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En un Estado sin ley –no porque se carezca de las mismas sino por la ausencia de timón-, la sociedad vive a salto de mata. Los empresarios temen ser secuestrados; los periodistas se cuidan hasta de sus antiguos “amigos”; los políticos prefieren no opinar –ni en corto y, mucho menos abiertamente-, mientras que los luchadores sociales desconocen donde “saltará la liebre”, y en ese tenor no son fortuitos ciertos crímenes como el ocurrido en contra del ambientalista, Noé Salomón Vázquez Ortiz, asesinado este viernes a pedradas en Amatlán de los Reyes, horas antes de participar en el Décimo Encuentro Nacional del Movimiento Mexicano en Contra de las Presas y en Defensa de los Ríos este viernes.
En un Estado sin ley –no porque se carezca de las mismas sino por la ausencia de timón-, la sociedad vive a salto de mata. Los empresarios temen ser secuestrados; los periodistas se cuidan hasta de sus antiguos “amigos”; los políticos prefieren no opinar –ni en corto y, mucho menos abiertamente-, mientras que los luchadores sociales desconocen donde “saltará la liebre”, y en ese tenor no son fortuitos ciertos crímenes como el ocurrido en contra del ambientalista, Noé Salomón Vázquez Ortiz, asesinado este viernes a pedradas en Amatlán de los Reyes, horas antes de participar en el Décimo Encuentro Nacional del Movimiento Mexicano en Contra de las Presas y en Defensa de los Ríos este viernes.
Y aunque la
Procuraduría de Justicia del Estado (PGJE) reveló anoche que detuvo a cuatro
sujetos por su presunta participación en el homicidio, lo cierto es que el caso
deja muchas dudas ya que Vázquez Ortiz era opositor al proyecto hidroeléctrico
El Naranjal y Bandera Blanca que pretende erigirse en la región de Zongolica, y
en donde los intereses que se mueven ahí son multimillonarios.
Por lo pronto los
detenidos son: Luis Enrique de la Cruz Martínez, Jonathan Contreras Jiménez,
Armando Tlaxcala Hernández y el taxista Manuel Ramírez Reyes, quienes aceptan
haber tenido diferencias con el ahora occiso –aunque no se dice que tipo de
diferencias-, y lo curioso es que al momento de la agresión, Noé Salomón
Vázquez Ortiz recolectaba ofrendas que presentaría durante el encuentro de
ambientalistas, y lo hacía acompañado de un niño al que los asesinos corrieron
del lugar, en tanto amarraban de pies y manos al ahora ejecutado para,
posteriormente, asesinarlo a pedradas y degollarlo.
Hay tristeza entre los
ambientalistas del Estado por el alevoso atentado, de tal suerte que Guillermo
Rodríguez Curiel, presidente de La Asamblea Veracruzana de Iniciativas de
Defensa Ambiental (LAVida) no sólo condenó el acontecimiento sino que
responsabilizó a las empresas que promueven la presa El Naranjal y el Proyecto
Bandera Blanca de haber atacado al activista. Noé Vázquez formaba parte del
colectivo Defensa Verde: Naturaleza Siempre, y tenía más de 10 años de trabajo
en favor del medio ambiente y cinco con la organización; se trataba de un
guardia del río Blanco y del Atoyac.
En fin, Veracruz se
debate en caos, mientras el virrey descansa de sus agotadoras jornadas de
trabajo, que al fin y al cabo, como dijera el poeta José de Espronceda: Que
haya un cadáver más ¿qué importa al mundo?
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