11 de noviembre de 2015

EL SILENCIO DE LOS INDECENTES

Por: SILVIA NÚÑEZ HERNÁNDEZ

El hampa ha alcanzado a las “altas” esferas. Los portales de noticias especializados en información policíaca no dejaron de mencionar sobre el hallazgo de dos cuerpos sin vida localizados en la carretera rumbo a Soledad de Doblado, a la altura de la localidad conocida como Portezuelos. Ahondaron argumentando que los ejecutados eran Eduardo Abrego y Marcos Peña Sobrevilla, agentes de Tránsito Estatal, los cuales conformaban la escolta del secretario de Seguridad Pública del estado de Veracruz, Arturo Bermúdez Zurita.

A cuatro días del reporte de sus familiares, quienes alertaron sobre la desaparición de ambos; aparecen los dos cuerpos el día de hoy, con señales de tortura, huesos fracturados y degollados. Enmarcando los ríos de sangre con el que todos los días se baña el estado de Veracruz.

En contraste de este rojo escenario. El mandatario estatal, Javier Duarte de Ochoa viaja a dimensiones desconocidas. Un mundo alejado de la cruda realidad social que se vive en este estado, que Fidel Herrera Beltrán le dejó gobernar. Lejos del bullicio y de esa prensa injuriosa que sólo ve las cosas negativas de “todo” lo bueno que ha brindado. En esa galaxia, en donde de lejos ve un punto negro –que es el estado de Veracruz- y piensa: “Está bonito, me lo imagino próspero, lleno de oportunidades y con unos habitantes agradecidos por tener el honor de que yo los gobierne”. Mientras abajo, la pobreza invade y aniquila.

Una idea curiosa me replica en mis sentidos. ¿Qué informará Javier Duarte de Ochoa el próximo 15 de noviembre? ¿Será un cuadernillo en blanco? ¿Tendrá la compilación ilustrada de la Familia Burrón? En verdad, me invade la curiosidad y también constatar el cinismo de un gobernante que está consciente de que no ha hecho nada. ¿Presumirá en su informe las deudas con empresarios? ¿La defraudación de más de 80 mil millones de pesos a Veracruz? O de plano ¿Encumbrará las obras de 1992-1998 del periodo de Patricio Chirinos Calero? Pagamos por ver.

Solo esperemos que no gastará millonarias sumas para montar un circo en donde dará lectura de su V “Desinforme” de Gobierno. Opinamos que es preferible que les garantice el pago de aguinaldos a académicos, investigadores y personal administrativo; como también, de los burócratas que laboran en diferentes áreas del gobierno estatal.

Un pequeño resquicio de luz

Mirtha Luz Pérez Robledo nunca se imaginó que la pasión de su hija, Nadia Vera Pérez, fuera acabar con su asesinato. Su peregrinar ha sido realmente doloroso con relación a la respuesta de las autoridades. Al contrario, sus omisiones y complicidad de los largos 100 días han sido un pesado yerro para la familia de Rubén, Nadia, Yesenia, Mile y Alejandra.

Mirtha ha comprobado en sangre propia la nefasta e hiriente realidad de un gobierno inoperante, corrupto y calumniador. Con el dolor a cuestas, la poeta le escribe a todos quienes le han acompañado, quienes han llorado, quienes han elevado sus oraciones para con ello, intentar menguar la ira y el dolor que impera cuando te arrebatan lo que más amas. Pero también le escribe a ese gobierno omiso e incapaz de hacer valer la ley, por proteger los intereses.

Su carta:

¿SIRVEN NUESTRAS PALABRAS ANTE SUS BALAS?

¿Cómo se defiende quien escribe un verso ante una ráfaga de balas?
Hacer estallar una bomba de versos no lo salva.

A TODAS LAS PERSONAS SENSIBLES que aún creen que un mundo mejor es posible, que no permanecieron indiferentes ante nuestro dolor y se han solidarizado con nosotros a través de un pronunciamiento, una marcha, un mural, con su actividad creativa a través de la danza, la pintura, la poesía, a través de una oración , un ritual, un donativo.

AL GOBIERNO DE VERACRUZ, cuyos policías estatales amenazaron a Nadia Vera cuando participaba en una marcha y vestidos de civil la detuvieron, la golpearon y le robaron su teléfono celular ; la subieron a una camioneta y la pasearon por horas diciéndole que le iba a ir muy mal si seguía con sus actividades políticas; entraron a su casa y husmearon; y con todo ello la obligaron a emigrar al DF.

A LOS JUECES, que dejan a la ciudadanía en un estado de indefensión con su omisión deliberada al dejar libres a los delincuentes, argumentando que no sabían que iban a delinquir.

A LA PGJDF, que exhibe el sistema de injusticia incapaz de armar casos sólidos y atender un número creciente de expedientes que se acumulan unos detrás de otros y aloja a los familiares de las víctimas en el hotel Cozumel de la Colonia Doctores, en un ambiente de pánico e inseguridad a propósito para amedrentarlos y hacer que cejen en su empeño de exigir el derecho a una investigación.

AL GOBIERNO DEL DF, cuyo interés político no le permite mirar la escalada de violencia y se vuelve autoridad omisa capaz de obstaculizar una investigación judicial)

A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN,
A LA OPINIÓN PÚBLICA


A la violencia contra nuestra Nadia, le siguió la violencia Institucional, pero no podría enumerar aquí todas las ofensas sufridas. Nos hemos dado cuenta que en este país, un ciudadano común como nosotros no tiene fácil acceso a la Justicia, cuando está vivo, (cuando ha sido asesinado ¿Qué es justicia?). Pocas veces tenemos oportunidad de ser escuchados, casi ninguna posibilidad de decir lo que pensamos sin sufrir las consecuencias de tal osadía. Tal vez hoy sea una oportunidad y por ello lanzo estas preguntas sabiendo que quizá nunca tendrán respuesta, porque algunas, son las mismas que hice hace tres meses y temo que me las siga haciendo al pasar el tiempo:

¿Por qué a tres meses aún no se tiene un móvil claro y se tiene prisa por cerrar el expediente?

¿Por qué a tres meses de la masacre todavía no es posible el acceso al expediente, con la facilidad con que se desearía?

¿Por qué no se ha investigado ni castigado a quienes permitieron las filtraciones?

¿Por qué no han investigado quién se apropió de las pertenencias de las víctimas?

¿Por qué no se le ha permitido declarar a los amigos, familiares y vecinos que han querido aportar información?

¿Por qué se hicieron afirmaciones a grado de testigo sin presentar pruebas y sin que hubiese quien sustentara lo que se dijo?

-¿Por qué no se ha buscado el arma con que se cometió el crimen?

-¿Por qué no se mantuvo la cadena de custodia y no se protegió debidamente el lugar, los objetos y se modificó la escena del crimen?

¿Qué intereses llevaron a la PGJDF a adoptar una estrategia de incertidumbre, desinformación y sospecha que generara dudas sobre la integridad y la reputación de las víctimas al grado de que la opinión pública pudiese encontrar justificación para el asesinato?

¿Por qué no se implementaron los protocolos específicos que se deben realizar en casos de crímenes con grado sumo de violencia?

¿Por qué se violaron los protocolos y se dio trato VIP a los interrogados del Estado de Veracruz, y se minimizó el hecho de que fueron asesinadas cinco personas?

¿Por qué la actividad de Nadia como activista no ha sido contemplada como un hecho que la colocó en una situación de vulnerabilidad?

¿Qué les impide hacer una investigación, clara, expedita, diligente, exhaustiva, que lleve al esclarecimiento de los hechos, del móvil y a encontrar los actores materiales e intelectuales?

En esta búsqueda de la verdad, no nuestra verdad, no la verdad institucional, sino la verdad surgida de una investigación seria, justa, sin intereses políticos ni personales, sin dinero de por medio; una investigación clara, diligente, exhaustiva; exigimos lo que es nuestro derecho, porque ninguna persona debería perder la vida por causa del interés mezquino de otra. No creemos en las Instituciones pero sí en algunas personas y por ello buscamos a la persona o las personas que estén dispuestas a hacer su trabajo y a acceder a esa verdad. “Seamos realistas hagamos lo imposible.”

Nuestra Nadia ha sido asesinada y con eso “sabemos que no existe ya posibilidad de justicia y la razón primera es casi semántica: “Una de las cuatro virtudes cardinales, que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece”. Lo que nos corresponde, lo que nos pertenece nos lo han arrebatado, irremediablemente.

Pero entonces, cuando no queda casi nada, queda defender la memoria, queda no volverse insensible ante la normalización de la violencia, de esa violencia perra que algunas veces sentimos tan lejos y otras veces nos abofetea en la cara.

Queda dar la espalda al individualismo impuesto desde la lógica mercantil, a este ridículo “sálvese quien pueda”, queda ser solidarios.

Queda no dar crédito a sus “verdades históricas”, a la estigmatización que se promueve desde los medios oficiales: “eran putas”, “eran drogadictos”, “eran narcos”, “eran guerrilleros”.

Queda vivir con dignidad, nos queda la necedad de vivir sin tener precio.”


Porque en este país, el lugar más seguro sigue siendo un libro, les pido que permanezcan ahí.

No nos acostumbremos a la violencia.

Mirtha Luz Pérez Robledo
La Madre

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