Eduardo de la Torre Jaramillo
“Un hombre que le priva a otro hombre de su libertad es un prisionero
del odio, está encerrado tras los barrotes del prejuicio y de la estrechez de
miras”. : NELSON MANDELA
Quizá el día de ayer fue uno de los más tristes para la
libertad, esto por la muerte de un hombre moral, no lo defino como político, ya
que no tiene comparación con nadie de la vida pública en el mundo, y ese hombre
se llamó Nelson Mandela, conocido como “Madiba”, nombre del clan de la etnia
xhosa, y que le fue otorgado por el consejo de ancianos de esa etnia.
Mandela llevó por nombre Rolinhala, de difícil pronunciación y
que los aldeanos lo entendieron como “revoltoso”, interpretación que para los
blancos y los políticamente correctos fue una realidad, quien desde la
secundaria fue expulsado por participar en una manifestación antirracista.
Actitud, compromiso, reflexión, posición y postura que mantuvo durante muchos
años de su vida;y que lo llevó a prisión, pasando sus primeros 17 años en la
cárcel de la isla Robben; allí recibía una carta cada seis meses y las visitas
de sus familiares. Posteriormente, los otros 10 fueron en dos prisiones con
menos restricciones.
El régimen del “Apartheid”, pensó que con encarcelar a ese
espíritu indomable terminaría con su campaña de desobediencia civil, algo que
no sucedió, y fue algo con lo que bromeaba el propio Nelson Mandela: “en mi país primero
vamos a prisión y después nos convertimos en presidente”.
Quizá, la incógnita de su personalidad fue: ¿quién después de
haber estado encarcelado durante 27 años, no sale con sed de venganza?, pues
ese hecho conformó a un líder de talla mundial para que practicará la “ética
del perdón”, y eso lo puso en otro estadio político, trascendió su propia
experiencia y la de su entorno, puesto que el odio no fue un compañero de
viaje, como lo es en cualquier político de baja calidad.
Continuando con la idea anterior de la ética del perdón, antes
de convertirse en presidente de Sudáfrica, pensó y diseñó una transición sociopolítica
muy compleja y simple al mismo tiempo, la cual basó en su sentido común, en su
experiencia y en sus largos pensamientos, y al ir pactando paulatinamente con
el régimen aprendió que como el mismo lo dijo: “Si
quieres hacer la paz con tu enemigo, tienes que trabajar con tu enemigo. Y
entonces se convierte en tu compañero”.Esto no fue procesado muy bien por
una parte de sus seguidores, porque significaba una traición, ya que era
necesario entablar una negociación con quienes los habían negado y oprimido
durante muchos años; y que habían sido tratados bajo la lógica schmittiana del
amigo/enemigo.
Desde mi punto de vista, Nelson
Mandela sin leer a Peter Sloterdijk, es el único que ha cumplido en la
práctica, la reflexión de aquel: “Profesión: político. Domicilio principal: la
complejidad. Programa: convivir con aquellos con los que convivir resulta
difícil. Moral: trabajo de filigranas en retos pretenciosos. Pasión: tener una
relación con lo irrelacionable. Historial: autorreclutamiento por convicción,
que se transforma en iniciativa”.
Barack Obama, el día de ayer
pronunció un excelente discurso sobre Nelson Mandela, citaré un fragmento de su
discurso:“Su viaje de
prisionero a presidente cumple la promesa que los seres humanos y los países
pueden cambiar para mejor. Su compromiso de transformar el poder y reconciliar
con aquellos que lo apresaron son ejemplos a los que toda la humanidad deben
aspirar”; por otra parte, fue muy curioso escuchar a la mayoría de
presidente de América Latina pronunciar sus discursos con información de
Wikipedia, y si creo que la mayoría de los políticos de este continente su
cultura, ya es una cultura “wiki”.
Finalmente, considero pertinente
volver a citar a Nelson Mandela sobre su concepción de libertad, porque es la
mayor lección que le podemos aprender, la libertad sobre todas las cosas,
elecciones, prisiones, venganzas, en fin todo lo que le puede rodear a un
político: “He andado ese largo camino hacia la libertad. He intentado no
flaquear; he dado pasos en falso a lo largo del camino. Pero he descubierto el
secreto de que después de escalar una gran colina, uno sólo descubre que quedan
muchas más por escalar. Me tomé un momento para descansar, para robar una
mirada de la maravillosa vista que me rodea, para mirar atrás a la distancia
que he recorrido. Pero sólo puedo descansar un momento, pues con la libertad
vienen las responsabilidades, y no me atrevo a detenerme, pues mi largo camino
no ha terminado aún”.
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