Luis Donaldo Colosio Murrieta recibió un segundo disparo en
la camioneta a bordo de la cual fue trasladado al hospital después de haber
sido herido en la cabeza en Lomas Taurinas, Tijuana. Esto lo establece una
videograbación aportada por la Universidad de Guadalajara. La grabación es
prueba indiscutible de que Luis D. Colosio fue víctima de un complot en el que
estarían involucrados miembros del Estado Mayor Presidencial que tenían a su
cargo la seguridad de Colosio, encabezados por el general brigadier Domiro
Roberto García Reyes.
La grabación fue desvelada por el noticiario Esferas, que se
trasmite en la ciudad de Guadalajara, capital del estado de Jalisco, donde
acaba de tener lugar la III cumbre de la Unión Europea y América Latina. La
videograbación fue revelada al público al cumplirse 10 años del crimen del
entonces candidato a la Presidencia de la República, y en ella, en cámara
lenta, se aprecia el caos que hubo para el traslado de la víctima desde el
sitio donde se le dio el primer disparo en la cabeza, hasta la camioneta que
usaba en su gira, así como la intromisión en la escena de varios extraños.
En las videograbaciones obtenidas por La Crisis en la página
web del noticiario jaliciense, se demuestra que Colosio, ya herido, es subido a
la camioneta por la portezuela derecha trasera, y es ahí cuando el conductor de
noticiero señala: Observen al individuo que está atrás de la camioneta; un tipo
corta estatura, de lentes, pelón, que luego se le ve por la portezuela trasera
izquierda y luego se oye el clarísimo ruido de la detonación y el destello del
fogonazo que ésta produce.
A continuación, el periodista, que pide se pase en cámara
lenta la videograbación, va narrando punto por punto los hechos y encerrando
con un círculo el destello que produce el fogonazo de la segunda arma utilizada
contra el sonorense. Y para no dejar ningún lugar a dudas, el narrador
establece que: «entonces si el balazo no se lo dieron en el sitio del primer
atentado, cuando iba cayendo al piso; se lo dispararon en el interior dela
camioneta, y con ello se refuerza la teoría del complot en contra del candidato
del PRI a la presidencia de la Republica». Esto concuerda con la primera
postura que se dedujo del informe forense de la doctora Patricia Obanel,
especializada cardióloga, quien el día de los hechos participó en la autopsia
realizada al asesinado y que, al salir del hospital regional de Tijuana,
perturbada, declaró que no sólo había sido una herida, sino que tenía más y
dejaba entrever que no fue uno el atacante sino varios. Al respecto, el fiscal
federal dijo que en su oportunidad fue investigada la versión de la doctora,
pero que ésta retiró su declaración argumentando que fue producto de la
confusión.
De acuerdo con la investigación realizada por el Fiscal
federal Diego Valadez a petición del senador Luis colosio, padre del asesinado,
de se reabriera el caso, al señalar por primera vez que su hijo había sido
víctima de un clima de profundo deterioro de sus relaciones con (Carlos)
Salinas, presidente de la República en el periodo 1988-1994, no se demostró la
hipótesis del complot, que al fin, quedó demostrada sin lugar a dudas. La
hipótesis del complot fue respondida las vísperas del décimo aniversario del
asesinato del sonorense por el ex presidente Salinas de Gortari, quien aseguró
que mantenía una relación muy cordial con Colosio y señaló que en todo caso a
quien habría que preguntar es a Ernesto Zedillo, quien sustituyó al asesinado
en la candidatura del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y alcanzó la
Presidencia de la República, además de que fue el principal beneficiario de la
muerte de Colosio.
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