Alejandro Saldaña Rosas
Sociólogo. Profesor Investigador de la Universidad Veracruzana
La lucha
del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido.
Milan
Kundera
El 5 de
junio de 2015 ocho jóvenes integrantes de la comunidad universitaria de la UV
fueron brutalmente golpeados por un comando parapoliciaco. El ataque, que fue
realizado dos días antes de las elecciones para diputados federales, permanece
en la impunidad: no hay un solo detenido. Al no haber detenidos, desconocemos
quiénes y por qué atacaron a los estudiantes, solamente sabemos que fue un
comando de diez tipos bien entrenados, armados con palos con clavos, machetes,
bates, que iban embozados (uno de ellos con una máscara de payaso) y que
durante la golpiza no dejaron de gritar amenazas e insultos: “Ya se los va a
cargar la verga, hasta aquí llegaron”.
También sabemos que los policías que arribaron a la vivienda donde al momento
del ataque los estudiantes celebraban un cumpleaños, tomaron fotografías y se
retiraron del lugar siguiendo las órdenes de personas vestidas de civil.
Asimismo, por los testimonios de los mismos estudiantes, sabemos que llegó un
ambulancia sin placas ni identificación de los supuestos socorristas, quienes a
toda costa pretendían llevarse a los heridos; los jóvenes menos golpeados
(mujeres, sobre todo) se opusieron categóricamente a que fuesen trasladados por
esos sospechosos “camilleros”.
“Llegaremos hasta las últimas consecuencias y enfrentaremos a quien resulte
responsable con la acción de la justicia. No permitiremos que queden impunes
los actos que denigren la integridad de los ciudadanos, indistintamente de
quien se trate”, dijo el fiscal de Veracruz, Luis Ángel Bravo Contreras. A un
año de estas contundentes declaraciones, seguimos a la espera del resultado de
sus investigaciones. Mientras tanto, el calendario de la impunidad acumula
días, semanas, meses. Un año ya. Aquí el boletín de prensa emitido por la
Fiscalía General del Estado de Veracruz: http://www.veracruz.gob.mx/blog/2015/06/05/investiga-fge-hechos-de-esta-madrugada-en-xalapa-se-llegara-hasta-sus-ultimas-consecuencias/#close
El 5 de
junio de 2015 dije en rueda de prensa banquetera afuera del Centro de
Especialidades Médicas (donde fueron ingresados 3 de los 8 estudiantes golpeados)
que “los agresores despachan en palacio de gobierno”. A un año de distancia
sostengo la afirmación puesto que las “investigaciones” del fiscal Luis Ángel
Bravo Contreras han sido inexistentes o, cuando menos, inútiles. Todo apunta a
que se trató de un ataque perpetrado por agentes policiacos de la Secretaria de
Seguridad Pública, dirigida por Arturo Bermúdez Zurita. Y si no fueron policías
los atacantes, por los testimonios de los estudiantes sabemos que los policías
fueron omisos en el auxilio a los golpeados e incluso quizás cubrieron la huida
de los agresores.
Si la impunidad indigna, el oportunismo de las autoridades universitarias
irrita. Es totalmente falso que las autoridades encabezadas por la Doctora Sara
Ladrón de Guevara “desde el primer momento” hayan brindado “especial apoyo y
atención”, como lo señalan en su comunicado del día 5 de junio de 2016.
La UV en efecto cubrió los gastos
médicos pero porque así lo exigimos a través de las movilizaciones. Y lo hizo después de que la solidaridad de los
universitarios se volcó para pagar las cuentas de los médicos y del hospital
privado a donde fueron llevados los estudiantes lesionados. Es importante
recordar que la movilización del día 9 de junio fue la última que cubrió Rubén
Espinosa en Xalapa, puesto que un par de días después abandonó el estado ante
el acoso y las amenazas de que era objeto. ¿Coincidencia? De ninguna manera,
hay una vinculación estrecha entre la golpiza a los estudiantes y el asesinato
de Rubén Espinosa, Nadia Vera y tres mujeres más, cometido poco más de un mes
después del funesto 5 de junio. El lazo que une ambos crímenes se anuda en las
oficinas del gobierno veracruzano.
Oportunismo de las autoridades universitarias por cuanto a un año de distancia
su posición sobre la golpiza ha dado un giro de 90º. En el primer momento
escamoteó la identidad misma de los agredidos como integrantes de la comunidad
universitaria y expresó su confianza en que “las autoridades llevarán a cabo
las investigaciones pertinentes con toda diligencia”. A todas luces su
confianza en las autoridades resultó un total fiasco. Aquí el primer comunicado
de las autoridades. Invito a usted, amable lector, a comparar este comunicado
con el más reciente (anterior imagen):
Es evidente que de la confianza
se pasó a la denuncia de la impunidad que impera en el estado. ¿A qué se debe
este giro? No lo sé, en todo caso son las autoridades universitarias las que
deben una explicación a la comunidad, a la sociedad veracruzana y, sobre todo,
a los estudiantes agredidos y sus familias.
Ante las evidencias cabe hacer un par de preguntas, a manera de reflexión. ¿Los
agraviados tuvieron el apoyo irrestricto de las autoridades? No lo sé, pero por
lo que he platicado con algunos, no. ¿La UV pagó los gastos médicos de los
estudiantes golpeados? Sí, pero las primeras facturas fueron cubiertas por la
solidaridad de la comunidad. Lo sé perfectamente bien porque la cuenta en que
se hicieron los depósitos es mía y tengo registro de cada peso que se entregó
solidariamente, dinero con que el que pagué buena parte de los gastos de
hospital, médicos y estudios; la UV reintegró el dinero de las facturas ya
pagadas y esos recursos fueron entregados a las familias de los estudiantes.
¿La UV asumió la responsabilidad jurídica? No, los abogados que han llevado el
caso son ajenos a la institución. ¿La UV dio el apoyo sicológico a los
estudiantes golpeados? No lo sé, entiendo que el ofrecimiento fue hecho, sin
que los agraviados hayan aceptado la propuesta… ¿por qué?, no lo sé, pero la
hipótesis de la desconfianza es una entre varias posibles.
Y la pregunta más importante: ¿la confianza depositada por la Rectoría en las
autoridades del estado de Veracruz para dar con los culpables del delito ha
sido justificada? Evidentemente, no. El delito sigue impune.
La Rectora de la UV, Dra. Sara Ladrón de Guevara, ha hecho esfuerzos por
esclarecer el delito y castigar a los culpables. El 8 de junio de 2015 dijo:
“Me comuniqué personalmente con el gobernador del estado, Dr. Javier Duarte de
Ochoa, y con todo respeto pero también con firmeza le solicité ordenara la
investigación de los hechos, así como su intervención para garantizar que
ningún miembro de nuestra comunidad vuelva a ser agredido bajo ninguna circunstancia.
El ejecutivo estatal me manifestó que la investigación se emprendería de
inmediato y que los responsables de esta agresión serían perseguidos de oficio”:https://www.uv.mx/investigacion/convocatorias/posicion-institucional-evento-5-junio-2015/.
Los responsables siguen libres. La firmeza de la Rectora ha sido insuficiente.
El delito sigue impune. Su oportunismo, evidente.
Junio 5 2009: 49 niñas y niños muertos en un incendio en la guardería ABC, en
Hermosillo. Crimen impune. No fue accidente, fue negligencia, hay responsables
de primer orden en libertad. La gobernadora de Sonora, en primer lugar. Y
Margarita Zavala, esposa del asesino serial Felipe Calderón Hinojosa, FECAL.
Junio 5 2016: elecciones. En Veracruz el fraude comenzó con el sexenio.
¿Terminará con él? Ojalá, pero no lo creo.
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