Columna: Fuera de Foco
Luego de la golpiza a la cual
fue objeto la periodista Karla Janeth Silva en la redacción del periódico El
Heraldo –junto a Adriana Elizabeth Palacios quien también fue golpeada-
periodistas, fotógrafos y hasta directores de diversos medios de comunicación
realizaron una manifestación por las calles de Guanajuato, concluyéndola en la
presidencia municipal de Silao, a cargo de Enrique Benjamín Solís Arzola, para
exigirle garantías para llevar a cabo el ejercicio periodístico.
Uno de los aspectos que se debe de enaltecer es que derivado de
ésta reprochable acción en contra de la colega periodista, la solidaridad de
los colegas periodistas es absoluta en dicho estado. Un acto que no se debe dejarse
a un lado y ser enaltecido, porque desafortunadamente no en todos los estados
–entre ellos la entidad veracruzana- se puede contar con dicha respuesta de
absoluto de apoyo por parte de los compañeros periodistas.
Con las consignas “Solís Arzola, Karla no está sola” y “Todos
somos Karla” los representantes de los medios de comunicación en Guanajuato
dejan un ejemplo al gremio periodístico de todo el país, el cual se encuentra
literalmente condicionado en otros estados. Esperemos que este ejemplo sirva de
análisis sobre las acciones del gremio, el cual se encuentran dolorosamente
dividido, convirtiéndolo con ello, en una de las actividades más vulnerables a
causa del divisionismo.
La negación del edil guanajuatense
Derivado de la manifestación y sobre todo de los cuestionamientos
directos a los que tuvo que enfrentar el alcalde de Silao cuando los
periodistas lo confrontaron en su propio despacho sobre las bajezas a la que
fue objeto la reportera del El Heraldo, Karla Silva; el edil sólo atinó a negar
los hechos y a decir que él garantizaba la libertad de expresión de tanto los
medios informativos como de los reporteros.
Obviamente la negación de los hechos es la mejor salida de
quienes tienen la piel muy sensible y no soportan la crítica derivada del
ejercicio periodístico. Actualmente los servidores públicos recurren a la
amenaza, el hostigamiento y en el peor de los casos, el asesinato de
comunicadores al sentirse evidenciados.
En el estado de Veracruz es del orden público las penosas
circunstancias que padecen el gremio periodístico. Cifras dolorosas, donde 11
periodistas han perdido la vida derivado de su actividad. La diferencia en la
entidad veracruzana, es la falta de compañerismo del gremio, donde notoriamente
los intereses “personales” de cada comunicador –reportero, fotógrafo, director,
jefe de información y redacción- se antepone sobre cualquier acto de injusticia
y vileza por parte de los servidores públicos.
No se debe de olvidar aquellos periodistas que no tan sólo no
apoyan, sino también se centran sin consideración alguna a la nefasta
campaña pagada por el gobierno y se dedican a enlodar la imagen de otro
colega, con la finalidad de destruirlo –esté vivo o ya esté muerto-. La
solidaridad en Veracruz entre el gremio es realmente inexistente. Hablar de la
situación real del estado por parte de un periodista, amable lector, no tan
sólo le trae las amenazas y el hostigamiento de parte de los “poderosos” sino
también, el repudio de un gran porcentaje de periodistas que defienden a “capa
y espada” sus propios intereses y que lo manifiestan diariamente por diferentes
vías. Inventar historias de otros colegas, desacreditar su trabajo
constantemente –eso sí, todo a sus espaldas nunca de frente-, relacionarlos con
un político, etc., es el recurso usual entre quienes defienden su bolsillo.
Es un sueño “guajiro” esperar una solidaria respuesta absoluta en
el estado de parte del gremio periodístico. Son pocos –una dolorosa minoría-
que en verdad siempre se encuentran dispuestos a coadyuvar con otro colega que
padezca algún tipo de arbitrariedad. Afortunadamente los medios nacionales y
organizaciones concentradas a la defensa de periodistas como también a la
libertad de expresión, siempre están dispuestos en hacer pública las bajezas de
los malos gobernantes.
¿Sirve de algo?
El día de ayer en el espacio informativo de Carmen Aristegui,
nuevamente aludieron sobre el ex gobernante, Fidel Herrera Beltrán y su
estrecha vinculación con los grupos delictivos quienes ingresaron al estado en
su mandato. También comentaron sobre su relación tan cercana con Francisco
Colorado alías “Pancho Colorado” quien se encuentra recluido en Estados Unidos
por traficar drogas y lavar dinero de los delincuentes.
Un tema que a mediados de este año se evidenció y que hasta el
día de hoy, no existe una muestra por parte de la Procuraduría General de la
República (PGR) de aprehenderlo como cualquier ciudadano. El problema de los
señalamientos en contra de Herrera Beltrán, es que pese a que no contar con
fuero alguno que lo proteja, cuentan con una protección más poderosa: “La
impunidad”.
En México, la corrupción es sancionada según el nivel del
individuo. Si es o fue un funcionario público, se le protege absolutamente para
impedir que pise la cárcel, pues de caer esa “blanca palomita”, imagínese
usted, cuantos no caerían junto con él. Si el corrupto es un ciudadano más
“corriente” que “común, pues se le aplica todo el rigor de la ley a manera de
refundirlo de por vida en dichos centros penitenciarios de mala muerte.
Argumenta Enrique Peña Nieto que la corrupción en México es una
“debilidad de orden cultural”. Es decir, es por ello que se le justifica al
poder ejecutivo, legislativo y judicial ser una “bola de corruptos”.
Jamás
un gobernante pisará cárcel por enriquecimiento ilícito. Sea del partido que
sea. Un ejemplo es la alcaldía boqueña, cuando en la administración de Salvador
Manzur Díaz dejó una deuda 116 millones de pesos por concepto de pago a
proveedores, cifra que comprende desde el inicio de la
administración, al 30 de junio del 2012. -http://www.notiver.com.mx/index.php/lascolumnas/246366.html?secciones=9&seccion_selected=9&posicion=5-
Pese la transición, pues cambió de un gobierno priísta a un
gobierno panista, no existió voluntad por el actual alcalde de Boca del Río,
Miguel Ángel Yunes Márquez de rendirle cuentas a este sujeto y mucho menos,
enviarlo a la cárcel por tal hecho.
La causa pueden ser muchos factores. Pero nada sirven las
“justificables” a los ciudadanos boqueños quienes actualmente sufren las
consecuencias de dicho hurto que en su momento perpetró el actual delegado de
Banobras, Salvador Manzur Díaz, el cual no tan sólo no le exigieron cuentas,
sino por su “grandiosa hazaña” de robar a manos llenas, el gobierno estatal lo
premió con un “puestazo” donde puede continuar enriqueciendo a manos llenas.
Por ello pregunto amable lector:
¿Sirve de algo conocer las corruptas acciones de Fidel Herrera?
¿Lo meterán a la cárcel?
¿Le incautarán todas sus propiedades?
No. Porque estamos en el país de la impunidad derivada de la
corrupción a causa de la “debilidad de orden cultural” imperante en la clase
política. Por ello el país no progresa, porque indudablemente antes de sus
“grandiosas” reformas “progresistas” –como las considera el presidente de la
República- debieron reformar los mecanismos que impedirían que los servidores
públicos vuelvan a tomar dinero que no sea suyo.
Se acabaría el “negocio” de ser presidente de la República,
senador, diputados, alcaldes, etc.
Silvia Núñez Hernández
Licenciada en Ciencias y Técnicas de la Comunicación, directora general y columnista. Sustenta su trabajo, tras 23 años de ejercicio periodístico adquirido en diversos medios de comunicación situados en el estado de Veracruz. Su principal objetivo dentro de su carrera profesional es ofrecer a la ciudadanía una editorial ética y objetiva. Un espacio donde los temas sociales y políticos, son analizadas con una visión crítica, con la finalidad de mostrar una perspectiva sustentada y razonada sobre la problemática social de Veracruz y de la República Mexicana.
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