Tania L. Montalvo (@tanlmont)
septiembre 28 2016
El
1 de mayo de 2015 el Cártel Jalisco Nueva Generación cambió el paradigma de la
lucha de cuatro décadas entre el Estado mexicano y el crimen organizado:
utilizó un lanzacohetes para derribar un helicóptero del Ejército Mexicano. Antes
de ello, los cárteles de la droga habían demostrado que su poder de combate era
capaz de resistir, pero no de superar, al del gobierno federal.
Las
fuerzas armadas mexicanas reconocieron que nunca antes habían sufrido un ataque
como ese, en el que murieron ocho militares.
Pero
derribar un helicóptero en Guadalajara, Jalisco, no fue lo único que logró ese
día el grupo delictivo que apenas en 2011 había sido incluido como uno de los
nueve cárteles de la droga que operan en el país: el Cártel Jalisco Nueva
Generación también instaló 39 bloqueos en 20 municipios de tres estados para
frenar a las fuerzas federales, protagonizó cuatro enfrentamientos armados con
policías y militares y —lo más importante— evitó la detención de su líder y
fundador Nemesio Oseguera Cervantes, ‘El Mencho’.
No era la primera vez que ese cártel reaccionaba con tal nivel de violencia y
estrategia ante un operativo del gobierno federal. Un mes antes había realizado
una emboscada contra policías: el 7 de abril de 2015 integrantes de la Fuerza
Única, el cuerpo policial de Jalisco, volvía de realizar trabajos comunitarios
en la costa de la entidad cuando un vehículo bloqueó el camino en el poblado de
Soyatán. Un grupo armado disparó y asesinó a 15 policías e hirió a otros cinco.
El
comisionado de Seguridad Pública del estado, Alejandro Solorio Aréchiga, dijo
que la emboscada fue una reacción a un operativo en el que detuvieron a
Heriberto Acevedo Cárdenas, ‘El Gringo’, uno de los cabecillas en la región del
Cártel Jalisco Nueva Generación.
Autoridades
locales han tenido que reconocer que cada vez que hay una detención o muerte de
algún integrante de alta jerarquía, ese cártel responde con violencia.
Pero
no sólo eso: nunca antes una organización criminal tuvo un avance tan rápido en
territorio mexicano. Los grandes cárteles de la droga que dominaron el negocio
en la década de 1980 y 1990 avanzaron en el país a lo largo de tres sexenios.
Si
bien los registros de la Procuraduría General de la República (PGR) indican que
desde 2011, cuando surgió Jalisco Nueva Generación, éste tiene la mayoría de
sus operaciones en el Pacífico Mexicano —Colima, Jalisco y Nayarit—, la Agencia
Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas del inglés) y el Departamento
del Tesoro lo identifican con presencia desde el Golfo de México al Pacífico; y
de frontera a frontera: del sureste al noroeste del país.
La
información de autoridades mexicanas y estadounidenses dan cuenta de
actividades de este cártel en 14 estados, casi la mitad de territorio nacional.
Cuatro veces más fuerte
La
presencia en el país del Cártel Jalisco Nueva Generación aumentó durante la
presidencia de Enrique Peña Nieto.
La
organización fue reconocida como cártel de la droga con capacidad de trasiego
nacional e internacional apenas en 2011, según información sobre cárteles de la
droga con operaciones de México de la PGR.
Cinco
años después, ya es el grupo criminal con más presencia en el país: tiene
operaciones en 14 entidades y supera incluso al Cártel de Sinaloa —que en los
registros oficiales históricamente ha dominado el negocio de la droga—.
Sus
primeras operaciones ocurrieron en Jalisco, Nayarit y Colima, donde surgió como
organización delictiva. Pero después se extendió a Michoacán, Guanajuato,
Veracruz, Guerrero, Morelos, San Luis Potosí, Estado de México e incluso en
2014 la Procuraduría reportó su presencia en el Distrito Federal.
La
última información de autoridades mexicanas y estadounidenses sobre sus
operaciones, de junio de 2016, indica que el Cártel Jalisco Nueva Generación ya
tiene presencia también en Aguascalientes, Baja California y ha alcanzado las
costas de los estados de Oaxaca y Chiapas, en el sureste del país.
Actualmente
es la única organización criminal con presencia en estados tanto del Golfo de
México como del Océano Pacífico, de la frontera norte y la frontera sur del
país.
La
DEA y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos coinciden en que un factor
clave de su rápida expansión es que comparten operaciones con el grupo
delictivo de Los Cuinis, expertos en el tráfico de cocaína y metanfetaminas
pero, sobre todo, en el lavado de dinero.
El
líder de Los Cuinis, Abigael González Valencia —antes integrante del desaparecido
Cártel del Milenio y detenido en México en febrero de 2015—, es cuñado de
Nemesio Oseguera Cervantes, ‘El Mencho’.
La
Oficina para el Control de Activos en el Extranjero (OFAC) del Departamento del
Tesoro los incluyó a ambos en abril de 2015 en su lista de grandes
narcotraficantes bajo la ley más importante en Estados Unidos sobre la comisión
de delitos de drogas (Foreign Narcotics Kingpin Designation Act).
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