Reforma Energética
* Cárdenas pide reunir un millón 630 mil firmas contra la iniciativa presidencial
* Sostiene que no hace falta modificar la Constitución
Cuauhtémoc Cárdenas al presentar en el Monumento
a la Revolución la iniciativa perredista en materia energéticaFoto Cristina Rodríguez
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Alonso Urrutia
Periódico La Jornada
Martes 20 de agosto de 2013, p. 2
Al presentar la iniciativa de reforma energética del Partido de la
Revolución Democrática (PRD), Cuauhtémoc Cárdenas advirtió sobre la amenaza
oficial, entreguista y neoliberal, en referencia a los cambios constitucionales
en la materia propuestos por el Ejecutivo. Convocó a reunir un millón 630 mil
firmas de electores, cantidad requerida para realizar una consulta, ésta sobre
la vigencia de los artículos 27 y 28 constitucionales. Advirtió que no hay
nada que negociar, no hace falta cambiar la Carta Magna. Se pueden
discutir razones, pero no negociar principios.
Durante el acto, realizado en el Monumento a la Revolución, Cárdenas
admitió que aun cuando la figura de consulta popular está en la Carta Magna,
aún no hay una ley secundaria que la regule, por lo que será necesario basarse
en la disposición constitucional.
Consulta popular en 2015
De prosperar la conjunción de firmas, acreditadas ante notario público,
la consulta debería realizarse de forma concurrente con la elección federal de
2015, con lo que sería la primera consulta efectuada en el país.
“Pongámonos en el escenario más desfavorable de que por mayoría el
Congreso apruebe, con el voto en contra de los legisladores patriotas, las
reformas propuestas. Propongámonos entonces, pero empecemos a organizarnos
desde ahora –me arrogo la facultad de convocarlos–, para que oportunamente
tengamos el millón 630 mil electores inscritos en la lista nominal.
Convoquémonos para echar para atrás las reformas si se diera la desgracia de
que en este periodo legislativo fueran aprobadas.”
Posteriormente, al acudir al Senado para entregar la iniciativa,
Cárdenas sostuvo: me han preguntado qué es lo que vamos a negociar. Yo les
he dicho que no tenemos nada que negociar. El 27 y 28 de la Constitución, de
acuerdo con la visión que tenemos y las propuestas que estamos haciendo, no
hace falta cambiar. Estamos abiertos a conocer razones, a ponderarlas (...)
pero no porque estemos negociando nuestros principios. Pemex y CFE, nuestros
yacimientos, no tienen razón para pasar a ser manejadas con criterios
particulares, sino con el interés del pueblo de México.
Durante el evento central –al que no llegó ninguno de los gobernadores
perredistas (quienes argumentaron problemas de agenda), pero sí legisladores,
la dirigencia nacional y el ex jefe de Gobierno capitalino Marcelo Ebrard–, el
hijo del general Lázaro Cárdenas cuestionó la manipulación del nombre de su
padre:
¿Dónde cabe pretender sustentar esta reforma retrograda en la
figura de Lázaro Cárdenas? Es falaz la utilización que se hace de su nombre, de
quien encabezó la lucha por el rescate y pleno ejercicio de la soberanía de la
nación del siglo XX. Ofende a quienes verdaderamente se identifican con sus
ideas y su obra. Ofende la inteligencia y el sentido común. Nadie más lejos de
una política entreguista que Lázaro Cárdenas, adie más lejos de mentir al
pueblo mexicano, nadie más lejos de oportunismo demagógico.
Cárdenas cuestionó la propuesta presidencial, que tiene un claro
objetivo de desplazar al Estado mexicano del control y el manejo de su riqueza
petrolera, puntal de su independencia económica. Enumeró los presuntos
beneficios que tendría la reforma constitucional, para concluir que ni el
crecimiento económico proyectado, ni la reducción de los precios en los
energéticos tienen sustento.
No hay una cifra que los sustente, ni un análisis y proyecciones serias
de la economía nacional en los próximos años, ni un estudio del
desenvolvimiento de la industria petrolera internacional, ni menos la
definición de una política petrolera integral que requiriera de esos montos de
producción mayores o menores, en los horizontes de 2018 y 2025.
Consideró que el actual régimen fiscal de Pemex es confiscatorio yeconómicamente
irracional, financieramente insostenible y no tiene comparación ni nacional ni
internacional, ni en la industria petrolera ni en ninguna otra rama de la
actividad.
Reivindicó que parte central de la propuesta de reforma perredista pasa
por cambios sustanciales en el régimen fiscal de Pemex; toma en cuenta la
necesidad de dotar de mayores recursos de inversión a la empresa y mantener un
flujo aceptable de los ingresos fiscales que recibe Hacienda, así como
prolongar lo más posible la vida de las reservas, satisfaciendo al mismo tiempo
la demanda nacional de hidrocarburos.
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