POR JESUSA CERVANTES , 19 AGOSTO,
2017
Emilio Lozoya Austin ha guardado prudente silencio en torno a una
serie de gastos ilógicos y absurdos durante su gestión como director de Pemex;
nada dijo, por ejemplo, ni cuando la Auditoría Superior de la Federación
documentó las pifias de un contrato multianual para la compra de 700 carros
tanque a una empresa texana en mayo de 2013. El funcionario se mostró generoso
y pagó un anticipo de 30% a la firma, que finalmente no entregó las unidades. Y
aun cuando todo eso está documentado, nadie le ha pedido cuentas.
CIUDAD DER MÉXICO (Proceso).- El escándalo que envuelve al
exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin –quien presuntamente recibió más de
10 millones de dólares en sobornos de parte de la empresa brasileña Odebrecht–,
representa sólo 36.5% de los millones de dólares que él le entregó a una
empresa asentada en Texas para la construcción de 700 carros tanque, de los
cuales sólo 15 se incluyen en el inventario de la petrolera.
Lozoya
hizo esa inexplicable operación cuando estuvo en la dirección de Pemex. Y, a
diferencia del caso Odebrecht –que se basa en señalamientos de tres
exfuncionarios de la empresa brasileña–, estas irregularidades están
documentadas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF). Pese a ello, el
talentoso operador y favorito de Enrique Peña Nieto continúa intocable.
El 30 de mayo de 2013 –Lozoya tenía sólo cinco meses en el
gabinete de Peña Nieto–, la petrolera autorizó un contrato multianual por 91
millones 295 mil 500 dólares para que Pemex Refinación comprara 700 carros
tanque para transportar hidrocarburos destilados (gasolina) de las refinerías
de Tula y Salamanca, así como para el desalojo de metales pesados.
Para realizar todos sus proyectos, así como para licitar y
firmar contratos, Pemex requiere de la autorización de la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público (SHCP). Cuando la petrolera pidió esa autorización,
el secretario de Hacienda era Luis Videgaray, quien avaló el proyecto bajo el
número 1218T4M0036.
La empresa contratista se comprometió a entregar el 30 de
septiembre y el 31 de octubre de 2015 los 700 carros tanque. Hasta ahora, según
corroboró la ASF al realizar su auditoría financiera y de recepción de los
bienes, sólo hay 15 de esos vehículos en la refinería de Tula, que ni siquiera
están a nombre de Pemex, pues se mantienen bajo la tutela de la contratista.
El problema no es sólo la inexistencia de los carros tanque,
sino que el entonces director de Pemex dio a la empresa 27 millones 359 mil 100
dólares como anticipo. Esa suma se perdió, según la ASF.
Fragmento
del reportaje especial publicado en Proceso 2129, ya en circulación
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