Pedro
Echeverría V.
1. Me
quedé pensando en el significado de la “dignidad” que se pide al gobierno de
Enrique Peña Nieto y a su ministro de Relaciones para enfrentar las
negociaciones con el gobierno yanqui de Donald Trump; esa misma “dignidad” le
pedimos de manera permanente al pueblo de México para salir a la calle y luchar
contra el gobierno, los empresarios y el imperialismo que hace siglos nos
somete. Pareciera que la “dignidad” es solamente decisión que se separa de la
conciencia que es conocimiento. Hoy los políticos le exigen a Peña que tenga
“dignidad” para plantarse a Trump, para que no le tenga miedo y defienda a los
mexicanos. Se dice que Trump y Justin Trudeau (el presidente de Canadá) si
tienen dignidad porque han dicho que por encima de todo están sus respectivos
países.
2.
Pienso que Trump, Trudeau y Peña Nieto –aunque se digan muy dignos o muy
conscientes defendiendo “sus intereses nacionales”- los tres son representantes
empresariales que defienden sus muy particulares intereses disfrazándolos de
“pueblo”; no puede dudarse de que cada uno defiende la plataforma de sus
partidos y de los poderosos empresarios que los apoya. ¿O se puede olvidar la
historia de cada uno de los tres países cuyos gobiernos han sido siempre
representantes de las clases más poderosas? Así que no es un problema de
“dignidad” sino de intereses como dijo el yanqui Foster Dulles hace 50 años y
hoy repite el canadiense Trudeau, en el sentido de que “Canadá tiene amigos
pero lo que cuenta son los intereses”.
3. ¿Se
dice que si no defiendo mi empleo, a mi familia, a los seres humanos, no tengo
dignidad? que si no apoyo a mis compañeros que luchan por sus derechos, si
acepto cualquier regalo u ofrecimiento de los empresarios, del gobierno para
comprar mi voluntad, si no poseo el carácter para enfrentar a mis enemigos
cuando lesionan a los demás, es que no tengo dignidad. ¿Quiere decir que los
mexicanos y el mundo en su mayoría no tienen dignidad por no levantarse a
luchar contra quienes durante siglos los tienen sometidos? Me pregunto: ¿Podrá
haber un individuo o un pueblo que posea dignidad, que sólo sea valiente, sin
tener conciencia de lo que sucede o, al contrario, que posea mucha conciencia y
que sea cobarde para plantarse como persona digna?
4. La
realidad es que dignidad no es valentía sino conciencia; puede haber machismo o
hembrismo para plantarse frente a un hecho, pero si no se tiene consciencia de
quiénes somos nosotros y quiénes nuestro enemigo; de con qué fuerzas contamos y
cuál es la de quien nos enfrenta, parecería nuestra “dignidad” una locura. En
el sistema capitalista e imperialista ante el nacionalismo o chovinismo de gran
nación, los países débiles objetivamente, por obligación, se someten a los más
fuertes porque no tienen fuerzas productivas o armadas, recursos, para competir.
México tiene mercado y negocios en un 80 por ciento con los EEUU, pero está
atrapado por su deuda, sus migrantes, su agringamiento, etcétera.
5.
México comenzó a someterse a los yanquis desde que logró su independencia de
España y se le impuso la Doctrina Monroe; continuó su sometimiento después de
ser despojado de más de la mitad de su territorio; en el siglo XX con la
dominación en el Porfirismo, en el alemanismo y con el Tratado de Libre
Comercio. Hoy no es un problema de exigirles a los gobiernos una dignidad y
patriotismo que jamás han tenido. Los yanquis no seguirán sometiendo hasta en
tanto no construyamos con nuestra producción y nuestras batallas un país
independiente fuerte que pudiera hacer frente al imperio o pueda construir un
país integrado con otros sin fronteras pensando en una comunidad mundial.
(25/I/17)
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