Marcela Loaiza |
“Soy prostituta, soy prostituta, pero por favor ayúdeme”….. Gritaba Marcela Loaiza ante la puerta de la embajada Colombiana en Japón, dieciocho meses después de haber sido reclutada por la mafia Yakuza…El Cónsul de su país abrió la puerta, la tomó de los hombros, la miró a los ojos y le dijo la frase que aun Marcela sigue repitiendo en voz bajita cada día… “Usted no es prostituta niña, ni está loca, ni importa si es santa, usted es, entiéndalo, una víctima de trata”. Cada año entre 2 y 4 millones de personas, en su mayoría mujeres y niñas, son reclutadas por las mafias dedicadas a la trata de personas, según datos de la Agencia Investigadora del Congreso de los Estados Unidos y de acuerdo a la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC), este es el delito más rentable en el mundo, después del narcotráfico y el tráfico de armas.
Marcela tenía 20 años de edad y tres de ser madre soltera, trabajaba como cajera en un supermercado durante la semana, y como bailarina en una discoteca en donde se montaban coreografías para acompañar a algunos artistas locales los fines de semana, y aunque no le iba mal, un día su hija (asmática) tuvo que ser internada de emergencia en un hospital… “Si no pagaba 500 dólares no me dejaban sacar a la niña, y la cuenta seguía creciendo, pasaba horas cuidándola y por eso me corrieron de los dos empleos, me sentía perdida…. Conocí a “Pipo”, parecía bueno, fui a una entrevista de trabajo con él para ser bailarina, que era mi sueño, en una compañía artística Japonesa, tan boba yo”…narra Marcela mientras con la mirada se va de nuevo al infierno Yakuza.
“Párese hijoeputa, que aquí vino a bailar pero de otro modo”….
Después de un día y medio de viaje, Marcela llegó a Tokio, la amabilidad de la mujer colombiana como ella, que la recibió en el aeropuerto, que la cobijo en “su casa”, duró apenas unas horas…. “No sé cuantas horas dormí estaba agotada, de pronto sentí unas patadas, era “manilla”, no entendía pero pronto lo hice, me dijo párese ya hijoeputa que usted vino a bailar pero con los hombres y en una cama, su deuda es de 5 millones de yenes (ya no 500 dólares que le “prestaron” para sacar a su hija del hospital)…. Me pintaron del pelo de blanco, me pusieron ropa muy vulgar, me cambiaron el nombre y me llevaron por primera vez a una calle de Tokio, Ikebukuro…. Teníamos que hacer entre 15 y 20 “servicios” diarios, todo lo que se ganaba era para los “Yakuzos”…. Una vez una compañera se guardo algo de dinero, lo metió en un condón y se lo escondió en la vagina…. A partir de ese día las revisiones después de cada jornada, eran a veces más humillantes y dolorosas que los mismos servicios…. No sé, no tenía idea nunca de que día o qué hora era, también te cambian de calles muy seguido, duermes un rato en “futones” como le dicen allá a las colchonetas, vaya es que nunca sabes donde estas y menos quien eres, pierdes desde la noción del tiempo y del dolor, hasta la identidad”…
Corre Kelly…..
“Cada que pensé en escapar, me recordaban que tal vez podría lograrlo, pero que quien sabe si llegaría a tiempo al velorio de mi niña, entonces temblaba de miedo que le hicieran algo….. Pero un día la mafia china llego a las calles donde trabajábamos, la mafia china se dedica a las drogas y al tráfico de armas, la japonesa a la trata de personas, cuando hay conflicto entre ellos, los chinos matan a las prostitutas “de la mafia Yakuza”….Llegan en moto, uno conduce, el otro con una cadena te persigue, me escondí como pude, desde un rendija veía como mataban a una compañera, la sangre me salpicaba en la cara…. No podía más, tenía que huir”. Pocos días después “Kelly” encontró un “cliente” que le creyó que no estaba ahí por gusto y le consiguió los datos de la embajada de Colombia en Tokio…. 48 horas después, Kelly gritaba a las puertas de la embajada, para su sorpresa el Cónsul recibió a Marcela, no a “Kelly”, ese día por primera vez, recuperó la esperanza.
Marcela Loaiza regresó a Colombia y desde ahí, la lucha por recuperar la vida digna a la que tiene, como cualquier otra mujer, derecho, continúo…. Ya no era la mafia Yakuza, ahora los verdugos eran otros; el gobierno de su país quien descalificaba la historia por no admitir que la trata de personas en Colombia, como en muchos países más, es un problema gravísimo que se han negado a atender, la prensa aliada (que nunca falta, más bien sobra) quienes intentaban criminalizarla, responsabilizarla por lo vivido, y desde luego, los grupos conservadores que satanizan a quien se ve envuelta en las redes de prostitución porque no comprenden que de cualquier modo que se vea, siguen siendo víctimas…. “Ninguna mujer se prostituye por gusto, no importa lo que los demás crean, no importa lo que ellos crean que es la verdad, no importa lo que nosotras mismas llegamos a creer, nadie denigra su cuerpo de esa manera por ambición o gusto”.
Hoy Marcela Loaiza dirige una fundación que ayuda a mujeres víctimas de trata en todo el mundo, ha escrito dos libros “Atrapada por la mafia Yakuza” y “Lo que fui y lo que soy”, está casada y volvió a ser madre…. Se autodefine como una sobreviviente de la trata de personas, como una mujer que cada día se sobrepone a sus propios fantasmas y ayuda a muchas más a entender que no son prostitutas, que no están locas, que no son responsables de lo que vivieron, y que santas o no, nadie más que ellas tiene derecho a decidir sobre su cuerpo.
En México, la trata de personas es el segundo negocio ilícito más redituable para la delincuencia organizada, después de Tailandia, es el país que mayor número de víctimas de trata provee distintos “mercados”. Cerca de 12 millones de personas son víctimas de trata, de las cuales 79% son utilizadas para explotación sexual, 3% para extracción de órganos y 18 % para explotación laboral; de acuerdo a cifras del INEGI, de 3.6 millones de personas, el 31% son menores de edad, con edades entre 5 y 17 años, y el 70% personas migrantes e indígenas, son obligados a realizar trabajos peligrosos para su seguridad, salud y moral en condiciones de trata.
De acuerdo a un estudio presentando por el Senado de la República, los factores de vulnerabilidad son; Baja auto-estima y auto-control, niveles de educación deficiente, falta de información, pobreza, hogares con numerosos miembros o hacinamiento, hogares con presencia de violencia doméstica, hogares con presencia de discriminación y violencia por género y adicciones. El 91% de los casos en México quedan impunes, Veracruz, se ubica como la tercera entidad con mayor incidencia en trata de personas y de acuerdo al reporte de Trata de Personas en México, de 28 averiguaciones previas en el 2013, en solo tres casos se logró consignar a los responsables….. “Las autoridades prefieren no ver, los fiscales te tratan como si tú fueras la culpable y los hombres no entienden que cada que pagan por sexo, ayudan a las mafias a que estas historias se sigan multiplicando”….Puntualizó Marcela Loaiza.
maryjosegamboa@hotmail.com TW @maryjosegamboa
FUENTE: NOTIVER
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