- Contabiliza la propia Procuraduría de Justicia casi 500 desaparecidos en los tres años del actual sexenio
- •Asegura el Colectivo por la Paz y Anaís Palacios que pudieran ser muchos más
- •Familiares de desaparecidos claman justicia en Xalapa, Veracruz, Poza Rica, Cosamaloapan y sur de Veracruz
- •Gobierno del Estado, Procuraduría de Justicia, Secretaría de Seguridad Pública y Secretaría de Gobierno solo les dan largas
- 15 días antes de su desaparición, Mario Manuel Espinoza Ginas publicó en su facebook: "Vamos a ser tres", con eso anunció que pronto tendría a su primer hijo. Ahora, nada se sabe de él y la angustia de su familia se vuelve infinita, asfixiante y aún más dolorosa que la misma muerte.
- "No es una cifra más, son hijos, y nos duelen. Tengo el corazón hecho pedazos porque es mi único hijo y lo amo con todo el corazón. Es mi bebé hermoso", Cynthia Ginas sigue llorando cada día desde que su hijo Mario Manuel desapareció el 12 de enero de este 2014. Tiene 21 años y un hijo que está por llegar.
Por: Rosa Vázquez, Melissa Díaz y Noé Zavaleta/Agencia Blog Expediente
Veracruz, México; 27 e febrero, 2014.-- Mario trabajaba en un antro-bar de la zona de Boca del Río, formaba parte del cuerpo de seguridad y justo ese día, su madre lo había convencido de renunciar y buscarse un mejor trabajo.
A las 2:30 de la tarde, Cynthia dejó a su hijo en casa después de platicar sobre cosas de la casa y algunos cambios que debían hacer para el nuevo bebé. Le dio un beso en la mejilla y la bendición. No lo volvió a ver.
Algunos testigos aseguran que lo vieron rondando por su casa a las once de la mañana y a las dos de la tarde; pero con ropa diferente al uniforme negro que llevaba cuando desapareció.
"Yo pido que nos den resultados, ¿por qué están desapareciendo? ¿Por qué nos hacen esto? Nos están arrancando el alma y el corazón, estamos viviendo muertas. Que el gobierno se toque el corazón, ¿qué haría el procurador si fuera uno de sus hijos”?
Cynthia ha procurado estar serena, tener mucha fe en que su hijo vuelva pronto y con vida para ver nacer a su hijo. La idea de no encontrarlo la hace llorar con desesperación. "Yo lo amo con todo mi corazón y ya lo quiero conmigo, es lo que más amo en mi vida".
CORAJE Y DOLOR
Ámbar Nayeli Flores Rivera, de 24 años y estudiante de odontología en la Universidad Veracruzana, desapareció el dos de octubre del 2013. Su familia parece ser una de las más enteras dentro del grupo de personas que buscan a sus familiares apoyados por el Colectivo por la Paz.
La verdad es, que la tristeza se ha convertido en coraje, reflejado en la seriedad de la cara de su madre y la sed de justicia que reflejan en su pequeña cara Saira y Cynthia Suárez, hermanas menores de "Ambi".
"Salió de la casa y no regresó. Tuvo una cita con su exnovio y ella ya no regresó. Las autoridades de Veracruz tienen todo y no hacen nada". Dicen las pequeñas hermanas, turnándose para hablar, con la foto de "Ambi" sostenida entre las dos.
"Es una injusticia, nadie desaparece, no se los puede tragar la tierra. Hay un responsable, saben quién es y no hacen nada. Cubren a todos los responsables, eso no se vale". La familia de Ámbar señala al exnovio como responsable de su desaparición; pero la justicia está estancada.
El día que dejaron de verla, ella se puso un pantalón de mezclilla, una blusa rosada y tenis negros, salió a una cita acordada con su exnovio, que la había estado acosando después de su relación."Dijo que iba a verlo para que ya no la molestara. Él sabe dónde está mi hermana".
Tres horas después de irse, a sus hermanas se les hizo extraño que Ámbar no estuviera conectada en ninguna red social ni contestara el teléfono. Al salir a buscarla, se dieron cuenta de que su automóvil se había quedado parado una cuadra después de su casa. Alguien la vio irse con un hombre.
Si Ámbar pudiera escucharlas, ¿Que le dirían?
"Que esté tranquila porque no vamos a descansar hasta que regrese con nosotras".
“TÍMIDA Y CONFIADA DE LA GENTE”“
Noemí Cortés Hernández nació y creció en el municipio de Banderilla, su familia siempre ha sido humilde y por eso su deseo de estudiar administración de empresas sería más costoso que el de otras jóvenes de su edad.
Era tranquila, algo tímida, pero muy confiada en la gente, poco comprendía de la maldad humana a sus 17 años. Un día conoció a una mujer de nombre Eunice, que se hizo su amiga, ella le ofreció un trabajo en Puebla, como mesera de un restaurante.
A pesar de las dudas de su familia, Noemí partió con esa mujer el cinco de enero del 2005, llevaba un pantalón pesquero color café y una blusa blanca. Se despidió de su madre y su hermana mayor. No ha regresado a casa desde hace nueve años.
La familia de Noemí no ha vuelto a ser la misma, la necesidad económica y el deseo de estudiar le costaron la felicidad a todos ellos. Su madre y su hermana se han vuelto incansables luchadoras y detectives, todos los días hay llanto y arrepentimiento, también frustración e impotencia. Sólo la esperanza de volver a verla, las mantiene de pie.
Leticia Cortés Hernández, hermana de Noemí, cuenta: "Iba muy contenta, tenía ganas de seguir estudiando, se fue para tener recurso y seguir estudiando". Se le llenan los ojos de lágrimas. "Le dijeron que era en un restaurante y nosotros fuimos a buscar, pero descubrimos que era el bar "jacarandas", en Guadalupe Victoria, Puebla".
La desesperación se hace cada vez más grande. Ambas se quiebran con tan sólo hablar de Noemí. Nunca pensaron que algo así podría pasarles a ellas. De las investigaciones no hay esperanza, las autoridades no les han dado nuevas pistas, ni parece importarles el caso.
Su madre habla entre llantos: "Ya no sabemos cómo buscar, en donde pedir ayuda. La señora esa anda como si nada. En diciembre nos citaron en el ministerio público y ella me echa la culpa a mí, dice que yo tengo la culpa porque yo la maltrataba. Me dice que la deje de molestar, pero ¿cómo me dice que la deje de molestar si se llevó a mi hija?
“NO SON NÚMEROS, TIENEN NOMBRE”, CLAMAN SUS FAMILIARES
"Mi hijo tiene 10 meses que no lo veo, se lo llevaron el 16 de abril en pleno día y no aparece, fueron unas patrullas" dijo Carmen Sánchez de Coatepec.
Con lágrimas en los ojos y un llanto desconsolado la mamá de Hugo Murrieta pidió a los medios difundir la foto de su hijo que fue levantado por elementos de Seguridad Pública del Estado, la única exigencia después de los diez meses sólo era encontrarlo vivo.
Hugo Benítez porta en su playera la foto de su hijo, con una mirada triste explicó que Alejandro Benítez fue levantado por policías estatales, Marinos y elementos de la Secretaría de Defensa Nacional (SEDENA) en un operativo en Cardel.
"Tiene un niño de cinco años y aún pregunta por su papá" dice su hermana con lágrima en los ojos abrazando a su mamá.
Alejandro Benítez trabajaba de taxista cuando elementos de seguridad lo levantaron para subirlo a una camioneta con rumbo desconocido, el 30 de septiembre del año pasado.
Josefa Lara Ramírez muestra la foto de su hija Karen Janeth Martínez Lara, de Cosamaloapan, municipio al sur del Estado.
"Mi hija la sacó la policía estatal, la sacó de la casa el día 5 de agosto de 2013", aunque interpuso la denuncia correspondiente a la Agencia Veracruzana de Investigaciones, informó que no hay pista de ella.
"Son delincuentes encapuchados, tienen patrullas sin placas con permiso para levantar" gritó un hombre sosteniendo la foto de otro joven desaparecido.
Así cada persona fue dando a conocer datos de los jóvenes que son levantados principalmente por elementos de la policía estatal.
René Palmeros aseguró que la atención de las autoridades da mucho que desear, su hijo Giovanni Palmero desapareció el 26 de enero de este año en Boca del Río, el número de averiguación se lo sabe de memoria 982014.
"La atención (de las autoridades) es como si se hubiera perdido un celular" indicó, cuenta que su hijo trabajaba en un banco 'Compartamos' y fue una desaparición forzada en el bulevar de la ciudad costera.
Giovani Palmero Arciga -familiar del exdiputado federal, Diego Palmeros- la investigación ministerial radicada en el Ministerio Público de Boca del Río consigna que fue “levantado” saliendo de la discoteca “La Cantinita” ubicada en el municipio boqueño.
Amigos de Palmero Arciga fustigan que en la exigencia del avance de las investigaciones, los elementos de la Agencia Veracruzana de Investigaciones (AVI) les han pedido dinero “para la gasolina” pues no hay recursos “para moverse”.
Los jóvenes, Karla Nayelli Saldaña Hernández y su medio hermano, Jesús Alberto Estrada Martínez e Itzel Quintanilla desaparecieron de Xalapa desde el 30 de noviembre del 2011, según consta en la investigación ministerial 2009/11/3ª/ Xal-12, junto con ellos, se esfumó un auto Peugeot color azul modelo 2005, propiedad de Karla.
Durante los próximos 26 meses, Carlos Saldaña Grajales padre de Nayelli y de Jesús Alberto los ha buscado por todos los rincones de Veracruz, en el DF y en otros estados.
Saldaña siempre carga fotografías de sus hijos y copias de las denuncias ministeriales.
En noviembre del 2013, recurrió a autoridades federales para hacer la siguiente denuncia: el auto de su hija (el Peugeot azul) apareció en manos de Isaac Moreno, quien después de una breve estadía en el Penal de Pacho Viejo confesó que se lo había “dado a reparar”, Filiberto Rojano, ambos expolicías intermunicipales de Xalapa. La Procuraduría de Justicia nunca los investigó. Y Moreno salió libre.
La noche en que no volvieron sus hijos a casa, otros diez jóvenes desaparecieron de Xalapa, dicha aseveración se la hizo a Saldaña, el comandante de la AVI, Alejandro Ortega Cueto.
Todos ellos, pertenecen al Colectivo Por la Paz, organización civil dedicada a buscar a personas desaparecidas, su portavoz, Anaís Palacios asegura que la propia PGJ tiene documentados 484 “desapariciones forzadas” en los últimos tres años, sin embargo, Palacios asegura que el número sería mucho mayor.
Tan sólo en el mes de febrero, han realizado más de seis protestas en los municipios de Xalapa y Veracruz, el Colectivo por la Paz de la zona centro (Córdoba y Orizaba) ha hecho pronunciamiento en sus municipios de origen y también han arreciado las críticas contra la nula operatividad de la Procuraduría de Justicia.
En su última protesta en Palacio de Gobierno, el colectivo exigió la renuncia del Secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez y del propio gobernador, Javier Duarte pues si no podían con el paquete de la inseguridad y de los desaparecidos que “mejor renuncien”.
Apenas el lunes pasado, en los eventos de celebración del Día de la Bandera en la Plaza de la Soberanía en el Puerto de Veracruz, un grupo de familiares de desaparecidos protestó para exigir el esclarecimiento de 45 sustracciones forzadas.
Personal del ayuntamiento de Veracruz trató de evitar la manifestación de los padres de familia e integrantes del Colectivo por la Paz quienes le gritaban al mandatario: “Justicia”.
En Xalapa las protestas han ido subiendo de tono en las afueras del palacio de gobierno, personas no se han cansado de gritar: ¡Que los busquen, los queremos vivos! ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!
FUENTE: http://www.elpinerodelacuenca.com.mx/