Arturo Sánchez Jiménez
Ciudad de México. El 7 de noviembre Joaquín Vargas presidente
de MVS, publicó un desplegado con la resolución del juez quincuagésimo séptimo
de lo civil en la Ciudad de México, Odilón Centeno Rendón, que condena a la
periodista Carmen Aristegui por “excederse en su libertad de expresión”. Esa
sentencia, huele a censura, sostuvieron este viernes defensores de derechos
humanos y académicos en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de
la UNAM.
En el foro de este viernes ‘La
sentencia contra el libro de la Casa Blanca ¿una amenaza a la libertad de
expresión?’, celebrado en el auditorio Ricardo Flores Magón, Aristegui dijo que
la historia de las demandas que enfrenta “tiene un principio: la investigación
especial de la Casa Blanca de Enrique Peña Nieto. Fue el arranque de un proceso
de acoso judicial en contra de periodistas que decidieron contar a la sociedad
mexicana este asunto de una casa de siete millones de dólares en posesión del
Presidente de la República y que estaba a nombre de uno de los contratistas de
su gobierno”.
La sentencia del juez gira en
torno al prólogo de La Casa Blanca de Peña Nieto. En ese texto,
única parte del libro escrita por la periodista, “no mentimos. Tenemos el
derecho a pensar y decir, a una opinión. El juez no entiende nada de derecho a
la información ni a la opinión. Es vergonzosa una sentencia como esta”.
Y es que el juez consideró que lo
escrito por Aristegui dañaba a Vargas.
La periodista consideró que “esta
sentencia es un llamado a todas y todos: no se puede declarar en una sentencia
contra alguien por haber declarado su opinión, su libre pensamiento. ¿A caso
una orden judicial debe decirnos qué pensar?”. La sentencia, dijo, es un pésimo
precedente para la libertad de todos, periodistas o no.
Es una setencia que debería ser
un llamado de atención al Poder Judicial de nuestro país. “Se me sentencia por
algo, que bien visto, considero como un piropo: por hacer uso excesivo a mi
derecho a la libertad de expresión”.
Leopoldo Maldonado, abogado
representante del programa de Protección y Defensa de la organización Artículo
19, defensora de periodistas, dijo que la sentencia y el proceso en contra
de Aristegui da cuenta de la “violencia institucional” que existe en México
contra periodistas, que se traduce en el uso de mecanismos en apariencia
“institucionales y legales , pero que en realidad se usan para restringir los
derechos fundamentales”.
Categorizó la situación de la
prensa como una disyuntiva entre plata y plomo. Habló de la dependencia de los
medios de comunicación a la publicidad gubernamental y de los arbitrario de los
criterios para asignarla, así como de las agresiones a periodistas que se
registran en nuestro país: 10 periodistas asesinados en 2016, 7 en 2015, y 306
agresiones contra reporteros y comunicadores en lo que va del año, según un
recuento de la organización.
El discurso de Carmen en el
prólogo del libro se enmarca en el ámbito de la libertad de opinión y no de
expresión, por lo que no puede ser juzgado con los criterios de veracidad o
falsedad que se aplica a, por ejemplo, un reportaje, consideró.
Javier Cortina, del despacho
Quijano-Cortina y De la Torre, representante legal de la periodista, sostuvo
que “en México la opinión pública es de unos cuantos: los dueños de los medios
de comunicación”. Cuando lo que los periodistas publican no concuerda con los
intereses de los propietarios de los medios, planteó, los comunicadores son
excluidos.
Dijo que las demandas en contra
de periodistas como las interpuestas contra Aristegui son un medio para inhibir
“la posibilidad de ser valiente, de decir las cosas”.
David Peña, abogado del grupo de
Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social, refirió que uno de las
resoluciones de la setencia indica que con el prólogo Aristegui “excedió su
libertad de expresión y de información”. Pero no son lo mismo, indicó Peña, y
tienen estándares de protección y de restricción distintos. “El prólogo es una
opinión, que debe ser protegida por el derecho a la libertad de expresión, no
es derecho a la información”.
Carola Isabel García Calderon
académica de la UNAM y coordinadora del foro, dijo que la FCPyS, de donde
Aristegui egresó, es un espacio abierto a la crítica y a la discusión, por eso
la celebración del foro. “Necesitamos medios que contribuyan a la democracia, a
una sociedad más informada, que sigan al poder y documenten su actuación”.
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