Alejandro
Saldaña Rosas
Sociólogo. Profesor Investigador de la Universidad Veracruzana
Twitter: @alesal3 / Facebook: Compa Saldaña
Sociólogo. Profesor Investigador de la Universidad Veracruzana
Twitter: @alesal3 / Facebook: Compa Saldaña
¿DE VERDAD CREYERON QUE NOS IBAN A CALLAR?
Para Carmen Aristegui y su equipo de periodistas y
colaboradores.
Hoy lunes 16 de enero de 2017, a las 8 de la mañana, Carmen
Aristegui regresa a la radio, ahora por internet a través de su portal
Aristegui Noticias (http://aristeguinoticias.com).
En estos tiempos aciagos de funestas expectativas y oscuros presagios que se
cumplen con precisión de guillotina, hay buenas nuevas, proyectos de esperanza,
noticias que hacen el día y acompañan la jornada. Aristegui
en Vivo es el nuevo
proyecto de la periodista más detestada por el régimen y más querida por la
gente.
Titulo esta colaboración con la frase que cierra el video promocional del
noticiero de Carmen porque el plural, por antonomasia, nos incluye. ¿De verdad
creyeron que nos iban a callar? ¿En serio pensaron que silenciando a Carmen nos
iban a enmudecer a miles? ¿Son tan torpes, tan torvos y tan estúpidos para
creer que expulsando a Carmen de los medios la iban a callar? ¡Vamos, por
favor! ¡Pretender tapar el sol con un copete es tan absurdo como querer evitar
que sepamos que las casas blancas están hechas de oro de huevos de gallina!
¿De verdad creyeron que nos iban a callar? Es una pregunta que interroga en
plural porque la voz de Carmen es la de muchos miles que estamos hasta la madre
del servilismo, la mentira, la corrupción, el cinismo y la impunidad con la que
se “gobierna” nuestro país. Carmen da voz a las inquietudes, los deseos, la
rabia y la esperanza de miles de mexicanos que con mucho esfuerzo hemos
construido eso que se llama sociedad civil, por eso con ella preguntamos todos:
¿de verdad creyeron que nos iban a callar? Pues no, desde luego que no: México
no merece ser gobernador por la mentira, la impunidad y la violencia, ni
tampoco amerita medios de comunicación serviles con “periodistas” a modo que
aplauden con entusiasmo y beneplácito las flatulencias del funcionario en
turno.
Aristegui
en Vivo seguramente
será un noticiero con el sello de la casa: autonomía, libertad de expresión,
investigación profunda y sistemática, ética profesional sin cortapisa. En un
momento en que el país es vendido como fierro viejo, en que la depredación de
la economía familiar es brutal e insoportable, en que el autoritarismo pretende
entronizarse con toda su cauda de sangre y miedo, contar con un espacio de
información, análisis, crítica y pensamiento es una bocanada de aire fresco,
viento de esperanza.
En la turbiedad de un régimen que fenece lastimeramente entre su propia mierda
y sus cantos autocomplacientes, es fundamental que en el país se construyan
espacios para iniciar la reconstrucción desde abajo, desde las ruinas y los
rescoldos, a partir de la inagotable creatividad colectiva y la organización
social. Aristegui en Vivo será (lo es), sin duda alguna, uno de
los espacios más importantes para la reconstrucción de nuestro lastimado país.
Imposible pensar en un México democrático e incluyente con medios de
comunicación sometidos al poder.
Aristegui
en Vivo es muy
importante para México al menos en tres sentidos: i) en primer lugar porque
ante la opresión, la impunidad, la corrupción y la violencia del sistema es
imprescindible fortalecer y multiplicar el periodismo de investigación, crítico
e independiente. Aristegui en Vivo y Rompeviento TV se inscriben
en esta perspectiva; ii) en segundo lugar porque el proyecto de Carmen se
adelanta a la digitalización de la radio en México, proceso irreversible que ya
inició en algunos países, como Noruega (http://www.publico.es/culturas/noruega-dice-adios-radio-fm.html);
en tercer lugar, y no menos relevante, por el hecho en sí de estar al aire, ya
que el periodismo de Carmen se le atraganta al régimen y eso, de suyo, es muy
saludable para la maltrecha democracia mexicana.
Sería ingenuo suponer que el regreso de Carmen a la radio será terso, sin
contratiempos ni resistencias. La Aristegui tiene la virtud de agriar el
desayuno de los poderosos, por lo que es de esperar los ataques de las hordas
de cibersicarios que buscarán a toda costa tumbar la página, introducir virus y
troyanos y vaya usted a saber cuántas trapacerías más. Ojalá me equivoque, pero
las evidencias apuntan a que desde Los Pinos, el CISEN, los servicios de
“inteligencia” del Ejército o la Marina, o desde cualquier otra cloaca se
girarán instrucciones a efecto de silenciar a la periodista y su equipo de
profesionales. Si ya lo hicieron antes es de esperar que nuevamente pretendan
violentar nuestros derechos ciudadanos, el de información entre otros.
En esta tesitura, me parece que Aristegui en Vivo va a necesitar mucho más que
escuchas fieles y atentos. Es un noticiero que como ciudadanos debemos apoyar y
defender, en primer lugar, mediante la crítica consistente y permanente al
mismo proyecto. No puede ser de otra forma: el periodismo crítico requiere, por
fuerza, nutrirse de la misma crítica y la libertad de pensamiento que le dan su
autonomía. Aristegui en Vivo es un espacio cuyo éxito depende de
que lo hagamos nuestro, que nos apropiemos de él, que lo arropemos en las
organizaciones de la sociedad civil, que lo cuidemos entre todos. Acá no caben
fanáticos, sino ciudadanos libres defendiendo nuestro derecho a la información.
Una de las tareas más importantes que debemos impulsar como audiencia es
nuestra organización. Necesitamos organizarnos para estar en mejores
condiciones de apoyar y defender a Aristegui en Vivo, tanto de los posibles ataques
desde el gobierno como de las amenazas del poder oculto en las sombras.
Asimismo, la organización de la audiencia puede ser uno de los mecanismos más
importantes para amplificar la señal del noticiero. Tenemos que sacar la señal
del ciberespacio a la calle, a las escuelas, las oficinas, los hospitales, los
pueblos y rancherías. Y eso requiere organización.
Organización para recaudar fondos que apoyen al proyecto, quizás, pero también
para generar iniciativas y estructuras que amplifiquen la señal a través, por
ejemplo, del sistema de radios comunitarias y de las radios universitarias.
Desconozco la legislación en la materia, pero supongo que no debe haber ninguna
limitación para que las radios comunitarias y universitarias bajen la señal de Aristegui
en Vivo de internet
y la difundan a través de sus antenas. Y si hay limitaciones legales, políticas
o de otra índole, vamos organizándonos para superarlas.
Celebro tu “regreso” al aire, Carmen, si bien en estos casi dos años siempre
estuviste presente en la radio: tu ausencia se escuchaba con estruendo en medio
de las voces amaestradas de los tantos usurpadores que se dicen periodistas y
que con su venalidad han deshonrado la profesión.
Carmen, nunca te fuiste: tu presencia en CNN, en las redes sociales, en debates
públicos, en presentaciones de libros, en las calles y, sobre todo, en nuestras
conciencias y en nuestras querencias, hace que tu esperado regreso tenga el
sabor de los reencuentros de amigos. Podrán pasar decenas de años pero cuando
la amistad es sólida y de largo aliento, el tiempo es nada. Bienvenida.
ENLACE:
http://rompeviento.tv/?p=16264
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