manifestaciones. No pudieron acordonar o encapsular a
ninguna marcha porque los maestros fueron sumamente hábiles para aturdir a los
milicos bloqueadores que tenían la obligación de impedir que algún contingente
llegara al Zócalo. No era un juego de gatos y ratones, pero el centro histórico
se convirtió en cientos de bloqueos de granaderos y policías para paralizar las
cuatro marchas.
2. Jamás les he mentado la madre a los policías y soldados que
nos han bloqueado mil un veces nuestras manifestaciones, aunque sí con mucha
claridad lo he hecho contra los jefes militares, el gobierno y los empresarios
quienes son los que dan las órdenes. A los policías y soldados les lavan el
cerebro por sus jefes obligándoles a aprenderse de memoria que los gobiernos y
los ricos son “la patria” y hay que defenderlos y, por el contrario, quienes
protestan en las calles son los malos que deben reprimirse y hasta asesinar si
es necesario. No se olviden ver la película “Cara de Guerra” para observar como
lavan el cerebro de los soldados u oficiales en las fuerzas armadas.
3. El paro de maestros de la CDMX es muy importante; no es necesario
que lo hagan todas las escuelas para enloquecer al poder, pero si lográramos
que paren todos los maestros, incluso de centros de educación superior,
estaríamos hablando que el gobierno estaría al borde de su renuncia o
derrocamiento. Ahora sí, después de ese comportamiento ejemplar de los
dirigentes de la Coordinadora y de los maestros de más de 10 estados que no se
han dejado intimidar y continúan con las manifestaciones, plantones y bloqueos,
se puede decir sin la menor duda, que la CNTE es la vanguardia indiscutible del
movimiento social en México.
4. Así como nos han hecho vibrar y revivir las grandes huelgas
ferrocarriles de 1958/59; el movimiento estudiantil de 1968; las guerrillas
rurales y urbanas de los setenta, el EZLN en 1994, el Lópezobradorismo en 2006,
así también las grandes batallas de la CNTE en varios años, en particular en
2006 con la APPO, hoy (2016) revivimos y gritamos con alegría junto a la lucha
de los padres de los estudiantes de Ayotzinapa y otra vez con las grandes
batallas de la CNTE. ¿De dónde irá a sacar argumentos Osorio Chong para pedir
que la CNTE no bloquee si más de 30 presos de las últimas semanas siguen en la
cárcel? ¡Ningún paso atrás frente al despotismo del gobierno!
5. El 90 por ciento, la inmensa mayoría de los policías y
soldados son de origen campesino, pobre y miserable; sus estudios son de
segundo o tercero de primaria y no olvidan que sus padres y hermanos pertenecen
a la clase explotada y desempleada. Entre ellos hay algunos militares
verdaderamente HDP que hacen méritos de soplones con los jefes; pero esos no
importan porque lo importante es la tropa en quienes no hay que perder la
esperanza en que en momentos coyunturales recuerden que pertenecen a la clase
explotada. Por ello no hay que pensar que ellos son los culpables de las
represiones sino que son los que les ordenan.
6. Estoy seguro que se dan cuenta que son ellos (los soldados
rasos) los que siempre ponen los muertos mientras sus jefes se las pasan en
grandes fiestas y juergas organizadas por los políticos y empresarios. Saben
que sus salarios apenas representan un diez por ciento del que cobran sus
jefes. Por ello, aunque en las manifestaciones nos cierran o bloquean el paso
hacia el zócalo, yo nunca les miento la madre; al contrario, busco argumentos
para decirles que se liberen, que no golpeen a los manifestantes y que piensen
en que sus familiares son igual que nosotros. Busco sacarles la risa para que
entiendan que no somos sus enemigos.
7. No es fácil ser un policía o militar subordinado, vigilado
permanentemente por compañeros y superiores. Cuando no están en servicio en la
ciudad se portan con amabilidad, aunque se sienten superiores, con autoridad y
fuerza que le enseñan sus jefes, cuando están con sus compañeros campesinos.
Por esos acordonamientos policiacos a las marchas de los maestros he recordado
mi trato hacia ellos y, al mismo tiempo pedirles a mis compañeros que se den
cuenta de que nuestros enemigos no son ellos sino sus jefes; que todas las
masacres que ha habido han sido determinadas por el gobierno o los empresarios;
los soldados sólo reciben órdenes. (6/VII/16)
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