Por Redacción / Sin Embargo septiembre 22, 2016 -
El cura Juan Jaime Suárez Silva
narra fragmentos tétricos que iniciaron en la Casa de Dios y terminaron en
la Curva del Diablo, Papantla, Veracruz. Allí borraron la existencia de los
presbíteros José Alfredo Suárez y Nabor Alejo Jiménez Juárez, de 30 y 50 años
de edad, respectivamente. “Los cuerpos no olían a alcohol”, dice. Es así
como el cura pozarricense responde al llamado de sus laicos asediados por la
violencia en el norte de la entidad, pero también se une al discurso del Papa
Francisco y su “condena a todo atentado a la vida y dignidad de las
personas”. Cuatro días antes del secuestro y asesinato de los clérigos, el
Departamento de EU alertó acerca de la violencia que existe en México en contra
de los ministros de culto de distintas iglesias.
Por Miguel Ángel León Carmona
Ciudad de México, 22 de septiembre (SinEmbargo).– “El Fiscal [de
Veracruz] dice que la muerte de los dos sacerdotes en Poza Rica fue por culpa
del alcohol. Que nada tiene que ver el crimen organizado. Entonces ¿por qué al
padre Nabor lo sacaron de la casa parroquial ahogándose con su propia sangre?
¿Por qué lo encajuelaron? ¿Por qué lo amarraron con la estola antes de pegarle
nueve tiros?”, son preguntas que el presbítero Juan Jaime Suárez Silva dirige a
Luis Ángel Bravo Contreras.
Bravo Contreras, el Fiscal, dijo apenas dos días después del homicidio
que había sido un pleito entre borrachos.
“Yo no tengo necesidad de comunicar pinches rumores. Yo te digo cosas
fidedignas y no es mi punto de vista. Son voces de dos párrocos que también
presenciaron los hechos y si no rebelan su identidad es porque están
espantados”, expresó en entrevista para BlogExpediente.
Es así como el cura pozarricense responde al llamado de sus laicos
asediados por la violencia en el norte de Veracruz, pero también se une al
discurso del Papa Francisco y su “condena a todo atentado a la vida y dignidad
de las personas”.
Suárez Silva narra en exclusiva para Blog Expediente fragmentos
tétricos que iniciaron en la Casa de Dios y terminaron en la Curva del Diablo,
Papantla, Veracruz. Allí borraron la existencia de los presbíteros José Alfredo
Suárez y Nabor Alejo Jiménez Juárez, de 30 y 50 años de edad, respectivamente.
“HABÍA SANGRE EN TODOS LADOS”
ADEMÁS:
Los hechos se registraron durante la madrugada del lunes 20 de
septiembre en la casa parroquial, adyacente a la parroquia de Nuestra Señora de
Fátima. Cierto, al menos cinco sujetos ingresaron al domicilio. Si estaban
bebiendo alcohol no lo sé. La Diócesis de Poza Rica sigue esperando el
resultado de la autopsia de los compañeros asesinados”, comienza el relato el
padre Jaime Suárez.
De acuerdo con Luis Ángel Bravo Contreras, los hechos iniciaron hacia
las 9 de la noche del domingo 19 de septiembre, cuando víctimas y victimarios
libaban alcohol y tras varias tandas de copas y el razonamiento
extraviado los visitantes hurtaron cinco mil pesos y dos vehículos, una
camioneta Pick Up y un automóvil cerrado modelo Lancer.
Sin embargo, un párroco allegado a Jaime Suárez, pero sobre todo a los
finados, describe episodios que el Fiscal veracruzano quizá olvidó enunciar
ante la prensa. No obstante que el mismo funcionario fue reiterativo con el
presunto hecho “que laicos y sacerdotes compartieron bebidas embriagantes antes
del episodio trágico”.
“A este compañero le tocó ver cuando los sacerdotes fueron sustraídos de
la casa parroquial. Nabor Alejo Jiménez iba todo golpeado, casi no podía
respirar pues se iba ahogando con su propia sangre. A él, por una razón que
desconozco, lo metieron a la cajuela del vehículo Lancer, mientras que al padre
José Alfredo Suárez y al auxiliar los treparon a la batea de la Pick Up”.
“Lo peor fue cuando subieron a la casa de los padres. Sólo puedo decirte
que había sangre por todos lados, en las dos recámaras, en la sala y hasta en
la cocina. Conocí al padre Nabor y él era el más duro de los tres, sus raíces
indígenas de la Sierra de Zoquitlán, Puebla, me hacen creer que fue el más
difícil de pelear” comparte Jaime Suárez.
“EXIGIMOS LA AUTOPSIA”
Fue en el Servicio Médico Forense de Papantla a donde los cadáveres de
los presbíteros fueron llevados. Allí hubo un segundo testigo, quien vio los
cuerpos sobre la plancha metálica. “El rostro del padre Nabor y su cuerpo los
molieron a golpes, él tenía los nueves tiros. Al padre Alfredo sólo le dieron
uno: el de gracia.
Sin embargo, más allá de la saña en contra de los presbíteros, el
testigo asegura que ninguno despedía olores etílicos. De acuerdo con expertos
periciales cuestionados por el reportero, el olor debió haber sido evidente,
“pues el alcohol se acumula en la sangre y al haber perforaciones, causadas por
los elementos balísticos, el olor se ventila fácilmente”.
“Nosotros exigimos que se nos explique el resultado del legista que
practicó la autopsia. Saber si los compañeros realmente estuvieron bebiendo
porque el Fiscal dice que todo se derivó porque estuvieron echando la copa con
los asesinos, que no mame” comparte el entrevistado a su estilo.
De acuerdo con Jaime Suárez, el diputado Juan Alfredo Gándara Andrade se
acercó al presbítero y aseguró estar cercano a conseguir los reportes
periciales, pues dice “le encabrona que el Fiscal, sin haber terminado las
investigaciones, se haya dedicado a informar pendejadas”.
Ya en el cierre de la charla telefónica el párroco lanza una última
pregunta a Bravo Contreras: “Si los responsables no forman parte del crimen
organizado, si son simples laicos que se pasaron de copas y ya hasta tienen un
detenido, ¿por qué el Fiscal no ha podido dar con todos los culpables?”.
Son los exhortos del cura pozarrincense, el mismo que contesta todas las
llamadas telefónicas, así deba de postergar alguna eucaristía. Un hombre
bragado a quien le consterna la situación de la ciudad donde ha servido durante
42 años.
Hoy Juan Jaime Suárez Silva vuelve a solicitar un llamado enérgico por
parte de sus superiores hacia las autoridades competentes: “Mi jefe
eclesiástico está espantado y no ha podido ofrecer una rueda de prensa y
desmentir al Fiscal. No dicen nada y estamos aquí como pendejos. Me tienen
encabronado” sentencia.
EU ALERTÓ SOBRE VIOLENCIA CONTRA SACERDOTES
El pasado 15 de septiembre, el Departamento de Estado de Estados Unidos
alertó acerca de la violencia que existe en México en contra de los ministros
de culto de distintas iglesias.
En el “Reporte Internacional Sobre la Libertad de Culto 2015”, Estados
Unidos citó como una de sus fuentes de información al Centro Católico
Multimedia, el cual informó que los sacerdotes y otros líderes religiosos en el
país continúan siendo blanco de intentos de extorsión y amenazas de muerte.
En el documento, se menciona que desde el 21 de octubre del año pasado
se informó que funcionarios de alto nivel del Departamento de Estado habían
destacado la importancia de proteger a los defensores de derechos humanos,
incluidos los líderes religiosos.
“No se conoce aún la suerte que corriera el padre Carlos Ornelos Puga,
que desapareció en noviembre de 2013 de La Victoria, Tamaulipas, y el padre
Santiago Álvarez Figueroa, que desapareció en diciembre de 2012 en Zamora,
Michoacán”, se detalló en el informe.
En el texto se destacó que funcionarios de la embajada también se
reunieron con miembros de grupos religiosos y ONG con afiliación religiosa para
tratar el tema de la seguridad de los sacerdotes que trabajan en cuestiones
humanitarias, evaluar el estado de la libertad de culto y expresar su apoyo a
la tolerancia religiosa.
“Un funcionario de la Oficina de Libertad de culto Internacional del
Departamento de Estado visitó la Ciudad de México y Oaxaca en septiembre para
plantear su preocupación por el tratamiento de los grupos religiosos
minoritarios dentro de las comunidades indígenas y la violencia hacia los
sacerdotes por parte de grupos delictivos”, se menciona en el texto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario