24 de septiembre de 2016

DESDE LAS BARRICADAS DEL CINE MILITANTE


Salvador Díaz

Ser cineasta es lo mejor que pudo haber experimentado en su existencia, Mayor ventura no ha hallado en este mundo, Enfrentar la realidad detrás de una cámara de cine es agregarle un nuevo color a la vida. Inventar otro cosmos, crear otro entorno que antes no existía, esto es el oficio cotidiano de quien dedica parte de su vida a recoger imágenes de aquí y de allá, dándoles un nuevo orden y ritmo, creando sensaciones nuevas, emociones varias, conceptualizaciones inusitadas, Ésta es la experiencia de un cineasta novato (a décadas de distancia) visto desde el ojo crítico de los años, que vuelve a su escuela que lo formó como documentalista, en los ya lejanos años 80 del siglo pasado, el CUEC, de la UNAM, hace un recuento de su primera filmación, “El edén bajo el fusil”, Lugar: el bronco estado de Guerrero, Protagonistas: el pueblo en movimiento, líderes copreros, dirigentes populares, cafetaleros, hamaqueros, y comandantes guerrilleros, La guerra sucia de los años 70 y 80, Las raíces de la represión que hoy tiene su culmen en los crímenes de Iguala, en las matanzas de Tlalaya, así como estos nombres que nos remiten a la represión y al oprobio, Aguas Blancas, Acteal, Atenco, Guardería ABC, Pasta de Conchoes, El Charco, El bosque, Tlatelolco, 10 de Junio, y tantos lugares manchados de sangre inocente y rebelde, Éste es su testimonio.

Salvador Díaz

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