Lu-pilla
Porras y los secuestrados
* Chalecos antibalas de Bermúdez, con sobreprecio * ¿Tienen
pañal y bacinica? * Coatzacoalcos en el buró de crédito * Los 7 millones que
retrasaron el préstamo de BANOBRAS * PAN aprieta para evitar turismo electoral
* Constructora da servicio a síndico y tesorero con cargo al erario.
A sus amigos, sus “queridos campesinos” por delante, solía
Guadalupe Porras David tenderles trampas, morderles la mano, enviarles al
matadero y si le era posible, apalearlos como al peor perro de presa, tan solo
para demostrar que el poder no se tiene sino que se ejerce. Y si se ejerce de
manera brutal, mejor.
Testaruda, encarnación del autoritarismo, se soñó cacique de
horca y cuchillo, señora de vidas y fortunas. Su voz, acatada sin chistar. Sus
designios, cumplidos sin reparo. Sus caprichos, convertidos en actos de
gobierno. Sus abusos, ignorados y de ser posible, aplaudidos.
Construía así una pesadilla de la que aún no despiertan los
minatitlecos, víctimas de una alcaldesa que llegó a avasallar cuanto halló en
su camino, incluido presupuesto y otras yerbas, mordidas y sobornos, tributos y
encajes, diezmos y triezmos.
Lu-pilla Porras fue intratable por falla genética y por un error
de apreciación: creía que la alcaldía de Minatitlán se la habían facturado y,
finalmente, escriturado. La sentía suya, o para Cirito o Lu-pilla Félix, sus
hijos, orgullos de su nepotismo.
Cuando se separó del cargo, candidata a regañadientes del PRI a
la diputación federal, en 2009, lo hizo a medias, sin tramitar una licencia
definitiva, como indica la ley. Obvio, su candidatura se le desvaneció. Ese día
hubo pesar en el cabildo, creídos los ediles que la doña no volvería. Pero
volvió. Y con ella, los abusos de poder.
Quiso responsabilizar a su suplente temporal, Ignacio Trujillo
Cortázar, de desvío de recursos, de otorgar contratos ilegales y de haberle
metido el diente al presupuesto, suponiendo el león que todos son de su
condición.
En el punto más álgido de su escaramuza verbal, ocurrió un hecho
dramático: Ignacio Cortázar fue secuestrado. El 21 de marzo de 2010 fue
levantado, confinado en un sitio sin destino, obligado a negociar, amedrentada
su familia y conminada a entregar 4 millones de pesos a cambio de su vida. El
12 de mayo, tras entregar un millón y medio, el suplente de Lu-pilla fue
liberado. Debía pagar el resto del rescate en cómodos abonos y en los términos
que sus captores se lo indicaran.
Eso permitió que se implementara un operativo que finalmente dio
con los secuestradores, entre ellos varios ex policías.
Meses después, en diciembre de 2010, Ignacio Trujillo rompió el
silencio y reveló cómo operaba la maquinaria de corrupción de la alcaldesa, la
nómina secreta, los aviadores del esposo, Walter Jiménez, de quien pintó un
retrató preciso, descarnado y demoledor: “Se ha dedicado durante estos tres
años, a saquear el Ayuntamiento junto con ella”.
Otro secuestro ocurrido en el entorno de Lu-pilla Porras fue el
de su compadre Nicolás Ruiz Rossette, contratista, transportista y hoy síndico
de Minatitlán, cuya osadía fue desplazar a Cirito Félix Porras, hijo de la
doña, de ese cargo municipal y relegarlo a la suplencia.
Ruiz Rossette, beneficiado con contratos que finalmente le hizo
de noche la tremenda Lupe, mordida de mano al amigo, había convertido su
amistad en una relación ríspida y agreste, tirante y complicada.
Fue levantado el 6 de octubre de 2011, luego de desayunar con
algunos amigos en el restaurant La Vaca Vieja, cerca del parque Hidalgo, en
Minatitlán. Hasta ahí llegaron sus captores; encañonaron a todos; forcejearon
con él; lo golpearon, lo jalaron y hasta lo mordieron en la espalda. Pero se lo
llevaron En cuanto emprendieron la huida, se implementó un operativo para
cerrar los accesos a la ciudad.
Sin embargo, dos horas y media después, sometido a un calambre,
lo dejaron libre en Jáltipan, a 20 kilómetros de Minatitlán, sin que las
autoridades ni el mismo Ruiz Rossette dieran mayor explicación, sin pistas de
sus plagiarios. Regresó a su domicilio a hacer su vida normal.
Un tercer caso se extiende hasta el actual alcalde de
Minatitlán, Leopoldo Torres García, a quien le secuestraron a su hijo Marlon
Torres Fuentes, el 2 de octubre pasado, cuando se dirigía a su escuela.
Leopoldo Torres, crítico de Lu-pilla Porras desde que era
diputado local, apenas había levantado la voz contra su antecesora por
irregularidades en obra y en el manejo financiero en la alcaldía de Minatitlán,
pidiendo al Congreso que se revisara el trabajo del Órgano de Fiscalización
Superior del Estado de Veracruz, que le avaló cuentas públicas impregnadas de
lodo. Días después, el hijo del alcalde fue plagiado.
Oficialmente, Marlon Torres nunca estuvo secuestrado, pero cinco
días después, el domingo 7, fueron aprehendidos el subinspector de la policía
intermunicipal, Félix Méndez Flores; su escolta y chofer, el oficial Fidel
Sánchez Jiménez, y elementos de la patrulla marcada con número IC-242, tanto
por disponer de una red de comunicación al servicio de Los Zetas como por el
secuestro del hijo del edil de Minatitlán.
Otros personajes que en algún momento cruzaron en el camino de
la hoy lideresa estatal de la CNOP del PRI, también sufrieron el flagelo del
secuestro. Todos por una coincidencia del destino. Sólo por coincidencia.
No es tersa la vida pública de Lu-pilla Porras. Es una farsa
política, nada altruista, cero bondad, sin nobleza, cosechando tormentas,
aniquilando amistades, rompiendo alianzas, sujeta a una ambición desenfrenada y
a una obsesión de poder.
Así es ella y no va a cambiar.
Archivo muerto
Sin pena ni gloria, metido, eso sí, en arbitrariedades y
represión, Arturo Bermúdez Zurita le allega gasolina a la hoguera de la
seguridad pública veracruzana con la compra de chalecos antibalas para su
policía, los más caros de México. María Elena Morera, de la agrupación
Ciudadanos por Causa en Común, puso el dedo en la llaga cuando denunció que ese
equipo fue adquirido a un precio descomunal. Javier Duarte, el desgobernador de
Veracruz, quiso maquillar el asunto y dijo que había desinformación, algo así
como que la señora Morera no sabía de qué hablaba. Pero el desinformado era él.
Plumas Libres, el portal en internet, documentó, en cambio, que la adquisición
de los chalecos se hizo a un proveedor, Promociones Mariscal, S.A. de C.V., que
lo mismo lleva la cuenta fiscal de un restaurant, El Molino del Quijote, que es
su fachada, en Xalapa, que la proveeduría de láminas, medicamentos o uniformes
policíacos. No se sabe que antes haya abastecido de chalecos antibalas a nadie;
se cuestiona su experiencia en ese ramo; el gobierno de Veracruz dejó fuera de
la invitación a la supuesta licitación a cuatro empresas especializadas,
incluso en blindaje de automóviles, que presumiblemente son también sus
proveedoras, y se supo que el dueño del negocio es amigo del ex gobernador
Fidel Herrera Beltrán, del senador Héctor Yunes Landa, del ex procurador
Salvador Mikel y de familiares de la alcaldesa Elizabeth Morales. Burdo y
descalzo, el negocito de casi 6 millones de pesos le explotó en las manos al
titular de Seguridad Pública, Bermúdez Zurita, él silbando en la montaña
mientras el escándalo estaba en su mayor apogeo. Mordaz, la fanaticada en
internet no dejaba de pitorrearse de los chalecos de los robocop de Bermúdez.
Decían que eran los más caros del país porque están rellenos de espagueti del
Molino del Quijote; y otros sostienen que traen integrado un pañal y una
bacinica, muy útiles cuando la policía de Seguridad Pública, escoltando y encubriendo
a los sicarios del crimen organizado, se topa de frente con el Ejército o la
Marina… Atorado en el buró de crédito, congeladas sus gestiones financieras,
apenas si aletea y maniobra el Ayuntamiento de Coatzacoalcos para reactivar el
préstamo de 350 millones de pesos solicitado al Banco Nacional de Obras y
Servicios (BANOBRAS), el proyecto cumbre del alcalde Marco César Theurel Cotero
—“Te rompo tu puta madre”— para endeudar por 25 años a este municipio. Su
condición de deudor la arrastra Coatzacoalcos a causa de un juicio que data del
trienio encabezado por don Pompeyo Figueroa Mortera, entre 1985 y 1988, por
obras de vivienda que nunca se realizaron, vía crédito con el Fondo Nacional
para la Habitación Popular (FONHAPO) y que a la fecha alcanza ya 7 millones de
pesos, y eso le impidió que liberara el préstamo de BANOBRAS. Salir del buró de
crédito era imprescindible para acceder a esos 350 millones. De ahí que el
alcalde Theurel despliegue ahora otra genialidad perversa: usa a los empleados
municipales para salir del hoyo financiero en que se encuentra: dona un terreno
municipal para que se construya la unidad habitacional de los trabajadores
sindicalizados, en Villa Allende; la constructora liquida el adeudo y limpia el
historial crediticio del Ayuntamiento; los empleados pagan, vía nómina, sus
casas, porque obviamente no se las está regalando; BANOBRAS libera los recursos
del crédito; el pueblo queda ensartado por espacio de 25 años con una deuda que
crecerá a más de mil millones de pesos, mientras Theurel dispone y disfruta de
los 350 millones de pesos. O sea, “te rompo tu puta madre”, pueblo… Aprieta el
Partido Acción Nacional ante los órganos electorales de Coatzacoalcos. Exige
que sea auditado el padrón y la lista nominal, y que se vigilen las
inscripciones atípicas, para evitar que se repita la fraudulenta práctica del
“turismo electoral”, como ocurrió en febrero de 2010. Su representante
suplente, Víctor Hugo Espinosa Hernández, hizo la petición ya que en estados
como Tabasco, vecino de Veracruz, no habrá elección y es previsible que el PRI,
como suele hacerlo, envíe a su militancia a inscribirse en el padrón de los
distritos de Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque, los haga venir del día
de la elección y así consumar un fraude. Aquella vez, tras ser detectada esa
práctica, se interpusieron denuncias formales y finalmente la Fiscalía
Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE), consignó los
casos, se libraron las órdenes de aprehensión y se detuvo y procesó a decenas
de priístas que se prestaron a esa maniobra. Se trata de evitar que el “turismo
electoral” se repita…¿Quiénes son ese edil y ese funcionario municipal a
quienes la empresa theurelista Desarrollo de Construcciones y Ecología, S.A. de
C.V. les abastecía de agua en sus domicilios, con cargo a un contrato de
arrendamiento con el Ayuntamiento de Coatzacoalcos, y obviamente pagado con
recursos municipales? Sus iniciales son B de Beto y C de Chagra, y D de Daniel
y J de Jiménez, uno síndico y el otro tesorero municipal…
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