8 de enero de 2017

SAQUEOS, REDES Y RUMORES, UNA REFLEXIÓN

Por Armando Reyes Vigueras /
El miércoles 4 de enero será recordado por la manera en que la población de la Ciudad de México y varios municipios conurbanos fueron presas del pánico gracias a los mensajes que se compartieron a través de las redes sociales, en el marco de las protestas en contra del aumento a los precios de las gasolinas.

Si estás herramientas de comunicación han servido para estar en contacto con amigos y familiares, lo mismo que para convocar a protestas como la que mencionamos al inicio de esta nota, lo del pasado miércoles nos demostró que también pueden ser instrumentos para generar miedo, pues la manera en que se difundieron los mensajes que alertaban acerca de saqueos, versiones de golpes de Estado e, incluso, violencia en contra de las personas que circularan por la calles da para pensar en una estrategia premeditada. El objetivo, de acuerdo a periodistas y usuarios de redes, se puede inscribir en el control social, algunos aludieron a la “doctrina del shock“, aunque quedó claro que la presencia de las personas en las calles fue inhibida por estos envíos a través de las redes sociales.
El audio que presentamos a continuación es una muestra de lo que se difundió en redes, alertando sobre un supuesto intento de golpe de Estado:
Este otro audio es un supuesto policía -por las palabras que dice- quien en su testimonio asegura que tiene orden de disparar en la calle vestido de civil.
El día 4 de enero comenzó como se había anunciado, con marchas y bloqueos para protestar por el alza en el precio de la gasolina. La ira social estaba lista para quejarse por lo que se consideraba unabuso del gobierno. Poco después del mediodía, el Presidente Enrique Peña Nieto, en su primer mensaje del año, anunciaba cambios en su gabinete –destacando la llegada de Luis Videgaray a Relaciones Exteriores–, además de referirse a la molestia de la población por el incremento al precio de la gasolina.
De inmediato, en redes sociales se empezó a cuestionar el contenido del mensaje presidencial. Algunos opinaron que no aclaró las dudas, otros que no corrigió los graves problemas que tiene en materia de comunicación social, en tanto que unos más se sintieron decepcionados porque no se ofrecieron argumentos suficientes y convincentes. Para muchos usuarios, no estuvo a la altura de las expectativas.
Un par de horas después se desataría la histeria colectiva. A través de Whatsapp, empezaban a llegar a los teléfonos celulares de muchos ciudadanos mensajes alertando de saqueos en tiendas de autoservicio, seguidas por llamadas de familiares que preguntaban por la seguridad de quién contestaba. 

Quizá para mucha gente el enojo se mantuvo, pero ahora por la burla de que fueron objetos con tantas falsedades.

Cabe aclarar que sí hubo saqueos, personas detenidas y actos de vandalismo, pero no en el número y la gravedad que reportaron muchos usuarios de redes sociales.

Esto nos debe llevar a varias reflexiones. En primer lugar, a lo fácil que se puede crear un ambiente de temor gracias a las redes sociales, lección que debemos aprender de cara a los futuros procesos electorales. Segundo, que alguien estuvo interesado en provocar un clima de pánico en el marco de las protestas en contra del gasolinazo, como forma de inhibir la protesta, como distractor o quizá con otros fines. Tercero, que los medios, en un buen número, colaboraron en esta labor, al servir de caja de resonancia de lo que usuarios presentaban en redes –y tomarlas como fuentes confiables, cuando debe haber una labor de comprobación–. Cuarto, que la presencia de las redes sociales en nuestra sociedad es una realidad que debemos comprender para enfocarnos a darle usos más positivos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario