Aurelio Contreras Moreno
Una semana antes de que se diese a conocer oficialmente el hallazgo de los cuerpos sin vida de la pequeña de apenas cinco años de edad, Karime Alejandra Cruz Reyes, y de su tía Mónica Reyes Baruch, de 44, ya se tenía noticia de su muerte, tras más de 50 días de secuestro.
Una filtración desde la misma Procuraduría de Justicia del Estado alertó sobre el desenlace fatal de este plagio, que cimbró a la ciudad de Coatzacoalcos y al estado entero, pero que el Gobierno del Estado ocultó deliberada y cruelmente, pues prolongó una semana más el sufrimiento de la familia de Karime Alejandra.
¿Por qué el gobierno habría hecho algo así? Porque cuando fueron encontrados los cuerpos en una fosa clandestina en una colonia de Coatzacoalcos, se celebraba la reunión plenaria de los senadores del PRI-PVEM en la ciudad de Boca del Río, a la cual también acudieron los secretarios de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y de Hacienda, Luis Videgaray.
Así que para evitar que se le “echara a perder la fiesta” con noticias tan “desagradables”, el gobierno calló de manera inmoral durante una semana, a pesar de que la información sobre el hallazgo de los cuerpos se había difundido profusamente en redes sociales, y la tardía confirmación oficial este viernes 5 de septiembre sólo ratificó los mismos datos que ya se sabían desde una semana antes, incluida la presunta complicidad de Mónica Reyes en el secuestro de su sobrina Karime, que al final le costó la vida a ambas de manera brutal.
El manejo de este caso es una prueba fiel de cómo se las gasta el gobierno veracruzano, que es capaz de hacer cualquier cosa con tal de proteger intereses mezquinos o de “cuidar” su imagen.
Pero no hay peor ciego que aquél que no quiere ver. Veracruz vive una escalada de violencia e inseguridad que contradice el triunfalismo oficial y que no es una invención de los medios, como dicen autoridades como el procurador Luis Ángel Bravo Contreras. La misma semana pasada se dio cuenta del asesinato del empresario Luis Sainz Sánchez en la ciudad de Córdoba, aparentemente a causa de un intento de robo, mientras en Xalapa fue ultimado el agente del Ministerio Público y auxiliar de la Procuraduría de Justicia del Estado Perfectino Alemán Riande, quien presentaba el tiro de gracia.
Días antes, un asaltante fue ejecutado de manera sumaria por la policía estatal luego de perseguirlo a tiros y con un exagerado despliegue por una importante arteria vehicular de Xalapa, tras de que el primero matara al vigilante de un asilo de ancianos en un intento de robo. Semanas atrás, fue asesinado con saña el ex tesorero del Ayuntamiento de Coatepec Guillermo Pozos.
Y así nos podríamos seguir enumerando los hechos violentos que enlutan a cada vez más familias veracruzanas. Los levantones, los secuestros, los asaltos a mano armada son cotidianos en toda la entidad, pero para las autoridades se trata de “rumorología” o de “hechos aislados”. Y llegan a extremos de cinismo como el del secretario de Seguridad Pública Arturo Bermúdez Zurita, quien en una entrevista declaró que si la población se sentía insegura, pues que se compre un perro o invierta en alarmas y sistemas de seguridad. Valiente funcionario público que además, entre sus múltiples negocios particulares, es propietario de una empresa que, ¡oh sorpresa!, vende alarmas y sistemas de seguridad.
El pasado domingo se realizaron sendas marchas en las ciudades de Coatzacoalcos y Xalapa para exigir a las autoridades estatales y municipales que cumplan con su responsabilidad de garantizar la integridad de la población y terminar con la inseguridad, o en su defecto, que renuncien a sus cargos si se sienten o se saben incapaces.
Porque no es trayendo a eventos inocuos al secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong para que alabe al gobierno estatal como se va a resolver una problemática que es claro se les ha salido de control.
En un acto de nobleza, la madre de Karime Alejandra, Nora Reyes Baruch, declaró a la prensa en Coatzacoalcos que “ya no quiero más rencor en mi corazón, perdono a todos los que no hicieron lo debido para poder recuperar a mi hija con vida”.
Quién sabe si el pueblo veracruzano les perdone lo que han hecho con el estado.
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