MÉXICO, D.F. (apro).- Muy a pesar del
entorno de inseguridad y violencia que se vive en el país, de empleos precarios
y salarios insuficientes, de pobreza y, aun, de una mayor desigualdad social,
los mexicanos, en su mayoría, dicen ser felices y estar satisfechos con su
vida.
Por
insólito que parezca, así es.
Una
encuesta sobre el bienestar subjetivo de los mexicanos, realizada por el
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) durante el primer
trimestre de este año, señala que del total de las personas de entre 18 y 70
años que viven en México, cerca de 47.3% están satisfechos con su vida, 36.1%
moderadamente satisfechos, 11.8% están poco satisfechos y 4.8% están
insatisfechos con sus condiciones de existencia.
Es
decir, una mayoría de 83.4% de los mexicanos están, total o moderadamente,
satisfechos con su vida, contra 16.6% que se sienten escasamente satisfechos o
de plano totalmente insatisfechos.
De
acuerdo con las cifras presentadas hoy por el Inegi, los aspectos o dominios de
vida en los que los mexicanos manifiestan mayor satisfacción, en una escala de
0 a 10, son: vida familiar (8.6), autonomía (8.5), salud (8.2) y vida afectiva
(8.2).
En
contraste, los aspectos peor calificados son: situación económica (6.5), país
(6.8), tiempo disponible (6.8) y educación (6.9).
De
acuerdo con Eduardo Sojo, presidente del Inegi, quien encabezó la presentación
de esta primera encuesta sobre el bienestar subjetivo de los mexicanos, el
ejercicio se hizo bajo los parámetros adoptados por la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para medir el progreso de las
sociedades, más allá de indicadores macroeconómicos, como el PIB.
Los
elementos que muestran mejor el grado de desarrollo y el progreso de una
sociedad, explicó, son el progreso material, la calidad de vida a partir de
elementos objetivos y subjetivos y los indicadores de sostenibilidad
intergeneracional del progreso social.
Explicó
Sojo que si bien el Producto Interno Bruto (PIB) es y seguirá siendo el
indicador más importante de la actividad económica, no es un elemento
suficiente para medir el progreso de la sociedad.
Por
ejemplo, el solo dato del PIB no nos da idea de si las personas son más sanas o
hacen más deporte; si disfrutan más de su vida, se sienten más felices o más
seguras. O bien, si los estudiantes reciben una educación más integral o de
mejor calidad.
El PIB,
además, tampoco nos da idea de si los individuos gozan de mayores libertades y
tienen una mayor participación en los asuntos públicos y comunitarios.
Por eso,
dijo, de acuerdo con la OCDE y con los países que ya han iniciado este tipo de
ejercicios –Australia, Reino Unido, China, Francia, Japón, Filipinas, Bután,
Italia, Marruecos, Canadá y México, entre otros–, es necesario hacer estudios
específicos sobre el bienestar subjetivo, pues es uno de los varios elementos a
considerar para una mejor medición del bienestar y el progreso social.
Así, en
ese contexto, entre los resultados relevantes de la encuesta –más de 10 mil
cuestionarios aplicados– destacan los siguientes.
Más
felicidad que satisfacción. Cuando a la gente se le preguntó que, en una escala
del uno al 10, calificara qué tan satisfecha está con su vida, el promedio fue
de 8. Pero cuando la pregunta refería a si era feliz, el promedio de las respuestas
fue de 8.4 de calificación.
Si bien
ese 8.4 fue el promedio de calificación del total de encuestados, los hombres,
en promedio, expresaron 8.4 mientras que las mujeres 8.37.
O sea,
las mujeres se sienten sólo un poquito menos felices que los hombres.
Por
grupos de edad, ¿quienes son más felices y se sienten más satisfechos? Pues
resulta que las personas entre los 18 y 29 años de edad. El nivel de felicidad
de este grupo anda en 8.5 (en la escala del 0 al 10) y el de satisfacción en
8.12.
Le sigue
el grupo de 20 a 44 años, con 8.42 en felicidad y 8.04 en satisfacción.
Los que
registran puntajes más bajos son los del grupo de 45 a 59 años de edad: 8.27 en
felicidad y 7.86 en satisfacción.
En los
más grandes, de 60 a 70 años, se recupera la puntuación: 8.32 en felicidad y
8.03 en satisfacción.
La
explicación es que en el grupo de los 45 a los 59 años se presentan más las
ideas de fracaso, logros no alcanzados o metas inconclusas, entre otras.
Otro
resultado de la encuesta es, por ejemplo, que a mayor grado de instrucción
escolar es mayor la satisfacción en la vida.
Por
ejemplo, de los encuestados que dijeron tener posgrado y licenciatura le
pusieron una calificación promedio de 8.68 y 8.42, respectivamente, al nivel de
satisfacción con su vida.
En el
extremo opuesto, los que no tienen instrucción escolar alguna apenas
promediaron 7.62 puntos de calificación a su satisfacción con la vida; los que
tienen primaria incompleta, 7.72 en promedio.
Una más.
De acuerdo con el estado conyugal, resulta que los casados calificaron mejor su
nivel de felicidad (8.51) que su estado de satisfacción con la vida (8.09).
En
cambio, los solteros son los que dijeron estar más satisfechos con su vida
(8.10), por arriba de los casados (8.09), los que viven en unión libre (7.95),
y sobre todo muy por arriba de los divorciados (7.68), los viudos (7.67) y los
separados (7.58), que son, éstos últimos, los menos satisfechos.
Pero en
el ámbito de la felicidad, los solteros calificaron mejor su nivel (8.35), muy
por arriba de los viudos y separados (7.87) y los divorciados (8.09), pero por
debajo de los que viven en unión libre (8.43) y sobre todo atrás de los casados
(8.51)
Total,
que los viudos y separados son los que menos satisfechos y felices se sienten.
Aun así,
en el promedio total, los mexicanos ocupan, en el contexto internacional, el
lugar 22 de entre 160 países, en materia de satisfacción por la vida y
felicidad por arriba de… ¡los británicos!, según el INEGI.
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