POR JOSÉ GIL OLMOS ,
Todo parece indicar que al PRI ya no
le importa perder las pocas posibilidades que tiene de ganar la presidencia en
las elecciones del 2018 y está decidido a terminar, a cualquier precio, su obra
de privatización y venta al mejor postor de los recursos naturales que aún
quedaban en el largo proceso de neoliberalismo que ha compartido principalmente
con el PAN durante los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón.
La reciente liberación de los precios
de la gasolina ha acelerado el encono social en contra del PRI y de todos los
partidos que aprobaron la reforma energética con la que, según el gobierno
peñista, nos iría mejor a todos los mexicanos pues ya no habría aumento de
precios de gasolina, luz, diésel y gas.
La decisión tomada por el gobierno de
Peña fue apoyada al cien por ciento por el PRI que en el Estado de México
implementó una estrategia de generar violencia con saqueos a tiendas y
comercios a través de una estructura social y electoral llamada “Marea Roja” o “Camisas
Rojas”.
La tarde y noche del primero de enero
empezaron los saqueos en los municipios de Villa Nicolás Romero y Naucalpan y,
días después, se extendieron a otros, principalmente en Ecatepec, donde se
comenzó a ver esa estrategia con la llegada de gente vestida de camisa o
chamarra roja organizando a grupos de 20 a 50 personas, saqueando negocios en
un tiempo determinado de media hora, bajo la anuencia de la policía e incluso
del ejército.
Ahí comenzaron los saqueos que luego
se extendieron como incendio sin control a varios lados del país lo cual
preocupó al gobierno federal porque se estaba convirtiendo en un conflicto
social con implicaciones económicas y de tintes de seguridad nacional.
Por eso fue que mandaron al ejército
y la gendarmería para sofocar los atracos masivos.
La “marea roja” o “camisas rojas” es
una estructura política electoral que creó Arturo Montiel antes de las
elecciones del 2006 cuando pretendía ser candidato del PRI a la presidencia de
la República. Luego de que cayeron sus aspiraciones por el golpe político que
le dio Roberto Madrazo al revelar sus propiedades millonarias y las de su
familia, Montiel heredó esta estructura a su delfín, Enrique Peña Nieto, quien
la usó para ganar en la elección del 2012.
El creador y operador de esta
estructura fue Isidro Pastor, un expriista carismático que fue líder del PRI en
la era de Montiel, presidente de la Gran Comisión de la LIV Legislatura del
Estado de México 2000-2001 y diputado local en el periodo 2000-2003.
Pastor después quiso ser candidato a
gobernador pero fue desplazado por Peña tras lo cual desde 2004 dejó las filas
del PRI, pues le suspendieron sus derechos partidistas y posteriormente se tomó
como cancelada su militancia por “traición”, ya que participó en la campaña del
entonces candidato del PAN a la gubernatura, Rubén Mendoza.
Sin embargo, con Eruviel Ávila fue
designado secretario de Desarrollo Metropolitano del Estado de México del 2013
al 2014, hasta la semana pasada — precisamente días después de los saqueos–,
cuando anunció su registro como candidato independiente para la elección a
gobernador este año en esa entidad.
En territorio mexiquense y luego a
nivel nacional la “marea roja” o “camisas rojas” tuvieron un desempeño
importante en las elecciones del 2012. Peña Nieto incluso usó la chamarra o
camisa roja en toda su campaña, lo mismo que su equipo liderado por Luis
Videgaray, y de vez en cuando se la pone cuando hay actos del PRI a los que
asiste como líder máximo.
Durante los últimos años ya no se
había visto actuar a las “camisas rojas” del PRI, hasta este arranque de año en
que se les vio a la cabeza de los grupos de saqueadores en Ecatepec, el
municipio donde el gobernador Eruviel Ávila fue presidente municipal y donde
empezaron los saqueos con los que quisieron desvirtuar las manifestaciones de
protesta contra el gasolinazo.
El PRI se ha vuelto
a vestir de rojo al cierre del gobierno de Peña Nieto. Ahora con esta
estrategia de usar de manera violenta la estructura de las “Camisas Rojas” que
en 2012 utilizó para ganar la elección presidencial y que para la del 2018
podría ser usada para manchar o violentar el proceso electoral que está a punto
de perder por sus incontables abusos de poder.
José Gil Olmos, reportero desde 1998.
Colaboró en el periódico El Nacional y en el diario La Jornada. Desde el 2001
es reportero de la revista Proceso. Es autor de Los Brujos del Poder, La Santa
Muerte la virgen de los olvidados, Los reporteros mexicanos en la guerra de
Chiapas y Batallas de Michoacán.
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