El Financiero
Otros ángulos
RAÚL CREMOUX
Los cargos que prepara la PGR son gravísimos: peculado,
fraude, lavado de dinero y otros menores (¿lo son?) como falsificación de
documentos y préstamos indebidos. Ya antes, inexplicablemente, le habían dejado
pasar la incautación que más tarde le devolvieron, 25 millones de pesos en
efectivo que le encontraron en la panza de un avión que descendió en el
aeropuerto de Toluca. Se justificó la fortuna diciendo que con esa cantidad se
pagarían tamales, aguas frescas, varios conjuntos de mariachis y confeti para
una celebración de la que dependía la alegría de muchos mexicanos.
Para estas fechas, los cargos se han filtrado a la prensa con un destino muy claro: preparar el terreno para dar pie a la aplicación de eso que los mexicanos anhelamos tanto: justicia a secas. Pero, repitamos el pero, ¿no antes en esa nutrida lista de prospectos a sentarse en un incómodo banquillo debieran estar los señores Humberto Moreira, el profe bailador e iluminado prócer de Coahuila que dejó una deuda de 46 mil millones de pesos; el perseguido por la DEA don Tomás Yarrington, acusado de proteger al narco, y el licenciado Eugenio Hernández, del defenestrado estado de Tamaulipas? Bueno, tampoco podríamos poner de lado al excelentísimo exgobernador de Sonora y adorador de equinos, Guillermo Padrés. Este hombre hizo algo que hubiera envidiado el fallecido presidente de Egipto, Gamal Abdel Nasser: construir su propia presa para regar sus extensos campos de cultivo.
No podemos ignorar a don Rodrigo Medina, de Nuevo León, quien encargó a su señor padre que hiciera negocios donde quiera que pudiera para acrecentar los haberes de una familia de polendas; bueno, ¿y dónde dejamos al destacado exjilguero de Luis Echeverría? Fidel Herrera, quien con una envidiable suerte jarocha, se sacó tres veces la lotería, ¡tres veces! Por supuesto, con cargo a un erario que solicitaba préstamos constantes para reforzar esa suerte venturosa.
Javier Duarte pregonaba en todas partes y a quien quisiera prestarle oídos, que él realizaba obras hasta en Zongólica; su policía estaba entrenada por las fuerzas de la Mosada en Israel y, a manera de postre, gozaba de un blindaje a prueba de bazukas. Quien quiera explicar que el estado actual en que se encuentra, con la soga al cuello, no satisface las explicaciones diciendo que el gobernador entrante Miguel Ángel Yunes Linares ha tenido la fuerza para llevarlo hasta ahí. Sus quejas y denuncias lo hicieron fuerte en la campaña electoral donde más de una vez gritó en cuello que Javier Duarte terminaría en la cárcel. Es mucho más viable recorrer el sendero de una población nacional llevada hasta el hartazgo por los numerosos, constantes y ascendentes casos de corrupción que empuja a que se ejerzan casos de justicia que no sean oscurecidos por la impunidad. Veracruz es hoy un estado en efervescencia, primero por los repetidos casos de violencia, crímenes y escándalos que se dan en diversas áreas; segundo, por la de-satada entrega de negocios turbios sin que exista el menor deseo de pararlos.
Por esto y un más que desconocemos, Javier Duarte, seguido por el chihuahuense César Duarte que ha tenido la visión de crear su propio banco y del señor gobernador Roberto Borge Angulo en Quintana Roo, quien invierte en grandes hoteles, vende y compra grandes extensiones de suelo patrio, por sus claras aptitudes, repito, Javier Duarte es el puntero para que el Sistema Nacional Anticorrupción entre de lleno a realizar sus tareas.
Conocedor de esto, la última vez que el presidente Peña visitó Veracruz, el gobernador Javier Duarte fue ignorado. Ni siquiera estuvo en la foto. Ahí fue el banderazo de arranque.
Ahora, la PGR confirma que ya investiga la fuga de información sobre 35 empresas fantasmas o inexistentes de las que se valía el extesorero de Veracruz, Vicente Benítez. A su vez, la Procuraduría ha solicitado e investiga reportes catastrales sobre el gobernador entrante Yunes Linares quien parece ser, también canta bien las rancheras.
Adiós Javier Duarte, adiós.
Twitter:@RaulCremoux
Para estas fechas, los cargos se han filtrado a la prensa con un destino muy claro: preparar el terreno para dar pie a la aplicación de eso que los mexicanos anhelamos tanto: justicia a secas. Pero, repitamos el pero, ¿no antes en esa nutrida lista de prospectos a sentarse en un incómodo banquillo debieran estar los señores Humberto Moreira, el profe bailador e iluminado prócer de Coahuila que dejó una deuda de 46 mil millones de pesos; el perseguido por la DEA don Tomás Yarrington, acusado de proteger al narco, y el licenciado Eugenio Hernández, del defenestrado estado de Tamaulipas? Bueno, tampoco podríamos poner de lado al excelentísimo exgobernador de Sonora y adorador de equinos, Guillermo Padrés. Este hombre hizo algo que hubiera envidiado el fallecido presidente de Egipto, Gamal Abdel Nasser: construir su propia presa para regar sus extensos campos de cultivo.
No podemos ignorar a don Rodrigo Medina, de Nuevo León, quien encargó a su señor padre que hiciera negocios donde quiera que pudiera para acrecentar los haberes de una familia de polendas; bueno, ¿y dónde dejamos al destacado exjilguero de Luis Echeverría? Fidel Herrera, quien con una envidiable suerte jarocha, se sacó tres veces la lotería, ¡tres veces! Por supuesto, con cargo a un erario que solicitaba préstamos constantes para reforzar esa suerte venturosa.
Javier Duarte pregonaba en todas partes y a quien quisiera prestarle oídos, que él realizaba obras hasta en Zongólica; su policía estaba entrenada por las fuerzas de la Mosada en Israel y, a manera de postre, gozaba de un blindaje a prueba de bazukas. Quien quiera explicar que el estado actual en que se encuentra, con la soga al cuello, no satisface las explicaciones diciendo que el gobernador entrante Miguel Ángel Yunes Linares ha tenido la fuerza para llevarlo hasta ahí. Sus quejas y denuncias lo hicieron fuerte en la campaña electoral donde más de una vez gritó en cuello que Javier Duarte terminaría en la cárcel. Es mucho más viable recorrer el sendero de una población nacional llevada hasta el hartazgo por los numerosos, constantes y ascendentes casos de corrupción que empuja a que se ejerzan casos de justicia que no sean oscurecidos por la impunidad. Veracruz es hoy un estado en efervescencia, primero por los repetidos casos de violencia, crímenes y escándalos que se dan en diversas áreas; segundo, por la de-satada entrega de negocios turbios sin que exista el menor deseo de pararlos.
Por esto y un más que desconocemos, Javier Duarte, seguido por el chihuahuense César Duarte que ha tenido la visión de crear su propio banco y del señor gobernador Roberto Borge Angulo en Quintana Roo, quien invierte en grandes hoteles, vende y compra grandes extensiones de suelo patrio, por sus claras aptitudes, repito, Javier Duarte es el puntero para que el Sistema Nacional Anticorrupción entre de lleno a realizar sus tareas.
Conocedor de esto, la última vez que el presidente Peña visitó Veracruz, el gobernador Javier Duarte fue ignorado. Ni siquiera estuvo en la foto. Ahí fue el banderazo de arranque.
Ahora, la PGR confirma que ya investiga la fuga de información sobre 35 empresas fantasmas o inexistentes de las que se valía el extesorero de Veracruz, Vicente Benítez. A su vez, la Procuraduría ha solicitado e investiga reportes catastrales sobre el gobernador entrante Yunes Linares quien parece ser, también canta bien las rancheras.
Adiós Javier Duarte, adiós.
Twitter:@RaulCremoux
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