CÓRDOBA, Ver. (proceso.com.mx).- Una docena de lonas con
los rostros de medio centenar de desaparecidos en la región, adornan la llamada
Ciudad de los 30 Caballeros en Veracruz, que luego se entremezclan con rostros
y banderas de hondureños, nicaragüenses, guatemaltecos y beliceños.
Son madres sin hijos,
parieron, pero no los pueden abrazar. El dolor y la solidaridad hicieron hoy
una sola alma.
En la plaza pública de Córdoba, se reunieron 41 madres de
centroamericanos desaparecidos y medio centenar de familiares del colectivo
Solecito buscando a sus seres queridos.
Sábado frío, con una
pequeña racha de viento, los restaurantes transmiten el derbi español:
Atlético-Real Madrid, pero el megáfono solo repite al unísono: “¿dónde están?,
¿dónde están?, nuestros hijos, ¿dónde están?”.
Ana Enamorado, de la coordinación de Madres buscando vida
en caminos de muerte, expresa que la “extorsión telefónica”, “la cuota” y “el
piso” se volvieron una recurrente para los migrantes de Honduras, Guatemala, El
Salvador, Belice y Nicaragua, por lo qué hay “datos concretos” de que sus hijos
se perdieron en suelo mexicano.
Marcela Zurita, del
Colectivo Solecito, narra el viacrucis de la justicia mexicana: “largas en el
ministerio público”, “inacción de las diligencias de la policia ministerial” y
“nulas diligencias ministeriales”, el aderezo es la corrupción.
Son casi un centenar
de veracruzanos desaparecidos en esta región central montañosa, cuyos
familiares hoy reciben a las madres centroamericanas que buscan a sus hijos.
De colofón, la
Policia Científica les hará exámenes de ADN a ambos bandos, para saber si
coincide con alguno de los rastros de hallados en la fosa común.
Tras la protesta en
el zócalo de Córdoba, las madres de centroamericanos y desaparecidos
veracruzanos partieron al albergue de Las Patronas, donde tendrían una reunión
para exigir con más apremio a las autoridades la localización de sus seres
queridos.
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