En semanas pasadas, el científico predijo que “la inequidad económica se
dispararía a medida de que los puestos de trabajo se convirtieran en tareas
automatizadas, ocupadas por las máquinas, y los ricos, dueños de esas máquinas,
se rehusaran a compartir el rápido bienestar que este proceso les generaría”.
“Si las máquinas producen todo lo que necesitamos, el resultado
dependerá de cómo las cosas son distribuidas. Todos pueden disfrutar de una
vida de lujos si lo que producen las máquinas es compartido, o más personas
pueden terminar miserablemente pobres si los dueños de las máquinas hacen lobby
en contra de la redistribución. Hasta ahora, la tendencia parece inclinarse por
la segunda opción, con la tecnología volviéndose
cada vez más inequitativa”, aseguró.
“Esencialmente, los dueños de las máquinas se posicionarán como la
burguesía de una nueva era, en la cual sus corporaciones no proveerán de
puestos de trabajo a las personas”, afirmó el físico.
Por lo tanto, “el tan temido Armagedón no vendrá de la mano de los
robots (como tantas películas de ciencia ficción nos han querido hacer creer)
sino que será generado por el propio ser humano”, asevera Hawking.
05 Diciembre 2015
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