MÉXICO,
DF (apro).- La legalización de la mariguana con fines lúdicos o recreativos ha
traído una discusión entre los sectores sociales, políticos y hasta religiosos
sobre la conveniencia y los impactos que puede traer para el país esta decisión
histórica, pues no es lo mismo hacer esto en un país como México, donde el
narcotráfico forma parte ya de la vida económica, política y social, que en
Uruguay, donde no representa mayor problema.
Aunque la aprobación de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación (SCJN) no implica la comercialización y distribución, detrás de esta
decisión hay un tema muy importante que es empezar a poner fin al poder
económico del crimen organizado, que ya se ha fundido con el poder político,
trayendo consigo tragedias como la muerte violenta de más de 150 mil personas,
30 mil desaparecidos y medio millón de desplazados, que son consecuencia
directa del negocio ilícito de las drogas.
El problema del narcotráfico es económico. Este es un punto de
partida que hay que tener claro para discutir la legalización de la mariguana
y, posteriormente, de las demás drogas o enervantes.
Hasta el momento no se tienen datos exactos del dinero que
genera el negocio internacional de las drogas en el mundo. La Oficina de Crimen
y Droga de la ONU estima que al año mueve 300 mil millones de dólares, y la DEA
señala que podría superar los 500 mil millones de dólares.
México se estima que genera mil millones de dólares al año y
conforme pasa el tiempo esta suma va aumentando porque habría que sumar otras
ramas del comercio ilegal que ya controlan los grupos criminales.
Y la pregunta es, ¿a dónde se
va todo ese dinero? Es evidente que los capos mexicanos como El Chapo apenas dan un pellizco a esas
ganancias estratosféricas que lo más seguro es que van a parar a las arcas del
sistema financiero internacional y a los bancos más importantes del mundo.
Desde finales del siglo XIX, con la Guerra del Opio, los países
que se han repartido el mundo han tratado de controlar el mercado de los
enervantes, incluidos el alcohol y el tabaco. En 1929, la prohibición de estos
últimos productos en Estados Unidos sólo trajo corrupción, violencia, muertes y
el surgimiento del crimen organizado encabezado por Al Capone, quien se
convirtió en el prototipo del mafioso exitoso.
Sólo hasta que levantaron la restricción y las bandas criminales
tomaron otro curso socialmente más aceptado, hasta lograr la socialización del
mundo criminal con la construcción de Las Vegas, precisamente por el famoso
mafioso Buggsy Siegel, la violencia disminuyó.
Es urgente que a escala internacional se tomen acuerdos para la
legalización de las drogas, sólo así se podrá controlar y disminuir el poder
que han adquirido las bandas criminales en todo el mundo.
No basta, entonces, con celebrar la histórica decisión de la
Corte mexicana con la aprobación del consumo lúdico o recreativo de la
mariguana, es necesario seguir caminando hasta lograr la legalización de las
drogas que implica el control absoluto de su producción, distribución y venta
al público con estándares de salud controlados y vigilados desde el gobierno de
cada país y, con ello, poner fin a la espiral de la violencia que sigue
derramando sangre de inocentes.
Twitter: @GilOlmos
fuente : proceso
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