Pablo González Casanova
Pedro Echeverría V.
1. la
famosa “Medalla Belisario Domínguez” se entrega cada año a los incondicionales
de los gobiernos del PRI, PAN y PRD. Recibirla, indudablemente, no es un honor;
sobre todo al enlistar a quienes se les ha entregado después de presiones y
arreglos entre los políticos del más alto nivel. Lo mismo se puede decir de
todos los premios nacionales y de los que se otorgan en otras entidades
federativas. No me cabe duda de que la clase dominante premia a sus amigos e
incondicionales y aceptarlos, como diría el filósofo Jean Paul Sartre –quien ha
sido el único en la historia en renunciar al Nobel de Literatura- se paga con
ello la total dependencia al sistema.
2.
Belisario Domínguez fue un político de tercer nivel que por haber sido
asesinado por el gobierno golpista de Huerta, se transformó en personaje
político de primer nivel, mismo que se hizo famoso por la medalla anual
acompañada de miles de pesos y su gran difusión. Pero ya casi nadie cree en
esas fantochadas de los premios porque se sabe que es para “los amigos del
sistema”. ¿Se piensa acaso que el investigador por más de 50 años, Pablo
González Casanova o el cantante Armando Manzanero necesitan ese premio para ser
conocidos, o el dinero que se otorga al recibirlo? Pablo lo ha rechazado con
dignidad y Manzanero –“gracias a Gamboa Patrón”- parece mendigarlo.
3. El
ex rector de la UNAM –que ha sido un investigador y analista de un alto nivel-
no necesita ningún premio, mucho menos de la clase dominante a quien ha
combatido. ¿Puede olvidarse que la burguesía premia para lavar su desprestigio
y cuando ha premiado a Flores Magón, Zapata o Villa lo ha hecho silenciando que
ellos fueron enemigos asesinados de los gobiernos? El compositor y cantante
Manzanero tampoco necesita el premio, porque ha sido multipremiado; sin embargo
parece haber sido engañado por su “paisano y amigo” del PRI. ¿Por qué no dejar
esos premios para la mediocridad desesperada que no entiende de dignidad y
limpieza? (5/XI/16)
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